sábado, 5 de diciembre de 2009

La crónica más hermosa jamás contada, por M. S. S.

Me he quedado sin palabras. Hoy no hay poema, sino acto poético. Gracias, Mayte.  

"Sé de buena tinta que hubo relojes que se contagiaron del tiempo a destiempo y ahora marchan a contratiempo. Sé también que en la noche del jueves se escuchó un grito y hay quien asegura que lo dio el taguloguta. Todo esto lo sé porque estuve allí, entre los ausentes, prestando oídos sordos y dando palmas mudas.

José Luis Zúñiga, maestro de ceremonias informales y poemas insolentes, presentó su último libro ("Nada de último", diría a la periodista que debería haberle entrevistado, "realmente es solo el anterior") en el Café Libertad 8, acompañado de amigos y espíritus, muchos espíritus que, por J o por B, por H o por K, no pudieron confirmar su presencia corpórea. Y tan a gusto estuvo el maestro sobre el escenario que en algún momento se le vio levitar, uniéndose a nosotros, los que desde otros lugares soplábamos en su dirección para enviarle ánimo y darle calorcito con nuestro aliento.

Ocurrió que la alegría se escapó por las costuras del Café y aún a esta hora no han conseguido arreglar el escape. Ocurrió que algunas notas se quedaron pegadas a la ropa de los asistentes y por lo que se ve, no hay manera de sacarlas. Ocurrió que muchos se fueron a casa con ganas de repetir y otros nos quedamos con ganas de empezar. Y todo eso ocurrió porque durante un breve espacio de tiempo, Jose Zúñiga puso a cero el cronómetro y envolviendo sus poemas y canciones para regalo hizo que las esferas de los relojes reflejasen una sonrisa en lugar de dar la hora".

10 comentarios:

sus(ana) dijo...

Sabes algo? Cosas como esta nos dejan en los labios el verdadero sabor de la amistad

Un beso

Bletisa dijo...

Yo quise estar allí.

Begoña Leonardo dijo...

Menuda crónica!!!!... Me ha encantado, gracias a los dos. La amistad a veces no necesita de paparruchas al oído, necesita de emociones en el aire...

Arrumaco sosoegado.

Angel dijo...

que bonita crónica y tan poética, encantadora.

dijo...

DE verdad, una crónica de lo más linda. Incluso a los que no estuvimos ahí, nos hace sonreir...

Jose Zúñiga dijo...

Asíes, Ana, así lo he sentido.
Bs.

Jose Zúñiga dijo...

Yo también quise que estuvieras, ay. Como si sí, pero no es lo mismo.

Jose Zúñiga dijo...

Y cariño que se palpa, Bego. La verdad es que cuando reté a Mayte a hacer la crónica sabiendo que no podía ir, esperaba algo, porque la conozco. Pero no tanto.
Arrumaco encendido.

Jose Zúñiga dijo...

Así es Ángel. Aunque la tuya no hubiera desmerecido. ¿Cómo va la boca?
Un abrazo.

Jose Zúñiga dijo...

Eso es porque Mayte escribe como los ángeles, Pe.
Bs.