viernes, 22 de enero de 2010

secuela manriqueña

.
.
ni todos los sauces lloran
ni viaja siempre la muerte
con guadaña
ni avisa el sepulturero
ni añoran los ataúdes
cementerios
tañen a muerto en las altas
espadañas las campanas
cuando quieren
las cigüeñas van y vienen
de París a Barcelona
en jet privado

el plomo lastra sus alas
el hatillo de sus picos
va preñado
de opúsculos fecundados
en cristal in vitro en vidrio
en castellano.


"Lo que queda"http://jlzuni.blogspot.com/

8 comentarios:

ZenyZero dijo...

Ni es oro todo lo que reluce, ni todas las cigüeñas esperan en los campanarios.
Habrá algún jet privado que nunca aterrice, que vuele siempre preñado.
Con el lastre de cierta vergüenza.

Por eso creo que volvermos a contratar gaviotas.
Perdón, cigüeñas en castellano...

Un abrazo
Chuff!!

sus(ana) dijo...

qué poderío tienen algunas cigüeñas!

besos voladores

Ángel Muñoz dijo...

lo poco que estuve ayer, bien , MUY BIEN JODER MAESTRO.

Jose Zúñiga dijo...

Zen, estamos preñados

Jose Zúñiga dijo...

Ana, tienen alas.

Jose Zúñiga dijo...

Si, se me hizo poco, voltios.

Rafael Arenas García dijo...

Lo he leído varias veces, y a cada nueva lectura me gusta más. La elección del octosílabo, la rígida y solemne regularidad de los acentos en los primeros versos, la forma en que introduces, primero velada y luego claramente a las cigüeñas, el paso de un tema a otro. Todo el conjunto aparece cerrado (pese a esos dos versos que faltan o parecen faltar al comienzo) y muy sugerente. Del pasado a la fecundación in vitro, los viajes a los centros internacionales de reproducción (Barcelona uno de ellos, precisamente); y aún todo lo que hay detrás (o aparenta estar detrás, que es lo importante).
Estupendo poema. Un abrazo.

Jose Zúñiga dijo...

No faltan versos, Rafael, empieza y acaba así, de sopetón, adrede. Es una secuela, pero no quería adoptar un dicurso narrativo al modo de las coplas de Manrique.
Uno de esos experimentos con los que me ejercito, ya sabes. Me alegro de que te haya gustado; yo también he quedado bastante contento, la vedad.
Un abrazo