viernes, 28 de mayo de 2010

un tal Batania

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No voy a ser elíptico para decir lo obvio:
que soy miraquelindo y cachicuerno.

No andaré por las ramas, hoy no toca
desparramar elipsis:
todos somos un poco lo que somos
gracias a sus palabras.

Las palabras que inventa cada día,
el hombre de la rabia, un tal Batania.



12 comentarios:

Begoña Leonardo dijo...

Me gustaría publicar esto en Neorrabioso, si te parece, es que me ha gustado muchísimo. Espero respuesta.

Te besoachucho.

Jose Zúñiga dijo...

Ningún problema, Bego, todo lo contrario: si lo escribí fue porque lo que sentía, y si lo siento cuanta más gente lo sepa, mejor. Así que adelante.
Bss.

Begoña Leonardo dijo...

Hecho, muchas gracias.

Muakas.

Neorrabioso dijo...

Gracias, Zuñi, parece que ahora me vienen todos los elogios juntos, el tuyo lo agradezco sobremanera.

Hasta pronto.

Anónimo dijo...

¿Batanía tiene un círculo de baba en el tercer ojo?

Yo me quedo a dormir acá, leyéndote, cuando sea la hora de despertarme, chistame, con o sin palabras, si puede ser pasame una copa de vino poético, desparramá ósmosis y todo lo que sea en el mantel.

Sos un poeta que encontró la copa del árbol en el medio del océano.

Sara Royo dijo...

Somos lo q somos gracias a las palabras. Así mismo es.

Adolfo González dijo...

Hombre, gracias a sus palabras uno lee cosas de interés, porque Batania es el escritor más dedicado de los blogs. Ahora bien, de ahí a ser un poco lo que somos gracias a sus palabras, no: al menos este que comenta es lo que es por sí mismo, sin sus palabros. Batania no es Dios! Batania no es Dios! Es evidente que quiero que se enfaden los del club neorrabioso. Esto último sobra decir que es broma...Pero por si no les queda claro, lo digo por tercera vez: Batania no es Dios!

Jose Zúñiga dijo...

No te preocupes, Bata, mañana puntualizaré, con cariño siempre. ¿Hay que hablar de cariño?

Jose Zúñiga dijo...

Pues qué quieres que te diga, Agus: ccmo la copa de un pino.
Por supuesto, mancharé tu mantel y beberemos vino cuando quieras.

Jose Zúñiga dijo...

Es así, Sara. Las palabras nos hacen al nombrarnos. Y más al nombrarlas.

Jose Zúñiga dijo...

No, Adolfo, este que comenta es lo que es gracias a la palabra. La tuya, la suya, la mía. Y tú lo sabes muy bien porque más de una vez lo has escrito muy bien.

Yo no soy de ese club, al que puede apuntarse quien quiera, por cierto. Yo no quiero, pero lo cortés no quita lo valiente. Por sus miembros los conoceréis, y yo los conozco: ya te digo que no se van a enfadar por mucho que te empeñes.

Evidente: no es un dios, ni siquiera un Dios, es lo que es (no sé lo que el bueno de batania pensará de sesta movida). Para que quede claro, acabo de poner puntos sobre íes en una nueva entrada.

Y yo, al menos yo, soy un poco, sólo un poco, gracias a su palabra. Y otro poco gracias a la tuya. Soy poquito, pero ese poquito no me lo quita nadie, y viva la pepa.

jorge dijo...

Ser cachicuerno me parece bien.

¡Ya se quien es Batania!

Las palabras que hemos oido y hemos dichos nos han conformado.

Todos arrastramos ese tesoro.