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Muchas veces me han preguntado por el Salón Chamartín. Qué es eso. Yo nunca sé cómo responder. Esta crónica me viene al pelo, porque a mi entender lo cuenta todo muy requetebién. Está escrita por alguien que nos conoce bien, que ha vivido diversas cuchipandas en el tal Saló (perdón, salón), que sin duda escribe desde el cariño y que, cosas de la vida, es y será el padre de mis nietos. Lo he sacado de su blog (http://diezsentidos.blogspot.com/ ). Esta es la historia...
El otro día me enteré de que mi añorado Salón Chamartín está cerrado por reformas. Es una mala noticia, pero a la vez estupenda, porque me han dicho que en septiembre, a más tardar, abrirá de nuevo sus puertas a sus viejos conocidos y otros nuevos transeúntes. Mi noviazgo con este peculiar lugar, situado en el distrito que lleva su nombre, comenzó hace unos trece años, unos meses después de llegar a la capital. No es un sitio cualquiera. Para empezar, el acceso es restringido, algo lógico si tenemos en cuenta que sus dueños, un matrimonio de sesenta y pocos años de edad, pero con la mitad de años en espíritu y jovialidad, viven y reinan entre sus paredes.
Muchas veces me han preguntado por el Salón Chamartín. Qué es eso. Yo nunca sé cómo responder. Esta crónica me viene al pelo, porque a mi entender lo cuenta todo muy requetebién. Está escrita por alguien que nos conoce bien, que ha vivido diversas cuchipandas en el tal Saló (perdón, salón), que sin duda escribe desde el cariño y que, cosas de la vida, es y será el padre de mis nietos. Lo he sacado de su blog (http://diezsentidos.blogspot.com/ ). Esta es la historia...
El otro día me enteré de que mi añorado Salón Chamartín está cerrado por reformas. Es una mala noticia, pero a la vez estupenda, porque me han dicho que en septiembre, a más tardar, abrirá de nuevo sus puertas a sus viejos conocidos y otros nuevos transeúntes. Mi noviazgo con este peculiar lugar, situado en el distrito que lleva su nombre, comenzó hace unos trece años, unos meses después de llegar a la capital. No es un sitio cualquiera. Para empezar, el acceso es restringido, algo lógico si tenemos en cuenta que sus dueños, un matrimonio de sesenta y pocos años de edad, pero con la mitad de años en espíritu y jovialidad, viven y reinan entre sus paredes.
Es difícil definir qué es el Salón Chamartín. No es un local de copas, pero se toman unos cubatas y unos gintonics estupendos. No es una casa de comidas, pero en pocos sitios en las alturas de la capital (está en una planta 11º con increíbles vistas) comerás tan bien, pues la jefa de la casa igual te hace un cocido montañés, un salmorejo cordobés, un marmitaco, o una exquisita lasaña. Tampoco es un pub relajado para escuchar música, pero siempre se descubre a un nuevo autor, una melodía distinta, una canción francesa olvidada, las rancheras de siempre. El jefe de la casa es un DJ de primera. No es un local de conciertos, pero aquí se han vivido míticos recitales que aún se recuerdan de vez en cuando en algunos rincones de Madrid.
También se llegaron a representar algunas obras de teatro, creo recordar que sobre todo el Juan Tenorio, y hasta sirvió de plató para un corto de cine hace no muchos años. Dispone también de una biblioteca de vértigo, con títulos de todo y para todos. Famosas son sus lecturas poéticas, muchas veces aderezadas con música en directo. Aquí nació una joven editorial de poesía y cuentos, que aún pervive. Y creo que hasta ha servido de estudio de grabación. Me consta, además, que algunas semanas al año se hacen reuniones para ver óperas en minicine. En fin, una gozada. Por no decir que asomarse a la enorme balconada y ver el cielo de Madrid desde allá arriba con una copa en la mano no tiene precio.
El Salón Chamartín es historia viva de Madrid. Por sus sillones, de charla, en sus comidas, puros, representaciones, fiestas, etcétera han pasado en sus casi treinta años de vida todo tipo de personas con diversas ocupaciones: abogados, cantautores, políticos, jueces, empresarios, funcionarios, periodistas, ingenieros, escritores, amas de casa, vividores… muchos han sido los que no han querido perderse entrar y disfrutar de unos de los lugares más enigmáticos e indispensables de Madrid. No está en las guías, nadie habla de él en público, salvo en escasas ocasiones y como en este caso, sin dar muchos datos más que su nombre de guerra, que no aparece en casi ningún sitio, ni siquiera en el edificio en donde está.
Ahora está en obras, cerrado por reformas, pero me consta que ya está casi alicatado para abrir de nuevo sus puertas. Si usted tiene la suerte de ser invitado y alguien le lleva a este lugar tan especial, no lo dude, disfrútelo. Quizás allí nos encontremos, y quizás allí le cuenten algunas de las anécdotas e historias que yo, por respeto, no puedo contar en este blog.
Carlos García-León
Diez sentidos
14 comentarios:
Yo quiero ir.
Cuando vaya a Madrid ya me estas invitando.
donde se apunta uno?
(y por qué narices viviré yo en un p pueblo )
quiero irrrrrrrrrrrr
jejejej, pues yo tambien me apunto.
Cuando vaya a Madrid chulapo mioooo,lalalalala,lalala,lalalalalal....me cuelo en el salón de Chamartínnnn,lolololo,lolollelelelele
Si la lista no es demasiado grande, me inscribo yo también.
Saludos.
Leo
Vaya, pues si que promete.
Besitos
Un sitio al que , sin duda apetece acudir.
Abrazos.
Por favor, maestro, no le dé usted la dirección a nadie. Las "logias" secretas, secretas deben ser.
Hace unos años, recién llegada a Madrid, me llevaron a un lugar donde a las seis de la mañana se comían los spaguettis más exquisitos del mundo, donde cada uno podía cantar o tocar (siempre con el permiso del dueño), donde pude ver a cantantes famosos, escritores, novelistas algo drogados, actrices...Era un music-hall con propietario con mal genio. Incluso un famoso cantante había muerto allí.
Me acuerdo que bailé flamenco. Y que no puedo decirle dónde está porque estaba tan enamorada que todavía me dura la borrachera (Deo gratias). Por eso sé que los lugares donde uno ha sido feliz, hay que guardarlos celosamente...
Carmela
El caso es que está de obras, Jorge, pero quién sabe, estos salones son como los ojos del Guadiana. O como las ciudades invisivles. Tú avisa, que te daré el santo y seña de este Hope fantasmal.
Apuntada estás, Luisa. Cuando reabra aviso.
Bs
No creas que es fácil, Anatxu... Colarse, casi imposible.
Bss
La lista es interminable, Leo, pero tambié son largas las ganas. Ojalá.
Abrazo
No lo sabes bien, Virgi.
Bss
Apetece, Manolo, yo ya estoy deseando, que hace tiempo...
Abrazo
Por los clavos de todos los santísimos cristos así será, Carmela: secreto. Pero habrá que compartir si alguna vez se tercia. Digo.
Bss
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