domingo, 20 de junio de 2010

(lo que queda). Leonardo Torres



Un día sabes que has llegado
porque conocías el nombre de las cosas
y la sombra inerte de tus padres
se confunde, en adelante, con la tuya.
¿Cuáles fueron tus hazañas, tus conquistas?
Nada sabes de ti
pero aun cuando los muebles han perdido
su color se horman en un instante a tus fatigas
y en cada punto cardinal hay algo como un viso de ti mismo,
la reliquia que fuiste tanto tiempo mientras fuiste ausencia,
atento a tu mirada.
No tienes por qué llamar a nadie, dar voces,
sólo es sentarte en la cocina y escuchar el canto
cotidiano de las ollas sobre el fuego,
la leche derramándose,
sentir el olor del maíz crepitando en la parrilla como si quisiera
pronunciar un nombre que algún día supo decir y ahora,
con la paciencia del calor, repite sus sílabas de repente familiares.
Y quisieras contar cómo es el mundo allá donde logran disiparse los caminos,
las orillas de esos ríos por donde subía antaño nuestro oro,
los palacios,
o jactarte de los labios que dejaron en los tuyos el sabor salino de las piedras viejas…
pero tu memoria ya lacró los cromos y las vistas,

no queda sino el rostro de otros hombres entre los cuales te perdiste,
viandantes sin penates y sin lengua,
y cómo contar el llanto si no es llorando, porque es de veras lo que quieres, llorarlo todo
de una vez,

vaciarte del viajero

para dejar que ocupe su lugar, por fin,

el hombre que había en ti cuando eras niño.
Poco importa entonces que hayan cambiado tu ciudad, que sea otra,

que en los patios rotos de las casas nacieran edificios de oficinas

Poco importa que se halle a miles de distancias.

Lo que no sabías al partir el regreso te lo enseña
cuando dejas que los otros, también sobrevivientes,

también desconocidos,

a pesar de mares y Mistrales, mientras van quitándote los antifaces, deshaciéndote nudos, desnudándote,

abriéndote las puertas de sus ojos

para que veas en ellos, porque sólo en ellos se refleja, la llegada a ti mismo que esperabas.

18 comentarios:

emilio dijo...

De cine vamos.... la vida
de pelicula tu obra
de PM tu ser.

Un abrazo.

Ramón María dijo...

Siempre, siempre aprendiendo un autentico lujazo.

Abrazo Zúñiga

Anónimo dijo...

llegar a uno mismo, abrir el cielo, sanar de todo infierno, de toda cruz

Unknown dijo...

¡¡¡Qué bueno!!!

Me encantó.

Reflexiones de Emibel dijo...

Y ¿cómo sabemos cuándo ha llegado ese día?
Profundo y reflexivo, quedo pensando.
Un abrazo.

Airama dijo...

No solo me gustan las verdades que dices, que a veces duelen, sino como las dices.
Un abrazo

Jesús Contreras dijo...

Esa vuelta hacia atrás, qué triste.

Saludos,

MORGANA dijo...

Maravilloso José,de una belleza sublime..hasta pronto.
Morgana.

Jose Zúñiga dijo...

Así es Leonardo, Emilio, escribe de cine.
Abrazo

Jose Zúñiga dijo...

Creo que esun lujo leer a este autor, Montxu. Recomendable.
Abrazo

Jose Zúñiga dijo...

No idamos el cielo, Santi

Jose Zúñiga dijo...

Me alegro de que te haya gustado, Comu, porque a mí también me atrapó.
Abrazo

Jose Zúñiga dijo...

Piensa, Emibel, pero no eches humo. Disfruta.
Bs

Jose Zúñiga dijo...

Eso está bien, Airama, pero esta vez las dice Leonardo Torres. Cierto es que yo lo hago mío, por eso está aquí.
Bs

Jose Zúñiga dijo...

Volver siempre lo es, Jesús, y Leonardo lo expresa muy bien.
Abrazo

Jose Zúñiga dijo...

Que bueno que te haya gustado, Morgana!
Bs

Leonardo dijo...

Es muy emocionante verse publicado fuera de nuestra propia casa. Es la segunda vez que me haces tan gran regalo, José.
Gracias a todos por los comentarios, creo que sin ellos las bitácoras no tendrían mucho sentido. Quisiera destacar en particular el de Jesús, que ha plasmado en dos palabras la tristeza de la situación. Es verdad que deberíamos morir mirando hacia adelante. Pero no son mayoría. En gente así pienso cuando escribo y, seguro, en mi propia película, mi propio recorrido.
Gracias, que no tengo más palabras y un abrazo fuerte José.

Jose Zúñiga dijo...

Creo que tu poesía bien lo merece, Leonardo, y me gusta compartir lo que aprecio.
Abrazo