No puedo acostumbrarme
al silencio ominoso de la tarde.
El rojo atardecer que fue tu pelo
anochece de golpe. Tengo miedo.
Me despierto sin dar las campanadas
y emborrono acuarelas que no son ni fantasmas.
No puedo convencerme
de que ya no estarás cuando regrese.
REVISTA TURIA. Núm 152. Pág. 250 y sgtes.
Hace 22 horas
3 comentarios:
Qué bonito!...Me gusta mucho todo lo que escribes. Y tengo la impresión, que sin ningún esfuerzo.
Muxu bat. Soco
Me cuesta, me cuesta... pero va saliendo. Y al poema de hoy le tengo un cariño especial.
ha sido muy oportuno leerte hoy... justo cuando echo de menos mi propio recuerdo en rojo.
besos, jl. gracias por escribir y no dejar de compartir :)
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