Se levanta con gesto imperceptible y anda,
para no despertarme, casi como gata
que abandonara el lecho de mis pies,
lentamente
se echa la bata encima y descorre
los visillos. El sol
se filtra apenas.
Viene como un olor extraño a salitre y algas,
algún murmullo que ayer no se escuchaba
que se entremezcla con algo que he soñado y que
ya no recuerdo.
Que no recuerdo ya.
(Amar consiste sólo en huir detrás de un sueño hasta reventar).
Ahora ya todo huele a café y tostadas,
me roza suavemente y dice: Buenos días.
Sueño que estoy dormido, se revientan
como de golpe
las penas en mis venas y no sé
ni cómo ni por qué
llegué a esta habitación,
cómo y por qué me encuentro en esta mesa ajena
en cuya superficie negra he derramado
todo el café. Intento levantarme y no
puedo moverme,
no me puedo mover.
(Amar consiste sólo en huir detrás de un sueño hasta reventar).
Ella viene, me besa con tristeza y ríe.
Azul es su sonrisa como dios, como el cielo.
Ya amaneció. Pregunta por mis sueños, yo
no sé si duermo
o estoy despierto ya.
Vivir consiste sólo en huir detrás de un sueño hasta reventar.
Despertar a los muertos, de Scott Spencer
Hace 1 día
3 comentarios:
Las penas de mis venas....
Me encanta.
me fascina.
:)
Me gusta aún más, este poema.
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