viernes, 8 de enero de 2010

el sanatorio del Doctor León

Me asalta
con frecuencia la sospecha
de que debo estar loco,
no loco de remate,
sólo un poco
majara, lo justito
para que me señalen
con el dedo.

Estuve
hace algún tiempo
loco no, con la depre,
y después de tres meses
de tequila,
sangre,
sudor
y lágrimas
y lavados de estómago,
me fui con esa música
a otra parte: al siquiátrico,
o sea, al manicomio.

El sanatorio del doctor León.

Fui muy feliz allí,
las cosas como son.
En realidad
la depre es poca cosa
comparado con lo que se ventila
en esas casas de misericordia,
pero yo tuve suerte,
la gente era tranquila,
amable.

Incluso a veces
me pareció en exceso
comedida.

Fueron muy pocos días.
Salí como una rosa
y así sigo,
pero quiero volver.
Y es que los cuerdos
no me gustan un pijo.

O será que son ellos
los majara.

12 comentarios:

Rafael Arenas García dijo...

"Y es que los cuerdos
no me gustan un pijo"

Pero nada de nada;
o sea,
que cualquier día
me lío
a pegar tiros
y mato a unos cuantos
cuerdos
(y si cae algún loco
diremos:
"daño colateral").
Y así conseguiré
¡al fin!
que me encierren
y tiren la llave
y se olviden
de mí.

No, maestro Zuñiga, no nos olvidaremos de tí. Eres de los pocos que no necesitan firmar lo que escriben. Maravilloso estilo el tuyo. Me ha divertido sobremanera este "sanatorio del Doctor León".
Perdona mi atrevimiento. Según leía lo tuyo se me ocurría esto que pongo y no he podido resistir la tentación de escribirlo.
Abrazos.

ZenyZero dijo...

Tengo una novela a medias y empieza diciendo que la cordura es una entelequia de los sentidos.

Es que nos engañamos tan fácilmente, nos excusamos señalando a los demás. Por qué no nos dejarán tranquilos los sanos. Bastante hacemos los locos con recluirnos en su mundo.

Un abrazo
Chuff!!

Bletisa dijo...

Ahhhhhhhh qué bonito y cuanta razón tienes.
¿¿Sabes??, tengo muchos amiguetes que residen en el Sanatotio del Dr León y me tomo con frecuencia cipillas con ellos en El Piero, allí cerquita en Reina Cristina.
No veas como me hace reír su alegría recobrada.

Y es que el que se crea supercuerdo y además piense que eso es buenísimo, que se ponga chulito y tire la primera piedra.

Muac. Me encantas Zú.

sus(ana) dijo...

no hay loco más loco que aquel que intenta atrapar la cordura intentando disimular su locura

nada, no me hagas ni caso jaja

besos locos

Meri Pas Blanquer dijo...

Reminiscencias de Nietzsche a granel para un poema exquisito amigo.

Me gustó mucho.

María Socorro Luis dijo...

No es que estes loco, loco, pero en este poema eres un poco mas tú... creo, no sé.

También me gusta un rato el petit-comentario-poema de Rafael.

Bendita locura.
Musu batarekin. Soco

Jose Zúñiga dijo...

Eso de que no necesito firmar lo que escribo me ha llegado al alma, Rafael: quien consigue ser así reconocido ya es alguien. Me falta mucho, bueno, creo que nunca llegaré.
Espléndido estrambote, continuación, atrevimiento,lo que sea. Que se olviden de mí!, jeje, muy mío.
Abrazo.

Jose Zúñiga dijo...

Cielos, Zen, a ver si vamos a estar escribiendo la misma novela...

Jose Zúñiga dijo...

¿Conoces los jardines, Ble? Decadentes, polvorientos, con árboles añejos. Si puedes entra un día.
Bs de loquero.

Jose Zúñiga dijo...

Nietzsche, ahí es nada, amiga. No lo tenía en mente cuando escribí esto, pero algo habrá, lo que se lee queda.
Bss.

Jose Zúñiga dijo...

Yo siempre hago caso a los locos (y locas), Ana, así que a ti también, jeje.

Jose Zúñiga dijo...

Como una cabra, Soco, ya te digo.
Bueno, mi poesía no suele ser autobiográfica salvo excepciones, pero puedo asegurarte que en todos los versos estoy yo. O eso pretendo al menos. Los poemas me desnudan para el que quiera verlo así. Es lo suyo.
Bss sin camisa de fuerza.