Son muchos hombres un pequeño algibe
donde si tienes sed hundes la mano:
a veces te refresca, y tú te alegras.
Pero otras veces, ay, tus manos quedan
en el fondo del pozo para siempre,
esquilmadas de ti.
El pozo se las traga; y ya no sabes
qué hacer ante lo oscuro.
REVISTA TURIA. Núm 152. Pág. 250 y sgtes.
Hace 17 horas
4 comentarios:
Conozco un pozo de esos, si...
Besos lumbagados
De niño jugaba sobre la tapa de madera de un pozo que había en la casa de mi abuelo.
Nunca ví el pozo abierto, y por eso me parecía imposible que la tapa se rompiera.
Ahora siento un escalofrío al recordarme saltando sobre aquel pozo profundo que esperaba paciente a que yo cayera en sus fauces.
A veces me pregunto cómo hemos podido vivir tanto... si realmente lo hemos hecho. ¿Yaceré sin saberlo en el fondo de aquel pozo de mi infancia?
Leerte despierta en mi recuerdos.
Este metafórico pozo no es un juego, traga de verdad.
Y creo que hemos vivido, sí. Y estamos vivos. Aunque algo lumbagados.
Esto es para los dos, amiga y amigo.
hotel california, más o menos, ¿no?
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