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I
Acabo de apagar el cigarrillo
y ya me enciendo el otro. Van dos noches
en vela y en tequila. Sólo escucho
la novena de Mahler, su estruendoso
calderón de silencio hacia la nada.
Entre los claroscuros de la noche
dejé mi americana en el armario,
colgué los pantalones en su percha,
lavé los calcetines, los gayumbos,
las camisetas sucias. Estoy limpio.
Me tumbo en el sofá. Sigo sin sueño
con la frente marchita en dos mitades:
una está en la ventana, la otra espera
escuchar en la puerta tus tacones.
II
Aquel gato era negro
no soy supersticioso
pero el gato era negro
no tengo mal de ojo
pero el gato era negro
no me espanto de nada
pero el gato era negro.
Tus ojos eran negros
como aquel gato negro.
Ahora siguen abiertos,
no soy supersticioso.
III
En el bus 27
iba leyendo una novela
corta del escritor Boris Vian.
Leía por si acaso
alguna vez me preguntabas.
De repente,
te vi por el retrovisor.
IV
Mientras dormías sabía
que no soñabas conmigo.
Ni siquiera con el mar.
Tu espíritu se fue
con los ahogados.
V
No me dejes,
soy el amante de tus ojos.
No me dejes,
soy el esclavo de tu lengua.
No me dejes,
soy el reptil de tu silencio.
No me dejes,
fui viento, tierra, fuego
antes de dar contigo.
Ahora ya no soy yo.
Ni siquiera tu perro
es tan perruno.
VI
Rascainfiernos.
Vivimos en un sótano
donde las rocas negras
restriegan sus escorias.
Vivimos
en el fondo del cielo.
VII
Te di el timón de mi barca.
Embarrancamos
en el mar sin sargazos
de tu sexo terroso.
VIII
El bus 150 se ha parado
dos paradas después
justo en la espuma de los días,
antes de que escupieras
sobre la tumba sucia de mi esquina.
Seguí leyendo. Sigo
apagando un cigarro tras otro
sobre trozos de piel que ya escasean
limpios de cicatrices, sigo
encendiendo un cigarro tras otro,
trasegando un tequila tras otro,
lavándome los dientes.
Levanto la mirada al techo.
No estás allí, la lámpara
apenas si se queja.
IX
Cruzo Vázquez de Mella
perdido en multitudes
me dirijo a la entrada
del Banco Santander
tengo en cuenta corriente
un dinero de saldo
hago cola
tosen los jubilados
que se enfilan con orden
la mujer
de la limpieza barre
el cajero dispone de su tiempo
voy a dejar mi saldo a cero
por el ventanal veo
una señora despistada
con un pañuelo al cuello.
Parece que eres tú.
No sé qué espero
encontrar en la caja.
X
Amante soy de ti, no me abandones
en la vigilia de la Inmaculada.
Sé virgen para mí, no pierdes nada
resguardando tu cuerpo entre almidones.
Amo tu sordidez, los perdigones
que lastran tus palabras, tu mirada
perdida, lujuriosa. Soy manada,
soy perro sin collar y sin razones.
Te ayudaré a flotar, aunque me hunda
en el cenagal propio de esta noche
que ya es mi propia noche. Noche inmunda,
noche tuya de mí, piadosa noche
de vigilia constante. Que no cunda
ningún pánico en ti. Soy tu derroche.
XI
Pasa página,
una página en blanco.
Tiene letras
una página en blanco.
Pasa página,
una más en tu vida
y en la mía. Las páginas
están para comérselas.
XII
Miro
al otro lado del espejo.
Me encuentro conmigo.
Corro
hacia otra parte
en que no estés tú.
REVISTA TURIA. Núm 152. Pág. 250 y sgtes.
Hace 2 días
18 comentarios:
Me he quedado impresionada, menuda rotunda y contundente declaración/oración/rogatoria!!!...
Bravísima.
Descansa querido amigo, has llegado eso seguro.
Arrumacos.
Excelente esta noche al menos que leo por piezas.
-Permíteme participar leyendo-
Un saludo.
Me he quedado tan pancho después de la vigilia, Bego.
Voy a explorar espejos. Bs.
No sé si has escogido buena noche, palabra amiga, que esto es muy largo. Tenía que ir a una entrada por día, pero así me lo pidió el cuerpo...
Por piezas, por capítulos, por versos, por estilos o formas, lee cuanto quieras con o sin permiso. Siempre gusta.
El 150 es un bus que no gusta coger.
Me gusta la poesia del gato.
maestro cada día te superas que redondez al escribir.
Vale, yo lo odio, lo gojo casi todos los días. Y ya ves lo que pasa.
El gato, jeje, te juro que no soy supersticioso.
Bs
Pues no sé, voltios, aunque le digo a Bego que me quedé tan pancho más bien me dejó exhausto. Pensé en trocear la entrega, pero la verdad es que lo escribí como un poema, no como varios, y me hubiera parecido un engaño.
Abrazo.
Déjame que te diga sin permiso que cada día estoy más cerca de tí, Jose.
Déjame que te diga que no te dosifiques, que no te importe no dormir, o no soñar, o escribir de la forma que lo haces.
Te leo con todas las licencias, me acerco, te toco y te amo, te presto mi hombro, mi vaso y mi cigarro.
Todo mientras veo tu libro y releo tu dedicatoria, y lo transporto hacia la mesilla de noche.
Un abrazo fuerte
Joder, Quique, voy a empezar a ser supersticioso: te acabo de dejar un comentario, antes de leer el tuyo, en el escuetamente pretendo trasmitirte algo parecido: me siento cercano.
Bueno, pues lo estamos, así somos, gracias de corazón por tus palabras, por ese libro que me lees, porque sí. Y por las rubias que en breve tomaremos.
Un abrazo.
Para mí me quedo el nº I y el X. Me han gustado mucho.
Un abrazo maestro hila versos.
Metrini
Gracias, Willy, se tocan aquí mucho palos, es curioso que te vaya el soneto. Que últimamente está mu menospreciado, no sé por qué...
Un abrazo
Iba leyendo como si fuera un cuento, y el final me ha golpeado. Me ha venido a la cabeza una cosa que escribí hace un tiempo:
Qué importa que este cálido azul
sea tan solo un eco,
que seas tú un espejo
que refleja la luz,
intensa, fría, cierta,
que, febril, yo te dejo?
Lo mío es mucho más ingenuo, es claro; pero quizás la idea sea la misma; y es una idea que me gusta mucho.
Me lo vuelvo a leer.
Un abrazo, hasta pasado mañana.
Lo tuyo está muy bien, Rafael.
Grande será el abrazo.
en verdad en verdad te digo que me ha gustado mucho. Y has hecho bien en ponerlo así de entero.
Pues me alegro, Pepe. Sí, ya lo he dicho, creo que tenía que salir todo a la vez.
Abrazo
¡Joder con la vigilia maestro!
mmmmm.....estoy pensando, espera.
¿Espero sentado?
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