Qué sencillo fue todo,
qué lugar tan común
fue el amor deslizándose entre sábanas,
el amor encauzándose
por lugares comunes, tan comunes
que acabamos durmiendo en los laureles
y nunca amanecimos, nunca más
vimos la luz del sol ni el sol nos vino
a acariciar la piel. Así de ajados
hoy vemos canal plus mientras las manos
se cruzan, no se enlazan.
REVISTA TURIA. Núm 152. Pág. 250 y sgtes.
Hace 2 días
6 comentarios:
¿Sabes? uno se cansa
de jugarse la piel
desnuda frente al aire frío y seco;
de la luz cegadora,
del azul de la cima;
de permitir que el viento
azote los cabellos.
Vivir es muy cansado,
mucho.
Huyamos ya del sol,
descansemos, vivamos para adentro;
regocijémonos,
apoyemos nuestra mano
en esta otra mano
que tan bien sabe
lo que vivir nos cansa;
tan solo una rendija permitamos
a ese viejo sol
que fuera nos sonríe, impertinente.
Curioso, amigo Zuñiga, este poema tuyo, con un título que me había dejado frío, me ha emocionado profundamente. Saludos.
Bonita réplica (o dúplica)la tuya, Rafael.
Sí, el título no puede ser más prosaico, quise que fuera así porque de eso va lo que se cuenta. Aunque visto lo que dices es cierto: uno se cansa y tampoco pasa nada. Huyamos ya del sol.
Un abrazo.
¿Eso es el amor?
Soy ignorante para el amor además de para otras muchas cosas.
Amiga: es el amor sereno, tranquilo. Es el amor que pasa...
perfecto ese amor descrito zuñi, el perfecto, y por cierto gracias por el préstamo sin pedir permiso, sabes a lo que me refiero, jejeje, un abrazo maestro.
;)
Lo sé,´Ángel. Y me honra.
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