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Tengo sesenta años bien cumplidos
y estoy lleno de nada pero vivo
y por vivir estoy lleno de todo,
lleno de mierda estoy y también de contentos,
de penas lleno,
de alegrías, de vértebras cosidas,
de invertebrados,
de guerras asesinos piratas malnacidos
cenicientos andrógenos endógenos
profetas,
tengo sesenta años
y qué poco me falta para escribir mi esquela,
para escribir mi infancia,
para escribirme todo lo que falta,
para decirme ella en voz estropajosa,
pare decirme ellos con vosotros,
tengo sesenta años
y ahora quiero dormir entre caricias
que se fueron perdiendo,
y ahora quiero decir que no tuve la culpa
de lo que está pasando,
que no tengo la culpa de lo que está pasando,
que mi fracaso es mío y no tengo la culpa,
ni pajolera idea de por qué está pasando
lo que pasa y me siento culpable,
ya con sesenta años
todo tiene bemoles y a veces me la juego
jugando a ser yo mismo una tarde de tantas.
De domingo, para ser más preciso:
de domingo y escribo.
Tengo sesenta años,
me llamo no sé cómo y estoy lleno de todo,
tan vacío. Pero me siento heroico:
mi vida se ha vivido,
me la vivieron otros a destiempo
y me la muero yo. Vida de un héroe.
Reseñas en la revista "El eco de los libres"
Hace 11 horas
49 comentarios:
Precioso. Ya sé q no es mucho decir, pero es que últimamente me va mejor si digo poco y concentrado.
Besitos
Tienes esa edad en la que uno decide ser uno y caminar como el uno que es, mirando a los demás con comprensión y ternura y avanzando hacia el final con determinación y aprovechando el tiempo en no hacer nada, sino lo que uno desee.
La vida esta llena de lo que llevamos dentro. Todo lo demás no es culpa nuestra. Pero si nuestra responsabilidad.
El poema hace pensar. Eso está bien.
Cordial saludo. Vengo del blog de Paloma Corrales.
Me con-mueve este poema tuyo, Jose.
Me gusta haberlo encontrado
Un beso
Dijo José Zúñiga…tengo sesenta años
y ahora quiero dormir entre caricias
que se fueron perdiendo.
Dice Rosa María… Amigo José, la verdad que los años
son el icono de muchos dolores, sentimientos, deseos, pero la
constancia del ser, es la paradoja de cada día, y lo más valiente
es seguir siendo uno mismo con sesenta años… lo otro lo otro, es la memoria
para recordar que no debemos perder la costumbre de acariciar, amar y reposar.
Un besiño,
Rosa María
Jajaja, lo bueno si breve... Gracias por pasar y decir, Gata.
Bs
¿Conoces el poema sinfónico de strauss? Lo he puesto mientras leía y funciona.
una delicia de melancolía, jose, yo te acompaño desde mis ben-malditos 44
La vida está llena de héroes y no todos superconocidos.
Y teniendo en cuenta que la media de vida está en noventaytantos años..., aún te queda la mitad de los que tienes por esquelarte..., o eso te deseo.
A mi abuela siempre la conocí muriéndose, cada poco se nos moría-decía.Qué sufrimiento.
Seguro que no existe culpa de nada.
Un abrazo.
Se trata de que los años pasen y poder ir contándolos y vaya si los cuentas. Yo, con 60, ya veremos...
Me gusta que a tus sesenta juegues a ser tu mismo, porque es una edad para seguir inaugurando intensidad.
Y ojalá que muchas tardes, no sólo de domingo, sufras esta incontinencia de ideas y de palabras a las que sabes poner el mejor ritmo.
Beso.
Me ha pasado como a Paparruca, el final me ha llevado a Strauss, y, de hecho, ahora estoy escuchando yo también "Una vida de héroe". A mi el poema me transmite la sensación de muchas cosas. Cuando se llega a los sesenta años ya llevas muchas cosas en el macuto (ya lo estoy empezando yo a ver con cuarenta y dos) y, al mismo tiempo, te das cuenta de que todavía faltan muchas cosas; que todo lo que uno tiene y ha vivido (que no es poco) es apenas una parte deslavazada de otras muchas cosas.
Quizás lo menos importante sea que falte menos para escribir la esquela (siempre falta menos), porque eso se compensa con que uno va comprendiendo, entendiendo, reviviendo (la infancia, quizás).
Quizás este sea uno de esos poemas que convendría escribir cada, pongamos, diez años. Dentro de diez años tienes que reescribirlo; quizás ya lo has escrito con treinta, cuarenta, cincuenta (miraré entre tus cosas). Sería una espléndida serie.
Un abrazo.
Bienvenida, Rosg, y gracias por tu comentario. Eso de que vengas del blog de Paloma es todo un aval para mí.
Si hace pensar el poema ya he hecho algo útil, jeje.
Salud
joder pepe, pues para tener sesenta tacos ya quisiera yo escribir poemas como estos a esa edad, siempre y cuando llegue, felicidades amigo, tengo ya ganas de volver a verte.
Y a mí que lo hayas encontrado y que te haya pellizcado un poo, Sofía.
Bs
Carpe diem. Ese es mi lema, Roa María. La verdad es que dbo ser un
insensato porque me siento como un niño. Estos versos son una
afirmación de mi edad, de mis cicatrices y de mis triunfos, los
escribí sin nostalgia, tal vez con un poco de rabia por ciertas cosas
que...
Gracias por ese comentario, amiga. Bss.
Gracias por tus buenos deseos, mj, y también por qitarme el peso de la culpa. Pero no olvides que si tengo que escribir mis esquela, también tengo que escribir mi infancia, y secribirme y escribirte, vamos, que he escrito desde la perspectiva de un chaval, jeje.
Bss
A los cuarenta me sentía mayor que ahora, Santi, ánimo, jeje.
Abrazo
La verdad es que lo estaba escuchando mientras escribía, Paparruca. Más
aún, lo escribí porque esta escuchandolo y me dio por leer el guión
programático del poema sinfónico y me saliern estos versos, con menos
épica, claro, pero bueno, ese es el hilo conductor. Has dado en el
clavo.
Bs
Cuán largo me lo fiáis, Rafael; jeje: te aceotaré el reto porque, es
cierto, este tipo de poemases recurrente en mí (y mira que soy poco
dado al poema biográfico), lo raro es que de (más) joven me salían
mucho más melancólicos. Y habrás captado que, aunque el poemilla
pueda parecer melancólico, no lo es en absoluto. Casi peca de lo
contrario, es un poco eso de "lo que ha sido vivido muerto y bien
muerto está". Y eso me lleva a la referencia a Strauss: como le digo a
Paparruca (que ya podría abrir su perfil, diantres), el poema
sinfónico y el escrito tienen mucho que ver: el final no es una cita
retórica, sini una pista, bueno, casi una confesión.
Abrazo
A los sesenta, Paloma, cada me me siento más juguetón. Y a veces me dan arrebatos de ternura para conmigo mismo y escribo estas cosas, y me cuento.
Bss
Pues ahí andamos, José Antonio, en realidad se trata más de una reivindicación orgullosa de mis años que de un lamento. Y a contar. Y a cantar
Abrazo
Eso dice mi DNI, volti, mi ADN no sé...
Es precioso, preciosísimo. Muchas gracias.
Uno de los buenos, buenos. de los macanudos...
Y no porque repitas que tienes sesenta, eso es lo de menos. Podrías haber cambiado la cifra por otra menor o mayor, y sería igual de bueno...
( y fíjate, yo te paso, y como si tal cosa... ni me entero )
Gero arte, muxus.
Tenemos los mismos años, no se si la misma edad.
Pero creo que si.
Creo que algunas de las mejores cosas de mi vida estan por llegar (por lo menos las busco).
Todo lo que me ha rozado a dejado huella, pero nada me ha anclado a revivir constantemente lo que he hecho.
Prefiero inventarme nuevos recuerdos cada dia.
La tarea del heroe; ser capaz de ser uno mismo.
Bendito cada año que has pasado escribiendo versos y regalándonos el sabor de tu poesía
y un beso
Es un pequeño desahogo, largospies, gracias a ti por animarme.
Yo también le daría otras cosas si le encontrara por alguna parte, Jesús.
Abrazo
Es que tú y yo somos como niños, Soco, y eso se nota. Me alegro de que te haya gustado.
Muxus
La misma edad, Jorge, seguro (qué importan los años), por la actitud lo digo. suscribo tus palabras, ando trazando nuevos rumbos sin parar, rompo los mapas
de mi vida y pienso, como he dejado dicho más arriba, que lo que ha
sido vivido muerto y bien muerto está.
Y que quiero ser yo.
pd.- Y los dos tenemos nuestras "genialidades", jeje.
Benditos, Ana, y brindemos por los venideros. Que serán.
Y bss
tienes setenta años, y los llevas bien puestos, con voz y verso aprendido de la vida misma.
feliz el hombre que crece tanto años como en aprendizaje, feliz el hombre que crece José, así como tú.
que la esquela demore, hombre, así seguimos degustando estos manjares.
un abrazo
Recuerdo, José cuando a los 40 decían era una edaad difícil; los 50 daban miedo; yo ahora te llevo un 10% (como si te hubieran hecho un descuento, en época de crisis) y cuántas veces ese examen que te haces ha pasado por mi conciencia.
Bello poema y a no pensar...demasiado.
Oye, a propo´sito de pensar; sería muy bonito contar con tu presencia y la de tu guitarra en el III encuentro de poesía, en Alcalá; ¿qué dices? Anímate, sería estupendo.
Un abrazo
Demorará la esquela si es por mí, Sandra. Dices bien: siempre aprendiendo y sin perder la ilusión del principiante. Si pudo compartirlo, como ahora lo he hecho, mejor. No hay edades, aunque haya "achaques", menos a los sesenta que a los setenta, que todavía me faltan diez, jeje. No importa, somos niños.
Bs.
Pues te diré que para mí los cuarenta fueron peores, Jorge. Cosas de la vida. Gracias por tus amables palabras.
En cuanto a Alcalá, acado de ponerle un mail a Jesús, porque apetecerme me apetece pero no sé de qué va. Seguimos en contacto.
Abrazo
Querido José Luis:
¡Enhorabuena por esos sesenta vivísimos y traviesos años! Y por ese poema en el que te culpas y te perdonas a la vez, con el placer de haber vivido, de seguir vivo, y para rato.
Felicidades. Te deseo que los próximos sean fértiles en el gozo del amor, que le pongas los cuernos a éste con la poesía y con la amistad. Y sobre todo que sigas siendo tú: tierno, burlón y timidamente amargo.
Un beso Elvira
Sesenta que no son nada con lo infinito de los tiempos y espero, egoista de sus versos, que alcance usted don José, al menos los seiscientos.
Voy, en cuanto a los años, un poco detrás de ti, no mucho, lo suficiente para tener exactamente esta misma sensación:
"que no tengo la culpa de lo que está pasando,
que mi fracaso es mío y no tengo la culpa,
ni pajolera idea de por qué está pasando
lo que pasa y me siento culpable,"
Y ya sabes lo que pienso sobre la valentía de ser uno mismo, que no es un juego sino una heroicidad.
Queda mucha batalla por delante antes de que nos esquelen, compañero. Salud y un abrazo.
Querida Elvira: me siento reconfortado, alegre, casi exultante con esas palabras tuyas, Porque sé que no está dichas a humo de pajas.
Seguiré, seguiremos: "tierno, burlón y timidamente amargo", dices. Y aciertas. No sé, como que al leerte, salvando las distancias, te veo también así.
Y por muchos años.
Bss
María, sé que compartimos esas sensaciones e intuyo que alguna más. Gracias por tu compañía.
Bs
La cosa del seiscientos ya la pasé, delgaducho, perdona el mal chiste. Y espero satisfacer ese egoismo tuyo que infla mi egolatría.
Gracias. Un abrazo.
No he cumplido los cuarente. Pero después de muy poco ritmo, de repente todo conspiró para ponerme de vuelta de todo. A eso sigo oponiendo resistencia.
Ayer, mientras caminaba bajo una lluvia que no se decidia a ser, descubrí un verso que comparto contigo estimado José,
La edad del alma la cuentan los pasos...
Así que no te canses de andar para que nuestros pasos no dején de girar...y si, mi lema también es Carpe Diem...
Esta es dura y cuando se lee entra un retortijón y dolor de tripas.
¡De veras!
Yo creo que es una catarsis más que nada, mire que decir que está usted lleno de mierda, perdone, la poesía debería ser belleza, yo debo de estar muy atrasada. Porque este tipo de poesía no me agrada.
Perdone usted las molestias y mis palabras.
Yo estoy de vuelta de todo pero volviendo a empezar, UyH. Siempre volviendo.
Salud!
Gracias por ese versos lluvioso que me regalas, Sofi. Me ha encantado.
Seguiremos andando y hasta corriendo si es preciso.
Carpe diem. Bs
La belleza de una persona no se mide por el físico, Marian, ya es casi un lugar común esa afirmación. Pues así la poesía: sí, debe ser bella en cuanto expresa lo inefable, en lo que tiene de verdad (si es impostura no es poesía); pero a veces esa belleza intrínseca no se corresponde con la "belleza" formal. Mierda está en el diccionario, por qué no.
Dicho lo cual, añadiré que no hay nada que perdonar, sino que agradecer: por leer, por comentar, por decir lo que piensas.
Bs.
Es bárbaro Jose, un todo en si mismo precioso... lo vuelvo a releer con mi taza de café entre las manos y casi me dan ganas de llegar también a mis 60 y escribir así de bien y que me sienten así de bien las tardes del domingo.
besosss
Con una taza en las manos se lee mejor, Mayde, gracias por tu palabra.
Bs
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