No te tragues el llanto.
No te guardes las lágrimas.
Sólo alguna, si acaso,
para cuando no tengas.
Esas lágrimas huérfanas
las acopio con mimo:
son el mar de mis ojos,
la sal que me alimenta,
el faro de mis noches,
el latir de mis velas,
la luz de mis naufragios,
mis cantos de sirena.
No te tragues las lágrimas,
no te escondas el llanto.
Desborda sin pudores
los diques de tus ojos.
Me gustan tus pupilas
anegadas en mares.
En ellas me sumerjo
y doy pequeños, suaves
sorbos que paladeo,
alfajor en mis labios,
siempreviva que anida
en mi aliento cansado.
No te tragues el llanto.
No te guardes las lágrimas.
Si acaso, algunas pocas
por si te hicieran falta.
Esas lágrimas tuyas.
El resquicio que tengo
para seguir viviendo,
las pequeñas lagunas
de tu pena perdida
en que a veces me baño,
las lágrimas que guardo
con temblor de avaricia.
Mis manos son artesa
rebosante de lágrimas
que no me son ajenas:
me bebo lo que lloras.
Eres mi manantial inagotable
y yo te quiero tanto que no puedo
más que hacerte llorar.
REVISTA TURIA. Núm 152. Pág. 250 y sgtes.
Hace 16 horas
3 comentarios:
muy buena esta...
no sabía que tenías este blog, desde luego nunca paras de sorprender, cuanta creatividad¡¡
de paso te he puesto un link...
Pues sí, Marcos, en esto andamos también: un proyecto de poema al día hasta que me canse, que supongo que será cuando ya todos estén hartos.
Con tu permiso entro en esta conversación. Si es posible no te canses y si lo haces dentro de unos cuarenta años .... Soy nueva por estos lares y desde Mozart me gusta desayunar como las princesas perdidas entre bellas letras, las tuyas.
Gracias .....
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