martes, 31 de marzo de 2009

manifiesto

Láminas de acero. Clamor uniforme.
Unánime invierno. Inane, traspuesto,
no pienso rendirme. Ahí me las den todas.
A todos y todas os digo: ya es hora
de que se nos oiga. Tan sólo un susurro:
basta, basta, basta. Nos sobran estatuas.

lunes, 30 de marzo de 2009

tres y dos suman cuatro

Qué más da, no es muy tarde,
tengo tiempo de atarte la muñecas
con el hilo de seda que nunca utilizaste
y clavar alfileres en la foto del tipo
que te lo regaló
y ahora está en tu entrecejo.

Las copas que nos sobran
las tiraré sin pena a la basura
oscura de tu vientre. Tengo tiempo,
tengo toda la noche por delante.
El panorama
es desalentador.

domingo, 29 de marzo de 2009

te dirán que llegué de un mundo raro

Cuando te hablen de mí no digas nada:
no defiendas a ciegas lo que ignoras.

Cuando te hablen de mí, mejor te callas,
no vaya a ser verdad lo que te digan.

Cuando te hablen de mí mantén la calma
y, aunque llores, no bajes la mirada.

Cuando te hablen de mí traga la rabia,
no des pábulo alguno al pregonero.

Cuando te hablen de mí salva la cara
pero no digas nada. Calla, calla.

Cuando te hablen de mí llégate a casa
y escúpeme a la cara.

sábado, 28 de marzo de 2009

recuas urbanas

Ayer volví al bareto.
Estaba lleno.
Yo me sentí vacío
como cuenco sin agua.
Los ídolos, de barro,
espejismos
de cristal sin azogue.

No volveré al bareto:
amo sin amo,
el amor puede más que la canciones.
Hoy dormiré tranquilo, espero
descansar en paz.
Y mañana saldré
a darme un buen paseo
por el parque
o por el cementerio.

No volveré al bareto,
no volveré a dejar
que me hagan trampas,
que jueguen
con las cartas marcadas.
Todo me ha parecido
una mala comedia,
entre la pantomima
y el vodevil barato.

No volveré al bareto.
No lo echaré de menos,
está de más. No más
extravagancias.
Prefiero criar malvas
a tener pesadillas.

No volveré al bareto:
no me siento rebaño
ni hombre de lentejuelas
(me refiero
al plato de lentejas).
Menos bromas.

viernes, 27 de marzo de 2009

ventanas, 9

Cántame la canción de despedida
una vez más,
nunca voy a escucharla,
aquí me quedo.

jueves, 26 de marzo de 2009

borracho con luna

Hoy he visto llorar a un borracho
a la luz de la luna;
llorando, ha extendido sus brazos
y ha besado un farol.
Yo le he dicho gritando a lo lejos
que por qué lloraba.
“¿Qué por qué, mi viejo?
Es por esa luna
que se ve allá arriba:
la quiero tocar”.

miércoles, 25 de marzo de 2009

el sábado, en Trovadicta

APUNTES PARA UN PEQUEÑO DESAHOGO

Hoy voy a reventar en mis adentros.
Hoy voy a pregonar lo que me duele.
Hoy quiero darle cuarto al pregonero.
Hoy no voy a callar aunque me estrelle.

Hoy voy a ser locuaz en mi locura.
Hoy voy a ser tenaz en mi turrada.
Hoy me libero toda la amargura.
Hoy me juego la vida a todo o nada.

No sé si estoy borracho o estoy cuerdo.
no sé ni dónde está la diferencia.
No quiero ser rehén de mis recuerdos.
No quiero ser fantasma de una ausencia.

Puedo empezar por ciertos personajes
con los que tengo trato de a diario,
tan serios y embutidos en sus trajes,
tan panchos en su afán de funcionarios.

Qué coño harán si siempre están reunidos,
por mí pudieran irse ya a la porra
con su café con churros, revestidos
con el glamour que da el vivir de chorra.

Y luego está el amante de las colas,
ésas que dan dos vueltas de manzana,
el que se pone en fila porque mola
perder el tiempo, estar sin hacer nada.

No soporto a quien quiere ser padrino
en los bautizos, muerto en los entierros,
novia en las bodas, polvo en el camino,
salsa de perejil, quebranto en duelo

No sé qué pintan patrias ni banderas
ni mucho menos tantos militares.
No soporto subastas patrioteras
ni sé por qué la patria tiene tantos padres.

Tengo sólo una pizca de anarquista,
soy más paciente de lo que parezco.
No soy el santo Job ni un terrorista,
pero menos me gusta hacer el memo.

Creo que no estoy hoy lo que se dice
nada político, ni un pelín correcto,
así que haré muy bien en reprimirme
no hablando para nada del gobierno.

Mejor me centro en temas amorosos,
mejor me apresto pronto a decir versos.
Mejor me callo, no, mejor me pongo
a poner raca-raca a algún soneto.

Hoy voy a reventar en mis adentros.
Hoy voy a pregonar lo que me duele.
Hoy quiero darle cuarto al pregonero.
Hoy no voy a callar aunque me estrelle.


Ya sabéis (casi todos) que este sábado 28 estaré tocando en el Trovadicta (Noviciado, 9. Muy cerquita del Metro).


Espero estrenar mis "Apuntes para un pequeño desahogo", aunque sea improvisando (por el momento, ahí va la letra, en versión abreviada), y habrá actuaciones especiales.

El sitio mola mucho: velas, sofás, mesas camilla. El concierto será a las 22:·00 horas.

Se os quiere y se siente uno querido, que eso es algo muy bonito,

Abrazos,


jotaele copia

Trovadicta@: Un lugar único, increíble, intemporal… hay que entrar para vivirlo, mejor contarlo que te lo cuenten, casi escondido en el corazón de Noviciado a pie de calle, en una pequeña sala o mejor dicho: el salón de la casa de Patricia Durán, que te acoge como si estuvieras en el salón de la casa de cualquier amigo, un pequeño escenario, una luz delicada, un sonido limpio y sobre todo una música pura. Un encantador lugar que despliega magia sin truco alguno, música de cantautores que te cantan de tú a tú, que te susurran sus canciones al oído, y es que Trovadict@ es un lugar que te envuelve, pequeño e intimo, eso lo hace grande, un lugar donde poder sentir unas horas que te saben a poco porque el tiempo se detiene. No se puede aprovechar mejor el espacio para que tod@s tengan cabida, con un aforo para 60 personas, 10 mesas en las que la luz de una vela acompaña las miradas, y un maravilloso, cómodo y mítico sofá en primerísima línea de escenario, en que poder sentir privilegiadamente como laten las cuerdas de una guitarra o como te acaricia una voz que se desvive por ti. Música para todos los gustos y un mar de sentimientos en el que artistas de lo más variopinto te invitan a navegar sobre la música más cristalina que se convierte en suaves olas para los oídos.

martes, 24 de marzo de 2009

te quiero mucho

(Escribo en La Boite)

De tus tacones caes con el estruendo
propio de las tormentas de tu falda,
nada más parecido a una escapada
hacia ninguna parte, qué salvaje
la noche en que te dije buenas noches
y adios.

Nunca fue para siempre:
desde el principio supe que tu falda
se abría en ese punto indescifrable
que siempre está de más, y tus tacones
eran un precipicio hacia el escándalo.
Nos lo pasamos bien,
todo lo bien que puede atravesarse
un agujero negro como tú.

Ya sabes lo que pienso: vete lejos,
donde no pueda verte ni pensarte,
donde no haya bordillos ni fracturas
ni cuentas abultadas pendientes de arreglar.
Te quiero mucho lejos. Vuelve tarde

lunes, 23 de marzo de 2009

presa(s)

Busco una presa
para hincarle los dientes.

Busco una presa
para libre tenerla.

Busco una presa
que se rompa en torrentes.

Busco una presa
que llevarme a la boca.

Busco una presa
que atenace enemigos.

Busco palabras,
soy presa del terror.

domingo, 22 de marzo de 2009

disfraces

Vístete de clamor.
Es lo que toca.
Pero casi prefiero
disfrazarme de amor
aunque no toque.
Yo voy a piñón fijo.

sábado, 21 de marzo de 2009

segunda dimisión

Dimití de poeta
al comienzo de alguna primavera
hace ya tantos años… Era joven.
Ahora me he dado cuenta
de que nunca lo fui
(quiero decir, poeta). Petulancia
de tal envergadura
no se sostiene ya: soy lo que soy,
un tipo que se escucha y aun pretende
que le escuchen los otros. Algo extraño
en los tiempos que corren, que, por cierto,
no son tan malos tiempos para nada.

La poesía es un arma cargada de ignorancia
y de mucho amor propio.
Ejercer de poeta es cosa fácil,
lo difícil es serlo. Por si acaso,
hoy vuelvo a dimitir.

viernes, 20 de marzo de 2009

dias de puente

Ahora están floreciendo los almendros
nieves en primavera.
Azul el cielo,
enfilo hacia el otoño de mis días
floreciendo señuelos.

No será la nostalgia la que empañe
calmas de mis jornadas.
Vivir, instantes:
lo malo y lo algo bueno que fue mío
lo llevé por delante.

No es extraño que todo me parezca
vida y lo olvide todo:
manera es ésta
de alzarme con asombro en la mañana
por la vida que empieza.

Aún habrá largas noches encendidas,
velas llenas de abrazos.
Rumor de vida,
adioses que aletean impacientes
a lo lejos se agitan.

Tanto amé. Sigo amando cuando lanzo
dardos al infinito.
Habito nubes
de lluvia que se nublan cuando siento
florecer los almendros.

jueves, 19 de marzo de 2009

árbol genealógico

Los hijos de los hijos de mis hijos
poco sabrán de mí. Ando trepando
por mi árbol genealógico
y es harto complicado alcanzar mis orígenes.
Vengo del paraíso, eso está claro,
y soy un pecador empedernido, tanto
que con frecuencia sufro fuertes cólicos
de manzanas podridas, venenosas.
Es muy probable que acabe en los infiernos
con una hoja de parra.

Los hijos de los hijos de mis hijos
deberán afanarse en rastrear las huellas
de un difunto enterrado en códigos binarios.
Yo tengo el blanco y negro, el color sepia,
ellos no tendrán nada. Y mis cenizas,
ya lo he dejado escrito, serán pasto
de ratas en las alcantarillas de mi pueblo.

Pero esto es tan grotesco…
Los hijos de los hijos de mis hijos
acabarán en el bosón de Higgs,
perdidos en el tiempo, guardianes
de las puertas de Orión. Encadenados.

miércoles, 18 de marzo de 2009

el cuadrado de la hipotenusa

El cuadrado de la hipotenusa
es igual a la suma del cuadrado
de los catetos.
Eso dijo Pitágoras antes de que le diera
por meterse con músicas y escalas.

Uno de nuestros próceres insignes
que aún anda revolviendo por ahí
dio con la frase exacta: manda huevos.

Lo digo porque a mí me sobran teoremas
para saber exacta, milimétricamente,
el cubo de tus senos y cosenos
o el timbal que resuena
con sólo acariciarte las orillas.
Tengo un poco de oído
y unas manos con suficiente escala
para saber que tu cuadrado es círculo
y tú música solfa. Menos bolas.
Tu hipotenusa no entiende de cuadrados,
tan redonda eres tú.

(Pitágoras, según dice Jenócrates [396-314 a. De J.C.], descubrió que los intervalos en música no pueden originarse sin el número, ya que consisten en la combinación de una cantidad con otra. Así que examinó a qué se debía el que los intervalos fueran concordantes o discordantes y, en general, el origen de todo lo armónico y lo inarmónico).

martes, 17 de marzo de 2009

con todo desaliño, para ella

Tengo un porqué y un no en el cuarto peldaño,
ése que siempre cruje después de los fragores.
Me rechinan los dientes cada vez que detengo
mis pasos justo ahí, todos los días,
cuando voy, cuando vuelvo
y rebusco y no encuentro ningún mensaje tuyo
en la basura llena de noes y porqués.

¿Soy hombre de uñas negras, dentadura de lobo,
torva mirada, abrigo
de forro descosido? Tal vez. En la estación
los trenes siempre pasan de largo cuando espero,
aunque tenga reserva de clase preferente.
Siempre fui así, nunca he engañado a nadie.

Aquel primer encuentro en el cuarto alquilado
donde apartamos bártulos y ahuecamos almohadas,
música celestial. Fuiste primero amable,
tosca enseguida, un tanto displicente después,
finalmente me viste como un bártulo más.
Es el cuarto peldaño el que me cruje,
aunque no hay escaleras ni ascensor en la casa
que me habita después de tantos años.
Sigo guardando mi porqué, mi no,
que será la respuesta a ese mensaje tuyo
que nunca llegará. Hoy me he duchado
y espero con mi rictus que pasen muchas horas
antes de deshacerme de todos los fulgores
que inútilmente escondo para ti, mi gran dama.

lunes, 16 de marzo de 2009

ventanas, 8

Más vale dejarlo estar,
no tengamos un traspiés:
te sobra lo que me falta
y al revés.

domingo, 15 de marzo de 2009

a mi viejo profesor de guitarra

Sé que soy un ladrón. Robo tu tiempo.
No este tiempo de ahora:
el de todos los años que pasaron
en búsquedas y afanes
para poder gozar con todo el cuerpo
de algo que no es guitarra, sino amante.
Y más que amante: vida.

Sé que soy un ladrón. Robo tu empeño
de escribir sin borrones,
de intentar lo perfecto en lo que emprendes
y de sufrir por ello
la incomprensión de los que se conforman,
siempre en la cuerda floja.

Sé que soy un ladrón. Robo los planos
de tu casa, y quiero
hacer tejados sin echar cimientos.
Te pido atajos
que no sabes muy bien adónde llevan
sin antes aprenderme la escala pentatónica.

Sé que soy un ladrón. Robo tus manos,
los callos de sus yemas.
Tampoco pienso que te robe tanto,
porque no tiene precio
lo que intentamos juntos cada día:
perseguir imposibles. Por ejemplo,
hacer que los sarmientos de mis dedos
corran como gacelas sobre cuerdas metálicas.

Sé que soy un ladrón,
un copista frustrado frente a un cuadro
de Goya, un muñidor
de músicas inciertas. Y sí, robo tu tiempo,
porque sé, como sabes, que ya el mío
comienza a evaporarse.

Debo encontrar atajos, ver el bosque
incluso sin ver árboles,
atarme bien los machos, ser humilde,
resignar lo perfecto.

Y debo recordar cada mañana
a quienes me sostienen con su aliento.
Hoy te ha tocado a ti: ladrón esquivo,
doy gracias al maestro y al amigo.

sábado, 14 de marzo de 2009

nuestro horóscopo

Vida mía: tú eres Leo
y yo soy Virgo de libro.
Somos dos casas eclípticas
y un designio.

Leo: león de Nemea,
tu piel fuera impenetrable
si no fuera por sus poros
inquietantes.

Virgo: que los rayos lleva
del propio sol en sus brazos,
tan sólo quiere ofrecerte
sus relámpagos.

Somos dos constelaciones
perdidas en espacio
inmenso que hay de tus dientes
a mis labios.

Virgo y Leo:
la guerra de la galaxias
dio paso al asentamiento.
Leo y Virgo
son dos hombres y un destino.

Somos de distinto signo
y no.

viernes, 13 de marzo de 2009

leo en la cama

Hace bastante tiempo que no abro ningún libro.
Leo tu cuerpo y basta. La lectura de cuerpos
proporciona placeres ciertamente carnales,
pero también cultiva el intelecto.
Paso con parsimonia cada página
y en ellas me demoro. Unas hablan de mares
y tesoros ocultos, otras guardan
argumentos que nadie ha imaginado antes.
Hay líneas que pudieran ser de novela negra
y otras que están repletas de aventuras o viajes
a rincones que tienen el blanco de tu blanco
y nada más. No es poco. Yo aprendo a cada instante
texturas que no tienen los papeles,
son texturas de piel en viva carne.
Y me gusta su olor, el olor a librero
de las estanterías de tu cuerpo. A veces
cierro el libro de golpe y te me enfadas,
pero lo más frecuente es que me duerma
con lentitud, sin prisa alguna, entrando
en el sueño contigo y con tus lomos.
Tu cuerpo es un relato interminable.
Y como cualquier cuento de aventuras
de los que frecuentaba antes de ti,
no quiero que se acabe.

jueves, 12 de marzo de 2009

campo minado

Planto besos de amante
en la triste maceta de una tarde.

Planto grises colgantes de silencio
bajo la piel de tu papel sin término.

Planto a tientas caricias temblorosas
en el hueco que forman tu ausencia y mi memoria.

Es el campo minado
que te espera si vuelves a mi lado.

miércoles, 11 de marzo de 2009

credo in unum hominem

Creo
en todo lo incierto que remueve montañas, en las incertidumbres de no saber mañanas ni fechas fijas en el calendario, en lo que va a venir sin esperarlo. Creo

en la fuerza imparable de las palabras dichas sin artificio alguno, en el empuje de la inmensa masa de gente como yo sin esperanza, con convencimiento (Ángel González vive). Creo

en la muerte como adiós a la vida sin lápidas ni cruces ni sandeces dichas solemnemente y a destiempo. Creo

en la soledad del hombre despojado de todos sus andrajos, renacido en los otros para ser uno y trino. Creo

en todas las cosas que dejamos al borde del camino por si alguien las recoge con templanza y las guarda en su almario. Creo

en ti, anónimo enemigo o indescifrable amigo, en todo lo que puedes hacer para cambiarme, para secar al sol tanta tristeza que no tiene motivo y sí remedio. Creo

en que nada en el mundo es inmutable ni está escrito el momento en que ha de cambiar todo si así nos lo queremos. Creo

en la comunión de todos los que buscan y no encuentran, en el advenimiento de quienes han de hacernos solidarios sin mesiánicas dotes de profeta, en las palabras sin sentido llenas de sentimiento. Creo

en lo que puedo y en lo que no puedo, en la resurrección de lo imposible, en las calles abiertas, alamedas que volverán a abrirse. Creo

en que se puede amar a mucha gente a la vez sin estar loco ni tampoco cuerdo, en los brazos de todos los abrazos, en la infamia de todas las mentiras, en el cuento sin cuento. Creo

en las lágrimas que no afloran de golpe y se acomodan en el parque inhóspito de tantos corazones, a la espera de salir a la calle y llorar de verdad. Creo

en que no hay nada mío ni vuestro, y mucho menos suyo, que lo nuestro no debe ser un tropo impronunciable. Creo

en todos los locos. Creo en ti, creo en mí, creo en nosotros. Creo

que ha valido la pena haber vivido aunque haya tantas cosas por hacer todavía, tanta pena en los cuerpos y en las almas, tantas oscuridades que no acierto a alumbrar.

martes, 10 de marzo de 2009

el escribiente, una noche

Anda cavilando almohadas.
Ventila alucinaciones.
Los puntos bajo las íes,
parda mordaza.

Esparce ingeniosas trampas
que las palabras esquivan.
Los puntos suenan aparte,
negra coraza.

Nunca se fijó en las ramas
que penetran sus paredes.
Hoy son puntos suspensivos,
gris amenaza.

Esta noche el viento canta
el cantar de los cantares.
En punto suenan los puntos,
ocre tenaza.

Aventura frases vagas,
apuntala algunos tropos,
apunta puntos perdidos,
roja carnaza.

Ya se inquieta, se levanta
de su silla el escribiente;
el punto y coma se esconde,
morada caza.

La mano que flota ahogada
sobre la página en blanco.
Los puntos ya son finales:
blanca mortaja.

lunes, 9 de marzo de 2009

no puedo escribirte

Quiero escribir tu nombre, pero me salen otros
que me suenan a ti sin llegar a ser tuyos.
Los dedos se me enredan al hilvanar vocales
con unas consonantes que no huelen a ti
ni conforman las dulces sílabas que pronuncio
cuando digo ese nombre que no puedo escribir.

Ay, mi doncella amable, ayúdame a nombrarte.
Dar con el nombre exacto de las cosas no es fácil
y el tuyo está en mis manos, tan hermoso y preciso
como el trazo de luz que deslumbra mis ojos
al filtrarse atrevido por la rendija mínima
que anoche nos dejamos al apagar la luz.

Se me pasan las horas tachando nombres vacuos
como aurora, reposo, candil, rosario, huerto,
fortaleza, templanza o abstinencia. Virtudes,
palabras que emborronan la sencilla, sonora,
tremenda infinitud de tu pequeño nombre,
tan pequeño que elude cualquier caligrafía.

Y te nombro en mis sueños, y te nombro despierto.
Pero nunca te escribo. No puedo soportar
tanta impotencia, dime, dime tu nombre, grita,
escríbelo conmigo, para ti y para mí.
Te escribo amor, tu nombre es amable y amante,
lo sé, no estoy muy lejos, pero me faltan eles.

Eles como olivares, eles de adioses y olas,
eles elefantiásicas, eles liliputienses,
eles que vuelen solas, eles sobre tu espalda,
eles aladas, hélices eles verticales.
Y las eles se enroscan como lianas o lunas
que destrozan las bielas del motor de tu nombre.

Tengo un collar de sogas, la soga de tus sílabas
la siento en mi garganta. Más prefiero ser mudo
que ser ágrafo, soga cual nudo corredizo,
nudo gordiano al cuello que acabará asfixiándome
antes de que consiga acertar con el hacha.
Quiero escribir tu nombre y escribo sólo almez.

domingo, 8 de marzo de 2009

en el día de la mujer (trabajadora)

Eso de que haya días de cualquier cosa todos
los días es algo que abomino.
Y, sin embargo, adoro a las mujeres aunque tengan su día.
Pero más, mucho más, cuando no tienen
el día. Una mujer que llora me enternece.

(Ya sé que dicho así suena algo rancio y, desde luego, ajeno al techo de cristal.
Pero escuchen la historia de alto voltaje vejatorio –indigna,
aunque no censurable en los tiempos que corren–
que pudiera escribir cualquier cretino pero la he escrito yo, miren por dónde,
un poco porque sí, porque es muy cierta, y
otro poco tan sólo por llevar la contraria a la estulticia gubernamental).

“Llegó montada
en una Harley-Davis de enorme cilindrada
con enormes espejos. Unas gafas
ocultaban sus ojos almendrados.
El pañuelo que ataba a su barbilla
no era de mercadillo, y el pantalón pitillo
de cuero abrillantado tampoco parecía
ser de segunda mano. Me enamoré al instante.
¿Nos damos una vuelta? Dijo: sí.
Un ruido atronador fue lo primero
que recuerdo de ella. Luego, la lejanía.
O yo me expliqué mal o no pudo escucharme,
porque en vez de una vuelta se dio la media vuelta
y se fue como el sol cuando muere la tarde
envuelta en gases y batir de alas.
El último recuerdo fue el peor:
no me enseñó sus dientes.

Hoy, en mi cotidiano paseo en bicicleta,
me ha atropellado un coche de alta gama.
De su asiento trasero
saltó un mastín que me llenó de besos y de babas.
No pude remediarlo: aunque estaba maltrecho,
malherido, furioso, me enamoré al instante
nuevamente. Esta vez he acertado,
estoy seguro de ello. Siempre he dicho
que más vale buen perro que perrita faldera
en pantalones”.

Lo políticamente correcto no es lo mío, es fácil deducirlo.
Pero insisto: adoro a las mujeres
aunque tengan su día, como el libro o el agua.

sábado, 7 de marzo de 2009

larga vida al rock and roll

Como decía, hay gente para todo.
Y yo soy una de esas personas ambidextras
que por nacer nací fuera de tiempo,
pero no por exceso: por defecto.
Me pasan cosas raras sólo porque llegué
unos segundos antes de sonar la campana.
Por poner un ejemplo: así como hay quien lleva
varios relojes en cada muñeca o calcetines
de colores distintos y chillones
en los pies, yo tengo por costumbre
ponerme cada día dos pares de zapatos
a la vez. Con uno de ellos ando, que es lo suyo.
El otro me lo pongo de sombrero
y me lo quito al paso de una dama.
Son cosas de la edad, seguramente,
de ese estar para todo y para nada
que arrastra cualquier tipo que no vive a su tiempo:
soy un viejo algo excéntrico y chapado a la antigua,
por más que me apasione aceptar a las chicas
una copa en el Honky mientras rompo columnas
y esqueletos (el mío) al excitante ritmo
de una banda de rock a todo trapo.
Esto del rock and roll es lo que tiene,
que te olvidas de todo. Larga vida
tengamos mis zapatos, el rock and roll y yo.

viernes, 6 de marzo de 2009

ventanas, 7

La torre de Babel
en dos mitades:
en la otra estaba ella.

jueves, 5 de marzo de 2009

Pandora

De la palabra
cuelgan silencios
y caen como podridas
las manzanas.

En la palabra
se ahuecan los rincones
que alojan todo el miedo.

A punto está de abrirse
la caja de los truenos: será entonces
furiosa la palabra
de la bestia dormida.
Y domaré tu nombre en pleno en grito.

miércoles, 4 de marzo de 2009

desasosiego

No puedo acostumbrarme
al silencio ominoso de la tarde.

El rojo atardecer que fue tu pelo
anochece de golpe. Tengo miedo.

Me despierto sin dar las campanadas
y emborrono acuarelas que no son ni fantasmas.

No puedo convencerme
de que ya no estarás cuando regrese.

martes, 3 de marzo de 2009

bodegón sin búcaro

Una mano en el pecho,
un pecho en la cabeza,
una cabeza entera
mente hueca.

Un dedo sin espinas,
una espina sin rosa,
una rosa furiosa
mente roja.

Una rama en el árbol,
un árbol en la mano,
una mano tan triste
mente seca.

Los perfiles de un bodegón en sombra:
manos, rosas, cabeza, dedo, espina
se alojan descarnada-
mente en ti.

lunes, 2 de marzo de 2009

casi una oración

Cuánto te añoro,
fantasma en vuelo,
veleta loca
que giras a merced de cualquier viento.

Todos mis mares
son trampantojos,
lagar de uvas y sed.

No hay sitio en ti.

domingo, 1 de marzo de 2009

ser nada y tú

Quiero ser ciego y recorrer a tientas
todos tus recovecos, tus heridas,
todos los hospitales de tu cuerpo.

Quiero ser ciego.

Quiero ser mudo y decirte los dedos
que me sobran, las uñas que rebañan
codiciosas los surcos de tu cuerpo.

Quiero ser mudo.

Quiero ser sordo y escuchar sin riesgo
de ahogarme los torrentes de tus venas,
los ecos intangibles de tu cuerpo.

Quiero ser sordo.

Quiero ser ciego, mudo, sordo, nada,
para ser sólo tú y tus circunloquios.
Quiero estar sin estar. Y tengo miedo:

quiero ser tú.