viernes, 30 de abril de 2010

(lo que queda) Leopoldo María Panero

Oh enigma inmundo
de la ceniza
secreto del alma negada por todos los rostros
con la saliva negando mi rostro
escupe sobre mi cara el secreto del tiempo.

Fracaso

jueves, 29 de abril de 2010

cierto placer (cambio de tercio bis)

.
quise
comerte
entera
me dijiste
no soy
una manzana
sólo
comí
tu
pulpa
sin pepitas
tus
brazos
se alargaron
rozaron
una ortiga
y me
dejaste
lleno
de urticarias.

Sin embargo

te
quiero
te
deseo
te
palpo
te
contemplo
y no
puedo dejar
quietas
las manos

que eran tuyas

me
recorren
el cuerpo
me
acarician
me
excitan
hasta llegar
al sumo
corrimiento
pero
no son
las tuyas,

son mías

esas manos
que me turban.

La amiga Alfaro me comenta lo latoso que le resulta tener que leer una palabra en cada verso. Cosas de la modernidad, jeje. Aquí pongo la versión en metros clásicos, tal vez más digeribles:

Quise comerte entera. Me dijiste:
no soy una manzana. Sólo comí tu pulpa
sin pepitas. Tus brazos se alargaron,
rozaron una ortiga
y me dejaste lleno de urticarias.
Sin embargo te quiero, te deseo,
te palpo, te contemplo,
y no puedo dejar quietas las manos
que eran tuyas.
                       Me recorren el cuerpo,
me acarician, me excitan
hasta llegar al sumo corrimiento.

Pero no son las tuyas,
son mías esas manos que me turban.




miércoles, 28 de abril de 2010

banco en parque

.
Me siento solo en un banco.
O mejor: sólo me siento,
que no hay banco, mojón, piedra
para tanto desaliento.
Solo frente al viento, sólo
junto a las olas del mar.
A qué llorar. Ya no es tiempo
de salir a navegar.

Y el banco se siente solo,
también él,
de la cabeza a los pies.

¡Ay, esos bancos del parque
que tantos mantos tuvieron,
hoy sin caricias, sin hojas,
sin labios, hoy tan desiertos,
cumbre de la incertidumbre
bajo los sauces en flor!
Falló el amor. Cauce seco,
desconsuelo como yo.

Y el mar me borra las huellas
en la arena
con sus cantos de sirena.

Nunca volveré a sentarme
con ella en banco ninguno,
nunca más surcar las aguas
bravas entre los arrullos
de su cuerpo en altamar.
Nunca jamás. Perdí el rumbo,
nadie me lo va a enmendar.

Caen las hojas de la tarde.
Cómo sube la marea
sobre los bancos del parque.

martes, 27 de abril de 2010

vente al amor

.
Vístete con tus mejores
galas, que los alfajores
endulcen tu dulce flor.
Vente al amor:
cuando el gallo cante aurora
vas a ver la zarzamora
convertida en un clamor.

Altas llamas en los dientes
lava son, torrentes leves
que van a dar a la mar.
Eso es morir:
que si queriendo me muero
es morirme lo que quiero
y en tu seno revivir.

Sobre tu vientre caliente
se verterá la simiente
como sangre en el altar.
Eso es matar:
sacrificio sobre el lecho
blanco, suave, de tu pecho
para luego naufragar.

Claudicas a mi premura.
Claudico yo en la espesura
de tus caderas en cruz:
se hizo la luz
en el bosque de tu vientre.

lunes, 26 de abril de 2010

la casa que me habita, II

.
Esta es mi casa.
Me lavo en ella todas las mañanas
y a veces quito el polvo
que se va atrincherando en los rincones
o me empolvo yo mismo y estornudo
enredando en los libros de sus estanterías.
En ella tomo
mis caldos, mis verduras, mi estofado de carne,
mis pastillas, y duermo, cuando toca,
en esa cama tan destartalada.

Esta es mi casa,
donde no tengo gatos ni canarios,
ni tortuga siquiera. Sólo
paredes arrugadas,
espejos que se burlan de mí cuando me afeito,
plantas depredadoras que no florecen nunca
pero me besan cuando me ven triste,
guitarras que despiertan mis más bajos instintos,
cajones destemplados, boinas, copas
dispuestas siempre para cualquier juerga.

Esta es mi casa.
Y sé que esta es mi casa porque viven
aquí mis personajes,
mi yo, mis heterónimos, mis neuras,
mi chica y mi perrita pequinesa,
mi sombrero y mis trajes,
la cicatriz de todos mis recuerdos,
el lunar de tus besos, la luna de mis sueños,
mis heridas, las marcas de mis venas,
los señuelos del tiempo, mis fantasmas,
aquí viven.

Esta es mi casa,
aunque yo no la habito:
ella me habita a mí con sus achaques,
con las continuas crisis pulmonares
de su fontanería,
con sus derrames cerebrales y otras derramas
varias (como los partos
múltiples de su comunidad de propietarios);
me sorprende en la noche pidiéndome perdón
por esconder las velas cuando se va la luz,
la tengo todo el día escayolada
y aún así me protesta
y me llena los techos de goteras y grietas.
Me ocupa mucho tiempo esta morada,
ella me habita, sí,
y yo no tengo espacio para tanta vivencia.

Esta es mi casa.
Sé que llegará el tiempo en que habrá que dejarla,
así que hay que empezar a despedirse
de tantos habitantes, y no sé cómo hacerlo.
Me da pena el reloj, el reloj sobre todo,
no he hablado del reloj porque me arriesgo
a dejarme llevar por la nostalgia
de las horas perdidas,
un reloj de pared que heredé de mi abuelo
y que nunca dejó de dar las campanadas
claramente a destiempo.

Por supuesto,
elevaré una instancia a las autoridades
para que no se olviden
de poner una placa muy cerca de la puerta
que estoy cerrando ahora:
Aquí vivió y murió José Luis Zúñiga,
malogrado poeta.

Amparo I, Bletisa la Grande

.
RUBEN DARIO PARA ZU.

No suena muy bien pero te lo dedico con mucho cariño Zú.....para que no enfades ¿vale?





Jose Zúñiga dijo...

No me pida usted perdón, señora mía, eso nunca. Como nunca me enfadé, sólo me reboté un poco. Si Bleti no dijera lo que dice y como lo dice ni sería esa Bleti que queremos ni tendría gestos tan hermosos como éste que ahora suena: no sólo el poema, tus palabras, el cariño y la humanidad (grande, grande) que ponen de manifiesto.

Y dicho esto, sólo queda sacar el kleenex para aliviarme de esas gotas de mar que se me van a desbordar de un momento a otro.

Besos más que fuertes, amiga mía. Y no te cortes nunca, porfa.

domingo, 25 de abril de 2010

letrillas

.
.
¿Dónde está el monte?
Donde la flor
¿Y la flor dónde?
Detrás del sol.
¿El sol se esconde?
Todas las tardes.
Hacia allá vamos
juntos tú y yo.

¿Hacia el ocaso?
Hacia el amor.
¿Irás despacio?
Despacio, no
¿Irás temprano?
Antes del alba,
antes del nuevo
rayo del sol.

¿Y dónde el rayo?
Donde la flor.
¿La flor de mayo?
La flor en flor.
¿Serán tus labios?
Tuyos, mejor.
No me preguntes
sin ton ni son.

sábado, 24 de abril de 2010

(lo que queda). Rubén Darío

Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar:
tu acento.
Margarita, te voy a contar
un cuento.

Este era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha del día
y un rebaño de elefantes,

un kiosco de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita, Margarita,
tan bonita como tú.

Una tarde la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.

La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla,
y una pluma y una flor.

Las princesas primorosas
se parecen mucho a tí:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.

Pues se fue la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.

Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá;
mas lo malo es que ella iba
sin permiso del papá.

Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.

Y el rey dijo: “¿Qué te has hecho?
Te he buscado y no te hallé;
y ¿que tienes en el pecho
que encendido se te ve?”.

La princesa no mentía.
Y así, dijo la verdad:
"Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad”.

Y el rey clama: “¿No te he dicho
que el azul no hay que tocar?
¡Qué locura! ¡Qué capricho!
El Señor se va a enojar”.

Y dice ella: “No hubo intento;
yo me fui no sé por qué;
por las olas y en el viento
fui a la estrella y la corté”.

Y el papá dice enojado:
“Un castigo has de tener:
vuelve al cielo, y lo robado
vas ahora a devolver”.

La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el Buen Jesús.

Y así dice: “En mis campiñas
esa rosa le ofrecí:
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí”.

Viste el rey ropas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.

La princesita está bella,
pues ya tiene el prendedor
en que lucen con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.

Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.
Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento.

A Margarita Debayle

viernes, 23 de abril de 2010

de abuelos y memoria

.
Corren tiempos un tanto tenebrosos. ¿La fractura se cerró o estaba, en efecto, todo atado y bien atado? Esto es un blog de poesía. Sólo quiero recordar con estos dos poemas dedicados a mi abuelo y a mi abuela. Ya fueron publicados en su momento. Creo que ahora cobran más significado.

por ser franco

En su lecho de muerte me lo dijo
un viejo comunista poco antes de que el cáncer
lo matara: “Yo conocí a tu abuelo,
era un buen hombre”. Y así supe
que tenía un abuelo fusilado.
Por fin alguien me hablaba
de su historia, en casa
nunca se hablaba de según qué cosas.

Mi abuelo (me contó) no era anarquista,
tampoco jornalero ni rojo
ni tan siquiera pobre; era
lo que hoy diríamos
un pequeño empresario,
con su modesta fábrica
de zapatillas, hechas
más o menos a mano.

“A veces iba a misa”, recordaba
aquel buen hombre que fue su compañero
y ateo militante hasta el final,
“cuando entraron
todos tuvimos que salir corriendo
pero él no se movió; nos dijo:
yo, por qué,
yo no he hecho nada.
Un poco ingenuo era”, concluyó.

Lo mataron al alba, como a todos,
junto a las tapias del viejo cementerio.
“Yo no he hecho nada”,
dijo. Y no mentía.
Había sido franco.



hoy no me callo

Y mi abuela
decía que era feliz
y así murió
mi abuela
diciendo
que era feliz
si nosotros
estábamos contentos
y nunca dijo
mi abuela
por qué vivía allí,
aquella casa
que nunca fue la suya
cuando tantas tenía,
aquel lugar
extraño a sus orígenes,
y nunca dijo
por qué
se había marchado,
por qué
no quiso soportar
la infamia,
la vergüenza,
quién buscó,
aunque no pudo,
doblegarla,
raparle la cabeza,
ponerla de rodillas
a fregar escaleras
en el ayuntamiento,
y nunca dijo,
y fue
toda su vida
una sonrisa,
y fue,
ella fue quien me puso
una guitarra
entre las manos
y me enseñó a cantar
y hasta a hablar en francés.

Y mi abuela
vivió con dignidad,
se tragó el miedo,
el miedo,
el miedo a hablar
de unos recuerdos
que no eran
precisamente amables,
me enseñó
lo que nadie: a ser
yo mismo
pero sin molestar.

A medias lo aprendí
y hoy he llorado
por toda aquella
rabia contenida,
y hoy he llorado
también
porque no puedo
decírselo,
a mi abuela:

ella, que tanto pudo
odiar, me lo calló.
Yo
no puedo callarme,
me vas a perdonar,
abuela,
hoy no me callo.


Me sumo así a las entradas que Gsús Bonilla (http://estamosjartos.blogspot.com/2010/04/decia-abuelo.html ) y Ángel Rodríguez, Voltios (http://angelrodriguezpoeta.blogspot.com/2010/04/un-relato_22.html)  dedican a sus abuelos. Y me sumo también a la mani que mañana se juntará en Madrid. Sé que puede manipularse, pero creo que esta vez merece la pena. En este enlace se anuncia: http://www.publico.es/espana/306689/oleada/marchas/favor/garzon

jueves, 22 de abril de 2010

cadmio

.
ahora ya todo es más difícil.

Las olas tienen cadmio,
las eles
olivares, los campanarios
itinerarios tuyos,
suyos.

Y dónde apago yo mi cigarrillo
si no me queda piel sin cicatrices.

miércoles, 21 de abril de 2010

alienado sin qué

.
Fuera de mí, fuera de sí, fuera del mundo,
fuera de lo que tenga que estar fuera,
fuera de todo, del amor, del odio,
enajenado de las circunstancias,
fuera de la esperanza si no fuera de ti,
de mí, de todos ellos,
fuera que si no fuera, fuera los reyes godos,
fuera del fuego y de la llama fuera,
fuera del mar y de las olas fuera,
fuera de tanto si no fuera porque.

martes, 20 de abril de 2010

La poesía se mueve. Mañana en S.S. de los Reyes

.

Creo que ya he dejado dicho por algún sitio que a mí esto de ir recitando de bar en bar por los madriles no me mola, prefiero dosificarme porque no es cuestión de caer en la autocomplacencia o, lo que es peor, en una cierta endogamia ombliguista. Así que si me proponen participar en algo por la periferia, sea próxima o lejana, suelo aceptar, que hay sitios en que la poesía no tiene tantas oportunidades ni tanta abundancia como aquí, en Madrid (de locos, ya lo dije, aunque eso no quita que disfrute como público o me apunte a alguna lectura que pueda, por una u otra razón, resultarme especial).

¿A qué este rollo? Fácil: anuncio una lectura en S.S. de los Reyes, donde el amigo Ricardo Bórnez está empeñando esfuerzo y trabajo por montar un ciclo de lecturas poéticas. Bueno, y más cosas, que también anda poniendo en marcha un colectivo con el sugestivo nombre de Cultura Indigente. Yo ya me he apuntado AQUÍ podéis ver el blog en que se habla de estas cosas). El ciclo se desarrolla bajo la rúbrica genérica de “La poesía se mueve”, y por él han pasado ya amigos, amigas, poetas todos, como José Naveiras, Ángel Rodríguez, Eduardo Andradas, Eva Márquez, Inma Luna, Ada Menéndez o Erika Holtzinger.

Creo que hay que apoyar estas iniciativas periféricas poniendo en ellas ilusión, así que me he lanzado a la piscina y publicaré unos escuetos cuadernillos, de muy reducida tirada, en los que se recogerán las intervenciones de las sucesivas lecturas. Algo humilde, pero digno. La cosa bien merece pasar de algunas birras y aplicar esas pelas a la edición. De momento, yo pago esta ronda. Ya veremos después cómo seguimos, pero seguiremos.
El próximo miércoles, o sea, mañana, leerán sus poemas Ilkhi Carranza, Mayte Sánchez Sempere y (repite) Erika Holtzinger. Yo tendré el placer de ser el cuarto en discordia, con mis poemas y alguna canción. Será en el Bar Serrano ( Sacramento, 34), a las 20:00 h. Si alguien de Sanse lee esto, ya sabe. O de Madrid, que está a un tiro de piedra.

Pongamos que no hablo de Madrid. Hay que moverse, hay que mover la poesía. La poesía se mueve en San Sebastián de los Reyes. Y allá donde nos llamen, si podemos, iremos.



lunes, 19 de abril de 2010

Caballero del alto copete

.
Sacó de la chistera
una bala perdida.
y perdió la cabeza.


domingo, 18 de abril de 2010

sonetillo estrambótico

.
A Soco, que me azuzó

Hombre nací. Masculino.
Hombre para ti y en ti.
Desde que nací partí
a tu encuentro: fue mi sino.

Hoy advierto el desatino
de partir como partí.
Que no pregunten por mí:
me he perdido en tu camino.

Esquilmado en tus antojos
nada queda que me asombre:
sin lengua, sin piel, sin ojos,

sin atributos, del hombre
sólo dejaste despojos.
Me arrastro. No hay quien me nombre.

(¿Masculino? Se han mudado
las tornas del corazón.
Soy yo quien friega los platos).



sábado, 17 de abril de 2010

prisión

.
No me avengo a monsergas ni razones:
no podemos seguir haciendo caso
a quienes van diciendo a cada paso
que debemos sajar las ilusiones.

Que debemos sajar las ilusiones
dicen quienes auguran el fracaso.
¿Y qué vamos a hacer con nuestro ocaso
si serán nuestras vidas sus prisiones?

Ya confieso que estoy un poco viejo
para enfrentar batallas que me alejen
de la sola prisión que siento mía.

Sólo quiero ser sombra en tu reflejo,
sólo tu sombra, amor, y que nos dejen
lo que nos queda nuestro todavía.

viernes, 16 de abril de 2010

aritméticas del corazón

.
Yo no sé a qué jugaba,
en qué soñaba, en los tiempos de plomo.
Era pequeño, como un palmo
más bajo que los otros chiquillos
y eso marca distancias.
Siempre miré hacia arriba,
mientras ellos tenían que bajar la mirada
cada vez que querían hacer burla conmigo.
Tiraba de las horas para mirar al cielo
y ver pasar las nubes, tan blanquísimas,
corriendo una tras otra. Pasaba con frecuencia
que el corazón se me quedaba atónito
en clase de aritmética,
frente a aquel profesor de lentes gruesas
y olor a mandarinas.

Empecé a escribir cosas en papeles rayados
que me encontraba encima del pupitre,
sí, todas las mañanas
al comenzar la clase me encontraba
gurruños de papel
y escribía, y me daban los pálpitos
y escribía, escribía
cosas tales como que no, que no
me da la gana, qué bien suenan
los timbres, se han fundido
los plomos, vuelve a casa.

Y así. Y llegaba el recreo.
Y no sé a qué jugaba. Desde entonces escribo
palabras sin sentido por puro aburrimiento,
y mantengo los ojos bien abiertos
escondido detrás de alguna tapia.

Ahora sé que no sueño.
Sé que no sueña nadie respetable.

jueves, 15 de abril de 2010

(lo que queda). Juan García Hortelano

Termina de una vez ese dictado
y vete al recreo,
busca, mientras vas
suspendiendo, un balón
imperial o una muñeca
salaz y desinflable,
cuestión de no pensar
más allá de la valla
retórica, más acá
de la vaca platónica
(o ¿sería una caverna?),
y permanece y salta,
mientras el timbre suena,
en el exacto centro
del pensamiento vegetal,
umbrío,
feroz y miserable
pensamiento de alumno
aventajado, que vuelve
del recreo y en el aula
no pupitres: ataúdes se encuentra.



Hora de clase todavía

miércoles, 14 de abril de 2010

¿Estamos locos?

A veces pienso que tenemos más de lo que queremos. Vean este jueves enloquecido:

En el Libertad 8, Pedro Gollonet presenta su poemario “Todos los segundos”. 19.30 horas.



En el Salón de Actos de la Biblioteca Manuel Alvar de Madrid, Daniel Aldaya presenta “Poema York” . La presentación correrá a cargo del poeta Jesús Jiménez Reinaldo y el acompañamiento musical a cargo de Iñaki Asiáin. 19.30 horas.

En el Entrelineas Librebar, Eva Márquez presenta su poemario "Retales de estrógenos", con Santiago Tena y Ada Menéndez. A las 20:30 horas.

                                      


En  oeste celeste, Réflex-iones rock, con SILVIA OVIEDO, YOLANDA PÉREZ HERRERAS, ÓSCAR PIROT, ALFONSO LÓPEZ, SERGIO CRUZ PLACER, BOLO, KACPER (GUITARRA)  A las 21:00h.
                                         
En el Eisbar Sound Club, Dani Orviz presenta su “Mecánica planetaria”, libro y espectáculo. A las 21:30 horas



 
En el Bukowski club se celebra la noche de Paco Sevilla, bajo los auspicios de Carlos Salem. A las 21;30 horas.
 
 
 
 
Y en el Auditorio Nacional de Madrid el Liceo de Cámara presenta a uno de los grandes cuartetos de cuerda:Cuarteto de Tokio, con Sophie Daneman, soprano, con el siguiente programa


Gira del 40º aniversario I

A. WEBERN: Seis Bagatelas, op. 9
J. BRAHMS/A. REIMANN: 5 Ophelia-Lieder
R. SCHUMANN/A. REIMANN: 6 Gesänge, op. 107
A. BERG: Cuarteto, op. 3
A. SCHOENBERG: Cuarteto nº 2 en fa sostenido menor, op. 10

A las 19:30 horas.


Habrá que elegir. Yo me inclino por lo más excepcional, ay, aquello que no sé si podré volver a ver. Adivinen.


martes, 13 de abril de 2010

martes trece: asamblea

.
—Señores, hasta aquí hemos llegado. Hemos soportado palomas y jilgueros, hemos aguantado tubos de escape a todo gas, moteros empeñados en no dejarnos dormir, nos tropezamos con ciegos una vez sí y otra también. Por no hablar de los pobres: éstos son los peores, ocupan las esquinas, los zaguanes, los bancos de los parques y hasta el césped allá donde florece. Ya está bien de aguantar, ha llegado el momento de la liberación, de la liberación, camaradas, hoy es el día del martirio liberador, viva.

El líder, al que le acababa de cagar encima una paloma, acabó su arenga con cierto fastidio, hay que comprenderlo, a nadie le gusta levantar un muñón en vez de una mano o un puño. Pero no se arredró, dado que el pataleo fue bastante entusiasta. Hubo uno que henchido de fervor llegó a batir palmas: fue rápidamente abatido por el ejército de mancos. Una manzana podrida, dijeron. Siguiendo planes largamente meditados —y también debatidos en masivas asambleas—, las patrullas se esparcieron por las arterias de la ciudad. Quedó establecido el cuartel general. Los patrulleros más adiestrados se dirigieron hacia las colas. A ver, no colas de caballo, no cola arábiga, ni mucho menos coca-cola: las colas por antonomasia en aquella ciudad eran de gente. La afición por hacer cola atraía a ellas a todo tipo de personal que era rápidamente abordado por pobres y vendedores de la Once. Y, siempre a la que salta, palomas gordas, muchas palomas gordas alrededor. Conque las colas, como se ve, habían sido bien elegidas como objetivo prioritario, los moteros, más agresivos, quedarían para una ulterior fase militar.

****
Nada sabía Javier de todo esto mientras hacía cola en su panadería favorita, que era la panadería favorita de todo el barrio, claro. Ni Marta, que estaba en la del pescado. Uno y otra fueron de los primeros en caer.

lunes, 12 de abril de 2010

turbas

.
Como si fueran las nubes
mi aliento
los campanarios lejanos.

                                      

                                             El que arrastra
                                             ya sabe
                                             que nadie
                                             lo mueve.



Se encamina a la cima.
La tierra acalla
el toque de los muertos.



                                         Trincheras socavones
                                         oculto bajo el cuerpo destrozado
                                         espera que amanezca.



Trincheras socavones
canta el grajo
la tierra es un despojo.



                                     Se hundió en la arena
                                     con una bocanada resignada
                                     como si no quisiera respirar.



Después de la batalla fue el silencio.
¡Los sordos
se sienten tan a gusto con los muertos!



                                      Pienso en el mar: me inunda
                                      la nada irrefutable
                                      del has
                                                 tí
                                                      o.



Ay, el mar
La corriente
La cal viva
Los muertos



                                        No hay muerte
                                        que no canten
                                        campanas.



Entre su mano
y el silencio
nada.



                             Todo pende
                             me llaman
                             y qué ahora.


         
           Mudo

             Cayado

                Mosca

domingo, 11 de abril de 2010

(lo que queda). José Corredor-Matheos

.
Dejar tan sólo el hueso,
hasta que brille
como puñal o luz
que ilumine la noche
a mediodía.
Cortar de mí el tronco,
luego cortar las ramas.
Del mar, cortar las manos:
que no pueda apretar
con fuerza la garganta.
De la vida, cortar
lo que más duele:
los días y las noches.
De la muerte, cortar
el esfuerzo incansable
con que incita
a vivir para siempre.

De El don de la ignorancia (2004)




(lo que queda). Ángel González

.
La lágrima fue dicha...
Olvidemos
el llanto
y empecemos de nuevo,
con paciencia,
observando a las cosas
hasta hallar la menuda diferencia
que las separa
de su entidad de ayer
y que define
el transcurso del tiempo y su eficacia.
¿A qué llorar por el caído fruto,
por el fracaso de ese deseo hondo,
compacto como un grano de simiente?

No es bueno repetir lo que está dicho.
Después de haber hablado,
de haber vertido lágrimas,
silencio y sonreíd:
Nada es lo mismo.
Habrá palabras nuevas
para la nueva historia
y es preciso encontrarlas
antes de que sea tarde.

(Nada es lo mismo)

sábado, 10 de abril de 2010

canciones

.
Cogollo de toronjil
cuando me aumenten las penas...
Violeta Parra

Dejadme la esperanza.
Miguel Hernández


Contigo, con mi pena,
contigo y con tu pecho
exprimido en limones
de tanto que te quiero.

Tendré que darte tanto
que ya no sé si tengo
fuerzas para quererte:
sólo me queda invierno.

Volverá entre tus brazos
a calentarme el fuego,
ahuyentaré mis penas
sobre tu vientre terso
y vendrán nuevamente
las caricias y el beso.

Ya te miro despacio.
Ya se alejan los miedos.
Tendré una muerte dulce.

Me queda ese consuelo.



viernes, 9 de abril de 2010

Obvios Vs. Elípticos: empate


Versos hechos con el verbo de Batania
.
Unos se pierden en los mazorrales,
vagos y maleantes.

Otros clonan relojes sin agujas,
metacínicos.

Unos rabian su pena en las paredes,
neorrabiosos.

Otros ocultan sus apoplejías,
endecapléjicos.

Unos ignoran que les ponen cuernos:
cachicuernos.

Otros se pierden en cualquier espejo:
miraquelindos.

Unos montan en burro y tienen prisa:
burrosquianos.

Otros tienen la raya a tiralíneas
cursilíneos.

Unos nunca se quedan en el centro:
periféricos.

Otros se pierden en la periferias:
imagina qué imagen.

Unos no cuentan chistes ni de coña:
realistas.

Otros tampoco cuentan ningún chiste:
ficticios.

Unos escriben por y para el pueblo:
políticos.

Otros escriben por y para ellos:
jerigóngoros.

Unos cumplen el tercer grado de condena:
disléxicos.

Otros son apolíticos, librescos:
spices pijas.

Unos, naturalistas de Greenpeace:
Otros parapsicólogos y snobs:

Benedetti forever.Gamoneda.

Escribo lo que debo, dicen unos.
Escribo como debo, dicen otros.
Unos se dicen obvios y están locos.
Otros son los elípticos, dementes.

Todos, obvios y elípticos, como un regadera:
escriben con los pies sobre un esférico
balón que nada sabe del extraño
destino que le aguarda tras el duelo.

Pobre pelota.
Pobres, tristes pelotas.

MAÑANA, LA REVANCHA

jueves, 8 de abril de 2010

comienza un nuevo día y ella duerme

.
Yo sé bien que tu amor no es flor de un día
sino fuente de eterna primavera,
manantiales de aliento y sementera
derramados en torno a mi bahía.

Me deleito sabiendo que eres mía,
que en mis brazos vencidos, prisionera,
harás cuanto te pida, cuanto quiera
para aliviar un punto mi agonía.

Alumbrarás mi ocaso, vida mía,
humedales seremos del desierto
y tú me darás sombra cada día.

Serás, amor, mi abrigo cuando incierto
vacile entre el ayer y el todavía
como si no supiera que estoy muerto.

miércoles, 7 de abril de 2010

patrias parias

.
En el pueblo dos calles.
En la calle primera
una esquina y dos cables;
dos cables y un esquina
en la segunda calle.
En la esquina un bordillo,
en el bordillo, nadie.

Siempre la misma esquina.
Un perro se pasea
por la acera de enfrente,
la que no tiene esquinas,
la que no tiene gente.
Un perro solitario
rumbo a ninguna parte.

Es un pueblo perdido.
Es mi pueblo: prefiero
que no tenga habitantes
ni huellas ni recuerdos
ni un solo escaparate.
Tampoco un cementerio:
yo no voy a enterrarme.

Levanta polvo el viento.
Arrastra muerte el aire.
No sale en ningún mapa,
mi pueblo se ha perdido
en la tierra de nadie.

Por mucho que me busque
nunca voy a encontrarme.

martes, 6 de abril de 2010

Cien años en un día. Miguel Hernández en la Complutense.

Jueves, 8 de abril, 11.30h., 16h. y 18h., en la Facultad de Filología, Edificio A. Sala Paraninfo. Univesidad Complutense de Madrid. Festival "100 AÑOS, MIGUEL HERNÁNDEZ EN UN DÍA". Este es el cartel.



El amigo Chema Rubio se lo ha currado bien y ha organizado una jornada maratoniana en torno a Miguel Hernández. Habrá mesas redondas, conferencias y, ya al caer la tarde, un mar de poemas y canciones. A mí me ha tocado intervenir en la inauguración, que, como veréis, está llena de Dones. ¡Yo no me veo Don! Pero, en fin, así es la academia. Interpretaré algua canción de mi cosecha sobre poemas de Hernández (no, no las de Serrat).



Un día festejando el centenario de Miguel Hernández. Recitales, conferencias, música y performance.

Como aperitivo, os dejo con la "Canción de esposo soldado" en la voz del poeta.

lunes, 5 de abril de 2010

ella (5)


Lunes. Me mira.
Se helaron las miradas.
Cantan los gallos.

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Cuando resbala
la lluvia por su cuerpo
quiero ser nube.

---

Esa piel blanca,
ese pecho de luna:
caligrafías.

---

Ella es el cauce
que recoge mis lágrimas.
Crece la orilla.

---

Lunes. Me mira
la lluvia por su cuerpo
La orilla crece.

domingo, 4 de abril de 2010

lastre

.
Ahora los días flotan.
No tú. No yo.
Son pompas de jabón,
juguetones,
los días. Nosotros,
pompas fúnebres.

¿Ves su estela en el aire?
No eres tú. No soy yo.
Son estelas
festivas, y nosotros
ya tan sólo esculpimos
estelas funerarias.

Ahora flotan los días
en torno a nuestros cuerpos.
Nuestros cuerpos
no flotan, ya se hundieron
lastrados por el paso de unas tardes
que nos pesaron mucho.

Pero se hundieron juntos,
amor, se hundieron juntos.
Con tu yo. Con mi yo.
Y allí siguen amándose,
en la ciénaga,
ajenos a los días: felices, aunque muertos.

¿Ves su estela en el aire?

sábado, 3 de abril de 2010

(lo que queda). Un poema de Octavio Paz

.
Para que pueda ser he de ser otro,
salir de mí, buscarme entre los otros,
los otros que no son si yo no existo,
los otros que me dan plena existencia,
no soy, no hay yo, siempre somos nosotros,
la vida es otra, siempre allá, más lejos,
fuera de ti, de mí, siempre horizonte,
vida que nos desvive y enajena,
que nos inventa un rostro y lo desgasta,
hambre de ser, oh muerte, pan de todos.

(Lo que queda). Un poema de Álvaro García

.
La verdad se ha instalado en sus miradas
y ya ni hay quien la saque.
No me refiero a la verdad que llega
a base de intentarlo.
La suya es la verdad hereditaria:
clérigos de sí mismos,
su historia se encapricha de destino
y en ellos la certeza
ha hecho un terco nido indemostrable.

Cabezas infestadas de verdad
como otras de piojos.
Afirmo todo esto con envidia:
son sabios que no escriben,
por contracción del estirado cuello,
por tortícolis mística.
Lo que en ellos es ágrafa heredad
busca uno con trabajo.

Los sabios mudos son indiscutibles.

viernes, 2 de abril de 2010

(Lo que queda). Un poema de Octavio Paz


Soy hombre: duro poco
y es enorme la noche.
Pero miro hacia arriba:
las estrellas escriben.
Sin entender comprendo:
también soy escritura
y en este mismo instante
alguien me deletrea.

(Lo que queda). Un poema de Óscar Hahn

.
Si tus miradas
salen a vagar por las noches
las mariposas negras huyen despavoridas
tales son los terrores
que tu belleza disemina en sus alas.

jueves, 1 de abril de 2010

noches blancas en clave surrealista

.
Estrategias siempre ha habido.
Momentos de gloria: trances.
Inquietantes estrategias.
Láminas guerreras: tácticas.
Ilusiones también hubo.
O no. Quien las tuvo sabe.

Y me apetece añadir:

Sobre mesas sin manteles
Ubérrimos calcetines
Saltan de un extremo al hoyo.

Nadie sabe lo que pasa,
Olas de posos azules
Con sabor a madreselva
Horadan rocas sin musgo
En las lindes de la noche
Salvaje del santo jueves.

Bolas de fuego.
Las noches blancas se apagan.
Alerta sobre las sábanas
Negras de la madrugada.
Cada cual juega su juego.
A ver quién no se ha peinado
Su destino ante el espejo.