Una cuenta atrás por los altavoces,
y las puertas se abrieron.
Alrededor de 280 personas
salieron del establecimiento
a las ocho y media
de la noche en punto.
En la maleta,
un certificado
que les declara
sanos.
"Estamos encantados. Me siento liberado.
Las últimas horas han sido muy duras",
ha asegurado un empresario
barcelonés,
que quedó retenido
con dos clientes del País Vasco
y su socio indio,
y se fue a celebrar la liberación
en un restaurante español.
Los clientes,
aburridos y resignados,
han permanecido en
sus habitaciones,
ya que los espacios
comunes del hotel
estaban tomados
por los servicios médicos.
Leer, ver
la televisión,
jugar a las cartas,
trabajar con el ordenador o
navegar por Internet ha sido
la forma de matar el tiempo.
Algunos clientes han filmado
el día a día
y han colgado
los vídeos en Youtube.
Otros se han dedicado
a flirtear.
(Según el South China Morning Post,
se han formado dos parejas
durante el encierro.
El diario también afirma
que entre los retenidos se encontraba
una prostituta que ha tenido
que pasar la semana
en la habitación de su supuesto cliente,
porque la dirección del Metropark
se negó a darle otro cuarto).
En previsión de disturbios,
ha habido policías
en el interior
del establecimiento
las 24 horas del día,
protegidos con monos
blancos,
con la funda de la pistola
vacía,
pero a la vista.
REVISTA TURIA. Núm 152. Pág. 250 y sgtes.
Hace 17 horas
3 comentarios:
José Luis, gracias por tu visita y palabras, me llenaron de alegria.
Me ha gustado tu blog y como escribes.
Un abrazo y hasta pronto,
me llevo tu link conmigo,
un beso,
Si que somos raros, me ha gustado mucho, esta realidad, posible...
Un beso.
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