En el cielo los cirros suaves:
eran día de trigos altos,
manzanas verdes, miel y nata
fresca con pan por las mañanas
a la sombra de los castaños.
En los encuentros ardorosos
de cada tarde, los relámpagos
penetraban en lo más hondo
de unos cuerpos adolescentes
que eran todo placer. Se mueve
con lentitud extrema, vuelve
su vista hacia la cama, cierra
la puerta, ya comienza un día
tan gris, tan triste como todos.
Su mirada se empapa en lluvias.
REVISTA TURIA. Núm 152. Pág. 250 y sgtes.
Hace 19 horas
6 comentarios:
que todo cobre interés, que acabe la rutina, que la vida brille, que no vivamos en cansancio, que todo esto sea para algo
Hermosas imágenes, con ese poso de nostalgia, es hermoso y triste... Pero jose Luis es que ya no te acuerdas??? cualquier tiempo pasado fue peor. Somos más jóvenes ahora, jejeje...
Sí, Santiago, y hay que hacerlo con amor en carne viva. Y con libertad.
Begoña, es la nostalgia de una mujer madura en este caso. Pues espera al final de esta serie, que acabo hoy, es más triste todavía. O no, porque en el fondo es un canto a la alegría de lo que se vivió. Como dice el amigo Santiago, no a la rutina.
Bessos
Pues sí, no a la rutina.
Cada día tiene algo que puede despertarte la ilusion.
Hay que saber buscarlo.
Soco: lo peor puede ser que lo encuentres.
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