viernes, 20 de febrero de 2009

la escalera mecánica

Siento en los pies el peso de todos los nublados
y el polvo del camino se acumula de forma inopinada
en la red neurológica de mi fosa craneal. Cuánto desorden.
¿A quién busco? ¿Me buscan?

Recorro carreteras secundarias remotamente holladas
por alguien, antes, como yo. Y cómo discernir si soy ahora
o estoy siendo mañana. Me ha llevado su tiempo,
he trasquilado rabias rabiosamente esquivas,
he escudriñado cientos, miles de páginas,
casi todas repletas de lírica amatoria.
¿A quién buscan? ¿Me buscas?

Ahora ya sé qué hacer con tus caricias.

Camino sobre ranas con olor a nenúfares.
Resbaladiza alfombra. Amor resbaladizo,
quebradizo como pata quebrada, como hojaldre
apenas amasado y sacado del horno antes de tiempo .
Fuego fatuo de amor odiosamente tierno.
¿Quién me busca? ¿Te busco?

Y los atriles pautan las metáforas.
Y los clavos son pinzas que sujetan apenas, con desgana,
muñones de otras guerras, lamentos de otras treguas
que pican como avispa, como ortiga. El calendario y yo
no nos llevamos bien. Hace no mucho tiempo que fui abuelo
y al rato quedé huérfano. Son cosas diferentes.
¿Qué buscamos? ¿Nos buscan?

Sí, voy a hacer astillas de tus manos.

Porque no existen fechas para vivir así
sólo contigo, hora tras hora, cada café con leche
de todas las mañanas con tostada y danone.
La ducha desentona en el paisaje inhóspito de nuestras aventuras.
Yo arranco cada día palabras al silencio y hojas al calendario
que imagino con todo el santoral ( por más que sea ateo soy devoto),
hojas de parra, amarillentas hojas: enero-marzo-abril,
murió febrero, habrá que buscar otro. Otros febreros.
¿Alguien me busca? ¿Quién?

Ahora ya sé qué hacer con tus caricias.

Usarlas de estropajo para limpiar a fondo
todo lo que me ensucia las entrañas
y decirte las cosas de forma tan sencilla
que no parezca nada, aunque todo lo sea. Será el verbo
quien nos libre de todos los infiernos.
Eros es más que Logos, ya lo sé, pero eso a quién le importa.
Así seré capaz de ver las escaleras mecánicas del metro
día sí, día sí, día también, sin vomitar. Sólo contigo.
¿Quién nos busca? ¿Qué buscas?

Sí, voy a hacer astillas de tus manos.

2 comentarios:

María Socorro Luis dijo...

Tierno y duro. Optimista, pesimista... Profundo.
Dices tantas cosas en este poema...
Yo me quedo: " Y cómo discernir si soy ahora o estoy siendo mañana..."

Saludos cálidos. Soco

dijo...

.. y danone.