Y aunque vistan cenizas ciertas gentes devotas
hoy ha salido el sol, gozoso sol.
Las líneas del tendido
eléctrico han perdido su porte funerario
y, al abrir la ventana, vislumbro un horizonte
velado entre cenizas, pero lejos,
tan lejos que no alcanzan a entristecer la vista:
se las llevó consigo el vendaval.
Hoy don Carnal ha muerto. Que viva don Carnal.
Mientras doy dos caladas al primer cigarrillo
de este día que anuncia gorgojeos
me alegro de estar vivo,
de tener a mi alcance los días y las noches,
las risas y las lágrimas, los goces y las sombras.
Todo lo que se vive es venturoso.
Me alegro de estar vivo. Y aunque lluevan cenizas
sobre frentes devotas, comienzo la jornada
con ganas de encenderte las mejillas
y guardar la bufanda hasta el próximo invierno.
Hoy ha salido el sol, gozoso sol.
Despertar a los muertos, de Scott Spencer
Hace 1 día
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