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Me he descubierto comiendo carne humana y me ha gustado, aunque yo soy más bien vegetariano. Será que el hombre ―o la mujer― son carne de cañón: a saber qué contienen esas vísceras húmedas. Ahora soy ouroboro y me como a mí mismo. Quedo poco.
Poemables de Jose Luis Zúñiga
34 comentarios:
¡Total!
Besos
Vomitate. Así retomarás el círculo.
Has descripto el ciclo de la vida.
Genial.
Sabrás dulce.
Un beso
SIL
Veo que efectivamente, son las palabras las que te atacan. Sin embargo, cuida de no comerte la mano que te agarro Más que nada, porque la necesito; tampoco es que esté muy sana, la verdad, pero me viene bien.
Besos, esperando el siguiente.
si es que todo es como una rueda, vuelta a empezar constante.....
Me gusta esta serie allá vamos todos al silencio y mola
besicos
Insisto, la esencia es lo único necesario.
Otro beso.
Somos carne de cañón, sobre todo cuando nos devoramos nosotros mismo, la vía es siempre la misma, ya te veo serpiente que comienza a comerse por la cola, pero al final queda siempre la boca... no sé si quedará en silencio o seguirá pronunciando palabras.
Un abrazo, José.
Leo
En este camino en busca del silencio nos descubres algunos perfiles que no se yo.
Aunque reconozco que "comer" a algunas humanas esta entre mis aficiones (creo recordar, jejeje).
Yo, querido Zuñi, comparto "las voces del sielncio" propuestas en tu anterior entrada. Comparto "los sonidos del silencio", ¿te acuerdas?. Comparto, incluso, "Il silencio"... ¡que bonita!... Y tantas otras.
Y, por si acaso, te digo aquello de que "el toro se adentra en el desierto cuando siente que lo doblegan y no regresa hasta haber recobrado la fuerza para destruir a quien lo ha abandonado"(Ausias March).
Por todo lo demás: perfecto.
Los lobos nunca se comen entre ellos; los humanos parece que sí, tal vez porque imaginan que hay algo que no se ve. Lo cierto es que el silencio del garrote era muy silencioso; eran tiempos de palabras evidentes.
Un abrazo.
Segun me voy actualiando en tus lecturas me va dando mas miedito... comer carne humana. El caso es que no es la primera vez que escucho o que leo en algun sitio que es una de las carnes mas jugosas y ricas que hay. No quiero comprobarlo, esta claro. Pero saborearla y amagar algun mordisco si que me gusta.
Besos
Cita
Alguna vez hay que darse un respiro, Ana, me salió la cosa irónica. O no, porque para muchos esta serpiente ciercular es el símbolo de la vida; y, para otros, del infinito. O sea, que ya me gustaría...
Bs
Vomitarme, M., eso sería lo políticamente correcto: volver al redil, rehacerme, renacerme. Acabaré haciéndolo, de momento me que con la digestión a medias. Como digo, quedo pco, pero algo es algo.
Abrazo.
Volver al punto de partida, Sil, ese es el ciclo aunque yo no lo complete. Una pena, porque como dijo Lao-Tse:
Ser grande significa
extenderse en el espacio.
Extenderse en el espacio
significa llegar lejos.
Llegar lejos significa
volver al punto de partida...
A ver que pasa cuando llegue a la cabeza.
Bss.
Ps.- Amargo no soy.
Podré devorarme, Isolda, pero jamás haré daño a quien conmigo está. Cuida esa mano, es reconfortante. En realidad, esta etapa tendría que estar dedicada a ti. Ya sabes, el ouroboro o ouroboros simboliza Significa la vida misma, es el ciclo de la vida, en el que el principio se vuelve el final y viceversa, es algo infinito que jamás conocerá el final.
No hablo aquí de muerte, aunque pudiera parecerlo, sino de vida.
Bss
Todo cambia, charcos, nada permanece, la noria gira y gira y unas veces estamos arriba y otras abajo.
Yo prefiero estar arriba pero no siempre lo consigo. A ver dónde para esta noria.
Bs
Estoy de acuerdo, Paloma, lo que no es esencial resulta superfluo. Aquí y en todo. Y, sin embargo, cuántos armarios llenos de nada… Y ¿quién define la esencia? Esa idea es la que me trae a maltraer, tal vez. O no, qué sé yo, mandan las palabras, por el momento. Tampoco sé por qué me metí en esto ni qué diablos es esto. Lo que no es ni será nunca es una aproximación a la metapoesía, quita, quita.
Ahora me vas a decir que estoy hecho un charlatán.
Bss
Ps.- Por cierto, esto del ouroboro me trae ahora a la memoria los dos últimos versos de tu “carpe diem”:
"Descubrió el sentido inverso del principio;
comenzó a vivir desde el final."
Algo tiene que ver…
Queda la boca y de la boca debe resurgir el todo, Leo. Con o sin palabras, no lo sé. Aunque me temo que al final acabe derrotado, esto de callarse no es sencillo.
Abrazo
Tampoco te lo creas todo, Jorge, vegetariano no soy...
Y me gustan esos bocados.
Abrazo
"Como el toro he nacido para el luto", Manuel. No, no me doblego, no me doy por vencido, aunque no me vendrá mal recuperar fuerzas.
Cuánto y qué bien se ha cantado al silencio...! Habrá que poner alguna de esas canciones.
Abrazo.
Ps.- Sobre la contención: serán cosas mías, pero da la sensación de que esos versos quieren ir más lejos y no los deja el poeta.
Tremendo el silencio del garrote, José María, sobran las palabras ante tal evidencia. No me gustaría que las mías sobraran por culpa de un torniquete.
Abrazo
Que no te dé miedo, cita, en realidad sólo me devoro a mí mismo y sólo a veces. Aggg, no sé si estará buena pero a mí como que no. Y eso que bien que bailábamos al ritmo de "devórame otra vez, devórame otra vez..."
Bs
Creo que su contenido es mayormente sufrimiento y dolor.
¿se ha puesto de moda el canibalismo?
ya puestos a elegir casi que prefiero el canabis, volver a fumar, tampoco, mira me quedo con el aire que contaminado como está también liquida pero en gaseoso.
ala mjr a buscar ouroboro.
..como el verdadero ente implosivo capaz de perpetrarse a sí mismo...esto me han recordado tus versos.
oye, fíjate, ¿y si es que stamos acercándonos (al seguirte vamos por tu camino) a la contemplación, en vivo y en directo del último misterio del mundo: la aparición del HUEVO?...
propongo contactar con Science pero que ya!
Un beso muy grande, Jose (perdona por la broma, ..tú sabes)
En tu caso está claro lo que contienen. Versos latentes y latientes. Contantes y sonantes. El autocanibalismo en este caso no sólo está indicado sino prescrito por médicos de poetas en todo el mundo. Devorarse uno mismo y convertirse, ponerse a circular. La serpiente que se muerde la cola. Y se transforma. No muda su piel sino que se la come. Y no para ahí sino que llega al hueso y devora inagotable hasta el polvo. Luego renace serpiente de brillo indecoroso.
P.D: al hilo de tu respuesta a mi comentario en el post anterior. El "aunque sea triste" no tiene nada que ver con la poesía. Como bien decías, honesta y bella en la medida de lo posible, y en tu caso, bella y honesta sin lugar a dudas. Era ese "aunque" un desliz empático. ¿Escribe triste el poeta que está triste? Normalmente es inevitable.
Un abrazo.
No estoy muy seguro si es te refieres a mis víceras, Amando. Aquí subyace un amor a la vida. Ciero sufrimiento hay, desde liego. Desaforado, es cierto.
Abrazo
Siempre nos estamos comiendo a nosotros mismos, mj. Por lo menos el coco.
Bs
Pues si que la has hecho buena, Sofía. Ahora tendré que empezar un nuevo camino hacia la gran pregunta: ¿Fue primero el huevo o la gallina?
Ah, no perdamos nunca el sentido del humor ;)
Bs
No voy a negarlo, José: me laten los versos, me palpitan. Por eso a veces abomino de ellos. Ojalá sea benéfico el tratamiento, que lo será si como dices tantos médicos para poetas (locos) lo recomiendan. Creo que vamos por buen camino.
Abrazo.
Ps.- Gracias por tu aclaración respecto a mi comentario tiquismiquis sobre la tristeza en la poesía; y tienes razón: es imposible escribir alegrías si se está triste.
Si consiguiera reducir aquello que no merece la pena transportar y que en muchas ocasiones me daña, sería la dieta perfecta...
Un abrazo.
Avísame cuando te sientas hambriento, no, por nada, sólo tomar precauciones...
Vaya vegetariano que me estás hecho!
Y... ahora ¿quién te da un abrazo?
Yo, pero en la distancia.
No temas, Jorge, podemos seguir abrazándonos: solo me como a mí mismo últimamente, y especialmente el coco.
Abrazo
Sabia reflexión, Oliva.
Bss
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