Eras aquel niño de azules veranos, soñabas los sueños de todos los niños: un día querías hacerte bombero y otro futbolista. Hasta que llegaron ellos, los mayores, con sus realidades y entonces te hiciste también tú mayor. Cambiaste de sueños. Quisiste a las bravas remediar el mundo y te hiciste presa de revoluciones, anarquista un día, leninista el otro. Hasta que llegaron ellos, los llamados nuestros. Los nuestros: los suyos. Y ya no hay más sueños ni tardes azules, sólo tienes rabia, deudas, decepciones y el sabor amargo de un mal despertar.
REVISTA TURIA. Núm 152. Pág. 250 y sgtes.
Hace 1 día
2 comentarios:
Parece la historia de mi vida. Encantado de conocerme.
Chuff!!
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