Al calor de tu seno me he dormido,
pero he dejado herido tu costado.
Alas batió el amor: se ha levantado
una tormenta de aire enfurecido.
En el centro abisal de nuestro nido
no sé lo que pasó, pero ha pasado.
Ahora me encuentro inerte, desolado,
sin ganas de vivir. Y te he perdido.
Pájaro ya sin nadie en que arroparme
te pediré perdón de mil maneras:
te pediré perdón por perdonarme.
Callaré lo que tenga que callarme.
Seré sueño en el sueño que tú quieras.
Me mataré si muerte quieres darme.
El ruido de las llaves, de Philippe Claudel
Hace 1 día
1 comentario:
Precioso.
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