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¡Uy, qué vaivén!
¡Y cómo corre el aire
cuando se viaja en tren!
Atraviesa campos
de colores mil,
se para en ciudades
que yo nunca vi.
¡Uy, qué vaivén!
¡Y cómo corre el aire
cuando se viaja en tren!
Y suben y bajan
viajeros al tren
y vuelan pañuelos
por todo el andén.
¡Uy, qué vaivén!
¡Y cómo corre el aire
cuando se viaja en tren!
Maletas que guardan
ropas de alcanfor,
abuelos dormidos,
muchachas en flor.
¡Uy, qué vaivén!
¡Y cómo corre el aire!
Mi niña, ven.
REVISTA TURIA. Núm 152. Pág. 250 y sgtes.
Hace 1 día
18 comentarios:
bellisimo poema compartes lleno de nostalgia, porque me recuerda cuando era niña que era feliz viajando en tren para mi era toda una aventura, ahora la vida evoluciono pero las cosas ya no aportan el calor humano de antes, un besin de esta asturiana que te da las gracias por hacerla sentir el placer de viajar en tren como antaño.
¡Qué joya! Es muy evocador, es un tren de colores, de alegría, de verdes y azules, de viajeros contentos, de viajes de vacaciones, de paisajes hermosos y ciudades limpias. Es un tren en el que viaja un muchacho que no sale mucho (quizás todo el día con los libros, quizás) y que goza con el trasiego, con la gente, con las muchachas que se cruza y las nubes que ve en lo alto.
Es un poema en el que lo que sugiere supera con mucho lo que dice: un estribillo que conviertes al final en haiku, estrofas de seis versos que acaban siempre en aguda en los pares. Es como si el ritmo transpusiera el traqueteo. Esa rima tan evidente... creo que hay que ser muy poeta para escribir algo así; es casi un truco de magia, parece que todo lo puedes ver pero hay algo que no percibes, y que es lo que le da la magia.
Creo que es evidente que me ha gustado mucho. Abrazos.
En mis recuerdos del ayer lejano, hay una pequeña estación y un viejo tren que siempre llega con retraso.
Y escucho su pitido y veo su larga estela de humo negro...
Me encanta tu poema, ese simpático ritmo...
Ta muxus
esa especie de romanticismo y aventura con que el tren aventaja al avion.
Eso y ver el paisaje, ¡claro!
A los que tenemos una edad y muchos railes recorridos nos llevas de lleno a recuerdos de viajes...cuando para nosotros todavia era una aventura.
La nostalgia, ay, la añoranza, ay, nunca sin embargo la melancolía, Ozna.
Bs
Pues no sé qué me pasa, Rafael, voy escribiendo como autómata, me parecen ripios, pero si tú dices que no pues no.
Alegre quise estar, eso sí.
Abrazo
Lo sé, Soco, lo sé. Y el humo ciega tus ojos pero no.
Se ve que tenemos curtida a piel, Jorge.
zuñiiii me estoy estresando jjjjj
(me recordaste la canción de Mocedades)
Volví a ser nino con este poema. Hermoso y rítmico poema, José.
Un abrazo.
Leo
¡Qué monada, qué monada!
Con lo que me gustan los trenes...qué ricura has hecho!
No te me estreses, charcos, que no vale la pena. El cha-ca chá del tren...
De vez en cuando es bueno volver a ser niño, Leo. Un pequeño remanso en medio del cabreo.
Abrazo
Eso, Virgi, una ricura, jeje.
Bs
Me ha traído reminiscencias, sí.
Es un canturreo precioso.
Otro beso
SIL
De vez en cuando me pongo juguetón, Sil.
As
Gordo, estoy en tu tierra! Bueno, no sé, en Castro Urdiales, pero eres oriundo de por aquí cerca..Aquí me quedaré a vivir una temporada, que, a partir del lunes, a currar 9 horas diarias en Muskiz, en la refinería, que está a un cuarto de hora por carretera. Me parece a mí que el blog lo voy a tener parado una buena temporada por ese motivo..Cuídate. Un abrazo.
¿Esa idea ya la barajaste,¿no, Adolfo? Espero que te vaya bien la experiencia.
El blog que pare lo que quiera, tú seguirás escribiendo.
Abrazo
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