Que llueva que llueva,
la Virgen de la Cueva…
Corre un niño
descalzo por la hierba,
sube al columpio, lleva
toda luz del mundo en su mirada
limpia, confiada.
Un perro mueve el rabo
alegremente,
dos abuelas
tejen y tejen sin parar.
Miro hacia atrás:
el columpio me eleva
hacia la luz perdida
del jardín de mi infancia.
Que sí, que no,
que caiga un chaparrón…
REVISTA TURIA. Núm 152. Pág. 250 y sgtes.
Hace 17 horas
8 comentarios:
Qué tierno, qué sencillo, que evocador...
Merece, por lo menos, una sonrisa. Ahí va, con un beso.
Coincido con Maria Socorro: sencillo y evocador. Añado que cinematográfico. A medida que leía veía la escena, incluso con los cambios de perspectiva de la cámara.
Una joya.
¡que bueno!
Gracias por la sonrisa, Soco. Y si te sabes la cancioncilla, cántala, gana mucho.
Rafael, me has pillado: lo estaba viendo a cámara lenta.
Todo un honor, señor tenso.
Este batiburrillo tendrá sentido.
Uys puedo ver hasta mi hermano Alonso empujándome con la intención de hacerme llorar viendo que volaba taaaan altooooo.
Precioso sr Zúñifga.
Mi niño regresa, Amparo. A las nubes.
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