lunes, 13 de abril de 2009

runrún

Ahora surcan el mar no los navíos
sino los automóviles. Estelas,
sudarios de cemento hacia la luz.

Ahora encuentran allí lo que pensaron
que dejaban aquí. Van sus maletas
repletas de fantasmas y un eterno runrún.

Nadie puede irse lejos, nadie escapa
indemne de su jaula.

1 comentario:

Begoña Leonardo dijo...

Una manera lúcida de tratar un tema que nos concierne a todos. Imágenes que reflejan la dolorosa realidad. Un poema para la reflexión y la prudencia.
Me ha impresionado.
Un beso.