La m con la a, 5:
así comenzó el día.
Acabó persiguiendo
a una rubia platino
de generosos pechos
que se le resistía.
Logró apresarla al vuelo
y la llevó corriendo
a la primera cama
que se encontró vacía.
Acabaron poniendo
puntos sobre las ies
y resultó que todo
era como al principio:
un puro error de cálculo,
un error aritmético,
un pufo argumental.
La m con la a.
La eme con la a, ma.
Pero no lo sabía.
REVISTA TURIA. Núm 152. Pág. 250 y sgtes.
Hace 10 horas
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