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Busca cipreses el hombre
al tiempo que busca olvido.
No tiene nombre, lo tuvo:
lo perdió por el camino.
Si alguien le pregunta, duda,
pero, al fin, responde: “Amigo
que preguntas, qué te importa
mi nombre de fugitivo.
Tuve casa y tuve nombre,
ahora soy ave sin nido,
soy hombre sin nombre. Tengo
frío y sed, dame tu abrigo”.
Hay gente que le responde
y gente que echa el pestillo.
Camino del cementerio
tan cercano, su destino,
tanto da, nada le importa.
Entre locos y mendigos
la tarde va declinando.
Tiembla el aire. Fluye el rio.
REVISTA TURIA. Núm 152. Pág. 250 y sgtes.
Hace 1 día
21 comentarios:
Magnífico!
Y me quedo con ese...tiembla el aire, fluye el rio... tan rotundamente poético que te alcanza el temblor.
De acuerdo con Lleo, me quedo con el tremendo final que parece la guinda del pastel.
Me encanta!
Un abrazo de martes
Los dos romances, a parte de muy bien escritos, destilan la misma verdad del camino.
Fluye el rio.
Un abrazo Jose,
Kike
Precioso, Jose. Nada que envidiar a los clásicos...
Sigue haciendo romances, si éste es el primero ha quedado inmejorable.
Bi muxu.
Es interesante porque en la vida cotidiana también sucede, aunque con sus correspondientes variantes, que en realidad nos llevan a no ser nosotros mismos.
Saludos,
Alejandro
Es interesante porque en la vida cotidiana también sucede, aunque con sus correspondientes variantes, que en realidad nos llevan a no ser nosotros mismos.
Saludos,
Alejandro
Gracias, Manolo!
Que el temblor no nos deje nunca.
Bueno, Paz, la guinda no es, que acabará. No sé como, pero mañana pongo fin a este empeño. A ver si acierto con la guinda.
Bs.
Fluye, trovador, tal vez más lento de lo que quisiera. Por eso voy a trancas, mañana acabo este romance que, por las trazas, no va a ser precisamente épico.
Y Sevilla ya...
Ay, Soco, ganas me dan de seguir con lo que me dices, pero ya sabes que soy una veleta y últimamnte sopla mucho viento.
Bss.
Me paso por esa página y ya hablamos. Gracias por tu visita, Alejandro.
Y otra vez gracias, Alejandro, ese vacío... bueno, de eso va el poema.
Un abrazo.
El hombre sin nombre, sin sombra.
¿Quizás muerto?
Un placer leerte.
Abrazos
Le sigo los pasos.
Se acerca a su destino.
Me gusta el ritmo.
Me gusta leerte.
Mañana vuelvo, traigo un abrigo, por si le sirve.
Qué placer en esta madrugada encontrar este racimo de versos, hermosos y sentidos.
Abrazo grande.
Tuve casa, tuve nido, mendigo, el hombre despojado de todo, fluye el río...
Es un romance de vida y muerte,no importa que sea un loco o un mendigo, valdría para cualquier hombre.
Quizás muerto, Emibel. Muerto en vida, seguro.
Mañana, última entrega, Virgi. Bueno, hoy. Lo peor es que luego habrá que juntar las partes...
Bs
De madrugada supongo que se leen de otra forma. A mí me pasa, Bego.
Bs.
O de muerte y vida, Mº Jesús. Sí, el contexto contibuye a dotar al romance del ambiente apropiado (eso intento), pero podría ser otro.
Bs.
Gracias, Jesús, un punto de fluidez y cierto aire apacible s lo que ando buscando.
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