lunes, 29 de marzo de 2010

romance del perdido sin remedio (1)

Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar

Un hombre por la vereda
camina. Va caminando
sin prisa, casi dormido,
al borde de los castaños,
con su sombrero de paja,
con su hatillo y sus zapatos
gastados de tanto andar.
Lentamente, paso a paso,
al borde del precipicio
camina —lento, despacio—.
Las estrellas son su techo,
un paraguas su cayado
y su cama, cuando duerme,
un lecho de acantilados.
Camina sin rumbo fijo
el caminante. Sus pasos
lo alejan, quiere alejarse
parte a parte, lado a lado.
El hombre busca cipreses
en la inmensidad del páramo.



21 comentarios:

Rafael Arenas García dijo...

Promete este romance del perdido sin remedio. Alejarse de todo, parece querer. Qué bonito problema para la física, cómo será posible alejarse de todos los puntos de referencia, cómo será posible alejarse de uno sin acercarse a otro.
Un abrazo, maestro Zúñiga.

Julia Ester Cerles dijo...

Se me ocurre, todos somos caminantes. Todos buscadores,¿De qué?
Comenzamos nuestro camino en lo seguro, lo conocido,Y de pronto nos encontramos en medio de un páramo buscando cipreses.
Hoy te he encontrado y me felicito por ello. Te seguiré. Un Abrazo

sus(ana) dijo...

se camina caminando y acada paso un poco más cerca se queda, un poco más lejos se marcha

y beso

jorge dijo...

La verdad de Machado una de las verdades mas verdaderas.

Caminar para alejarse, como en busca que cualquier derrota se convierta en la victoria de un nuevo rumbo.

Y despacio, como hjay que disfrutar lo que se hace.

Adriano dijo...

La vida es un gran camino que tiene varios puntos de llegada. Un día me invitaron a caminar por ningún camino y fue el mejor camino de todos.

mjromero dijo...

Y es verdad, es romance, los he contado, los octosílabos, claro que antes los has contado tú; sí que has hecho camino, seguro que encuentras las piedrecitas que has ido dejando en el camino para el regreso, para cuando te canses de alejarte. Los que escribimos sin 'ton ni son' qué vamos a encontrar.
Enhorabuena, no es tan fácil rimar y ajustarse al veso clásico, y sobre todo el ritmo, ese ritmo.
Un abrazo.

Jose Zúñiga dijo...

Pues este es un romance cuya génesis guarda una estricta relación de causalidad con la entrada del pasado sábado y los comentarios que allí se dejaron. Caí en la cuenta de que esta forma tan castellana no la utilizo, o en muy contadas ocasiones, y nunc para un romance como tal. Así que manos a la obra, Rafael, a ver por dónde va...
¿Y el tuyo?

Jose Zúñiga dijo...

Muy cierto, Julia. Tanto que ni yo mismo sé qué anda buscando el cminante en tste poema por entregas.
Gracias por tu visita, un placer.

Jose Zúñiga dijo...

Como dice Rafael, complejo problema físico. Lo prefiero metafísica, Ana.
Bss.

Jose Zúñiga dijo...

De mmento, Jesús, en esas anda el caminante. Veremos qué acaba encontrando. Yo no lo sé.
Abrazo.

Jose Zúñiga dijo...

Siempre he pensado, Jorge, que, en general, muchos de los que se llaman perdedores no son tales: a veces la coherencia, la búsqueda, se confunde con la derrota. No sé si será así en este romance, pero me gustaría que no.
Abrazo.

Jose Zúñiga dijo...

He visitado tu página, Adriano, y la encuentro llena de sentencias y observaciones atinadas. La que dejas aquí también lo es.
Abrazo.

Jose Zúñiga dijo...

Claro, Mº Jesús, de eso se trata! He decidido armarme de valor y experimentar un poco esta forma tan nuestra y que tan poco se utiliza. Bueno, la rima no es compleja: asonante en los versos pares. Pero para que sea un romance genuino tendría que contar algo y, desde luego, ser más largo. Así que por entregas y a ver... Algo saldrá, genuino o no. Ya me dirás qué te parece.
Bs.

María Socorro Luis dijo...

Romance, romancillo, son de la lírica clásica, las composiciones mas hermosas (para mi gusto)

Y tú te atreves con todo, como debe ser...

Muxu bat.

virgi dijo...

He leído las últimas entradas y me conmovió el Credo.
Muy bello.
Ahora imagino al caminante en busca de cipreses. ¿Querrá descansar ya para siempre?
Vuelvo. Ahora que vine, ya repito.
Un abrazo, gracias por visitarme.

Leonardo dijo...

Desafío, rescate, recuperar lo que los metros clásicos pueden decirnos todavía. Machado está muy bien en epígrafe, pues no está tan lejos, incluso pensé en su marcha hacia su fatal Colliure. Y se llega al final, como caminando, hermoso final que se fue construyendo, y uno, de repente se siente (se sabe?) ese hombre.
Un abrazo

Adolfo González dijo...

Si Machado lo lee, seguro que te felicita. Está bordado. Es un romance genuino en toda regla aunque no cuente historia de amor entre Wenceslao y Filomena ni ningún otro algo como le contestas a MªJesús. Quién sabe, amigo. Igual cuando releas a Machado te dice calladamente que nos vayas poniendo ya la segunda parte. Un abrazo.

Jose Zúñiga dijo...

En todo caso, Soco, no viene mal refrescarlas de vez en cuando.
Ta muxu

Jose Zúñiga dijo...

Pues me alegro de tu visita, Virgi, y agradezco tu comentario. Yo también te revisitaré.
Bs.

Jose Zúñiga dijo...

De eso se trata, Leonardo, sí, Machado está presente en estos versos y de ahí la cita. Si supe transmitir la sensación (si acabo, que aún no lo he hecho)me sentiré contento. No es sencillo, es más fácil rimar, naturalmente.
Abrazo.

Jose Zúñiga dijo...

Joder, Adolfo, que bonito eso que me dices. Bueno, la segunda parte ya está. Ahora mismo me pongo con la tercera y última.
Ya sabes: se trtata de enredar, de experimentar, de no anclarse. Y de disfrutar.
Abrazo.