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No voy a ser elíptico para decir lo obvio:
que soy miraquelindo y cachicuerno.
No andaré por las ramas, hoy no toca
desparramar elipsis:
todos somos un poco lo que somos
gracias a sus palabras.
Las palabras que inventa cada día,
el hombre de la rabia, un tal Batania.
REVISTA TURIA. Núm 152. Pág. 250 y sgtes.
Hace 2 días
12 comentarios:
Me gustaría publicar esto en Neorrabioso, si te parece, es que me ha gustado muchísimo. Espero respuesta.
Te besoachucho.
Ningún problema, Bego, todo lo contrario: si lo escribí fue porque lo que sentía, y si lo siento cuanta más gente lo sepa, mejor. Así que adelante.
Bss.
Hecho, muchas gracias.
Muakas.
Gracias, Zuñi, parece que ahora me vienen todos los elogios juntos, el tuyo lo agradezco sobremanera.
Hasta pronto.
¿Batanía tiene un círculo de baba en el tercer ojo?
Yo me quedo a dormir acá, leyéndote, cuando sea la hora de despertarme, chistame, con o sin palabras, si puede ser pasame una copa de vino poético, desparramá ósmosis y todo lo que sea en el mantel.
Sos un poeta que encontró la copa del árbol en el medio del océano.
Somos lo q somos gracias a las palabras. Así mismo es.
Hombre, gracias a sus palabras uno lee cosas de interés, porque Batania es el escritor más dedicado de los blogs. Ahora bien, de ahí a ser un poco lo que somos gracias a sus palabras, no: al menos este que comenta es lo que es por sí mismo, sin sus palabros. Batania no es Dios! Batania no es Dios! Es evidente que quiero que se enfaden los del club neorrabioso. Esto último sobra decir que es broma...Pero por si no les queda claro, lo digo por tercera vez: Batania no es Dios!
No te preocupes, Bata, mañana puntualizaré, con cariño siempre. ¿Hay que hablar de cariño?
Pues qué quieres que te diga, Agus: ccmo la copa de un pino.
Por supuesto, mancharé tu mantel y beberemos vino cuando quieras.
Es así, Sara. Las palabras nos hacen al nombrarnos. Y más al nombrarlas.
No, Adolfo, este que comenta es lo que es gracias a la palabra. La tuya, la suya, la mía. Y tú lo sabes muy bien porque más de una vez lo has escrito muy bien.
Yo no soy de ese club, al que puede apuntarse quien quiera, por cierto. Yo no quiero, pero lo cortés no quita lo valiente. Por sus miembros los conoceréis, y yo los conozco: ya te digo que no se van a enfadar por mucho que te empeñes.
Evidente: no es un dios, ni siquiera un Dios, es lo que es (no sé lo que el bueno de batania pensará de sesta movida). Para que quede claro, acabo de poner puntos sobre íes en una nueva entrada.
Y yo, al menos yo, soy un poco, sólo un poco, gracias a su palabra. Y otro poco gracias a la tuya. Soy poquito, pero ese poquito no me lo quita nadie, y viva la pepa.
Ser cachicuerno me parece bien.
¡Ya se quien es Batania!
Las palabras que hemos oido y hemos dichos nos han conformado.
Todos arrastramos ese tesoro.
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