lunes, 22 de marzo de 2010

credo

.
Hace más o menos un año escribí este credo en el blog. Ahí se quedó, no ha sido publicado. El pasado jueves lo leí por vez primera en el recital “Versos para la construcción”, un acto en solidaridad con Chile celebrado en los Diablos Azules. Y hay gente que me lo ha pedido, así que lo vuelvo a colgar (con retoques mínimos).


Creo en todo lo incierto que remueve montañas,
en las incertidumbres de no saber mañanas ni fechas fijas en el calendario, en lo que va a venir sin esperarlo. Creo

en la fuerza imparable de las palabras dichas sin artificio alguno,
en el empuje de la inmensa masa de gente como yo
sin esperanza, con convencimiento (al decir del poeta).

Creo en la muerte como adiós a la vida sin lápidas ni cruces ni sandeces dichas solemnemente y a destiempo. Creo

en la soledad del hombre despojado de todos sus andrajos, renacido en los otros para ser uno y trino.

Creo en todas las cosas que dejamos al borde del camino por si alguien las recoge con templanza y las guarda en su almario.

Creo en ti, anónimo enemigo o indescifrable amigo, en todo lo que puedes hacer para cambiarme, para secar al sol tanta tristeza que no tiene motivo y sí remedio.

Creo

en que nada en el mundo es inmutable ni está escrito el momento en que ha de cambiar todo si así nos lo queremos.

Creo en la comunión de todos los que buscan y no encuentran, en el advenimiento de quienes han de hacernos solidarios sin mesiánicas dotes de profeta, en las palabras sin sentido llenas de sentimiento. Creo

en lo que puedo y en lo que no puedo,
en la resurrección de lo imposible,
en las calles abiertas, alamedas
que volverán a abrirse. Creo

en que se puede amar a mucha gente a la vez sin estar loco ni tampoco cuerdo, en los brazos de todos los abrazos, en la infamia de todas las mentiras, en el cuento sin cuento. Creo en las lágrimas que no afloran de golpe y se acomodan en el rincón inhóspito de tantos corazones, a la espera de salir a la calle y llorar de verdad. Creo

en que no hay nada mío, ni vuestro, y mucho menos suyo, que lo nuestro no debe ser un tropo impronunciable. Creo

en todos los locos. Creo en ti, creo en mí, creo en nosotros. Creo

que ha valido la pena haber vivido aunque haya tantas cosas por hacer todavía, tanta pena en los cuerpos y en las almas, tantas oscuridades que no acierto a alumbrar.

Creo en el hombre.




36 comentarios:

sus(ana) dijo...

seguiremos manteniendo la fe por mucho que cueste

un beso

Lleó dijo...

Aunque creo que descreo hay dias que creo.Hoy por ejemplo.

Manolo Jiménez dijo...

Y a pesar de todo cada día encontramos hombres que nos hacen creer en el hombre.

Abrazos.

Ana dijo...

Ante todo, agradecerte tu visita a mi playa. Puedes volver cuando quieras...
Con respecto a tu post creo que hay que seguir creyendo en el hombre.

Un besazo.

Bletisa dijo...

Amén sr maestro.
Podría firmarlo casi palabra por palabra. Sólo casi.

Mis respetos.

Jorge dijo...

Bravo Jose.
No puedo decir mucho más, toda una declaración de creencias, con las que estoy muy de acuerdo.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Por lo leído, un verdadero hombre de fe.

chema barredo dijo...

pues yo no te he pedido que lo colgarás otra vez...
pero ha sido un placer (o más) leer este poema
abrazos

jorge dijo...

Es el credo de una persona que merece la pena.

Una suerte que hayas decidido republicarlo.

trovador errante dijo...

Y yo, a mi modo, creo en lo mismo, o en algo parecido.

Creer en el hombre me va a rachas, pero mi tendencia siempre es hacia el optimismo, aunque la puta realidad, de golpe y contendentemente nos tire por tierra.

Hay millones de millones de hombres y mujeres en los que creo.

Y creo en ti Jose, y en mi, y nosotros.

Un abrazo ciego,
Kike

mis-herías dijo...

"Creo en todo lo incierto que remueve montañas...". Abres la puerta con mucha fuerza. Un saludo.

Ángel Muñoz dijo...

joder, no pude ir maestro, pero vaya poema epistolar de narices, si señor de narices y eso que no credo...

Adolfo González dijo...

Vamos a comentar, hombre, qué demonios.

Este poema te lo pude escuchar -me parece- el otro día, aunque mi atención a la poesía, y mi manera de vivirla, sucede muchísimo más en la lectura íntima que en un recital, donde me cuesta bastante atender, como creo que ya te comenté.

No es mi preferido de los tuyos, pero como ya te dije es el conjunto de los poemas, al peso, lo que me gusta, con sus brillos, con sus oscuridades, me pareces muy regular en tu nivel general.

Se ve a leguas que conoces de sobra el oficio. Qué te voy a contar yo. Sólo ponerte esta florecilla aquí, ya que dices que un blog sin comentarios es como un jardín sin flores.

Un abrazo.

P.D.: a ver si armamos alguna por Cuenca. Tiempo al tiempo, que no sólo a destiempo, compañero.

Anónimo dijo...

fue un gran momento, jose

un abrazo

Leonardo dijo...

Yo creo (1) que eres un hombre y, para decirlo con Machado, bueno.
Un abrazo
(1) y aquí el verbo creer cobra todo su sentido, pues sólo te he leído y no te conozco más que por tus poemas y comentarios. Pero lo creo.

Rufino U. Sánchez dijo...

Creo en la verdad de los sentimientos y en los que son capaces de sentir.

Jose Zúñiga dijo...

Cuesta, Ana. Pero si no, qué nos queda. Eso sí, que no sea la fe del carbonero.
Bss.

Jose Zúñiga dijo...

Manolo, y mañana también, plis.

Jose Zúñiga dijo...

Sí, Manolo, aunque también sucede lo contrario: hay que perseverar en esa fe.
Abrazo.

Jose Zúñiga dijo...

Ahí andamos, Ana.
Bs.

Jose Zúñiga dijo...

Ay, Ble, que no me diga usté amen que no me lo creo. Prefiero que me digas dónde está el “casi”.
Bss

Jose Zúñiga dijo...

Gracias, Jorge, me alegra compartir estas cosas, ayuda a sobrellevar tantas barbaridades...

Jose Zúñiga dijo...

No tanto, no tanto… Hombre de principios, sí.

Jose Zúñiga dijo...

Hombre, Chema, más que un placer… Es cierto, no me lo pediste. Me las pagarás.
Un abrazo fuerte.

Jose Zúñiga dijo...

No sé Jorge, procuro servir para algo, a veces también a través de mis textos.
Abrazo.

Jose Zúñiga dijo...

A tu modo… Debe ser un buen modo, trovador. Y, como sabes, siempre he envidiado tu optimismo sano y vitalista (aunque a veces atisbe otras cosas).
Bueno, yo me refiero al hombre en sí, a ser humano, no voy a creer en todos los hombres ni en todas las mujeres ni de coña. Quiero ser optimista esta vez.
Y, por supuesto, también creo en ti. Sin estar ciego.
Abrazo fidedigno.

Jose Zúñiga dijo...

Ay, mis herías, es que de lo cierto me fío menos. Así es.

Jose Zúñiga dijo...

Ni falta que hace creder (menos in unum deum), volti, basta querer.
Salud.

Jose Zúñiga dijo...

Pues gracias por animarte y poner esa florecilla, Adolfo, y por decir tal cual lo que piensas, y por pensarme tan generosamente.
Te pongo un mail con calma.
Abrazo.

Jose Zúñiga dijo...

Para mí sí, Santiago, esas cosas pasan a veces, ya sabe.

Jose Zúñiga dijo...

Leonardo: ser un hombre bueno, o acaso que me conformo con ser buena gente, es para mí mucho más importante que ser un poeta bueno, malo o mediocre. Por eso agradezco mucho tu creencia. Espero que no vaya descaminada, ni hoy ni nunca.
Un abrazo.

Jose Zúñiga dijo...

Sí, Rufino, poco se puede hacer sin sentimientos, pensar no vale tanto como sentir. Creo.

Mayte S. dijo...

Crees firme porque convences o será la poesía la que comulga con esos credenciales.

Muy rato paseo por aqui.

con cariño, esencia

Jose Zúñiga dijo...

Ya lo digo, Esencia: con esperanza, sin convencimiento.
Gracias por tu visita y por tus palabras.
Bs.

Pedro Gollonet dijo...

"...aunque la soledad deje de ser la que yo quiero/ sobreviva sin besos, sin abrazos/entre estériles palabras que me agotan,/ me obstino en adiestrar mi oficio de esperanzas."

Y creo. Enhorabuena, Jose. Me ha gustado mucho

Jose Zúñiga dijo...

Gracias, Pedro. Nos vemos pronto.
Abrazo.