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Como era ayer y noche la luna estaba llena,
las mareas mezclaban arenas con ahogados.
En el acantilado
una niña jugaba con el viento.
Fue una visión fugaz: un clavel muerto
resbaló entre las rocas; abrió surco
el clavel, y la espuma,
al romperse, rompió donde la niña.
El clavel ya era espada, amenazaba,
fueron alas de un ángel
que batieron sagaces. Ay, la niña,
qué peligro corrió. La niña mía.
Ahora ya, con el tiempo,
no hay claveles ni rosas, sólo espinas,
y mi niña ya sabe cuidar de su jardín.
Así fue y os lo cuento. Ella dirá que sí
o tal vez os lo niegue, que las mujeres mienten
cuando se vuelven niñas otra vez.
Despertar a los muertos, de Scott Spencer
Hace 9 horas
32 comentarios:
No mienten, juegan.
precioso .... aunque lo de mentir hay opiniones ehhh
besicos pa la bb
Siempre mienten...
Qué poema más bello !!
Placer total.
Besote
SIL
Digamos que juegan a contar mentiras, tralará,mj. Como nosotros. O sea, verdades como puñños.
Bs
Sólo cuando se vuelven niñas de nuevo, Ufff.
Bs
Bueno, Sil, ya ves que hay opiniones.
Me alegro de que te haya gustado este poema que me ha salido un pco raro.
Bss
Una historia deliciosa.
En cuanto a lo de mentir...supongo que los hombres no pueden disfrutar de ese privilegio, ¿tal vez porque ellos nunca dejan de ser niños?
Es por eso que las amamos José, porque poseen el Don de ser un misterio para nosotros, que logramos descubrirlo, es porque ya estamos en sus manos, perdidos completamente.
Bello tu Poema José.
Un abrazo.
Leo
Nos gusta no dejar de ser niñas, nunca, y seguir diciendo "mentirijillas", pero sólo eso.
El poema, bellísimo.
Un abrazo.
Tiene este poema un especial "espíritu". Parece estar "fabricado con el alma, sin cuerpo".
¿Será por amor?
¿Será por placer?
Sea por lo que sea, en tu blog queda.
Un abrazo.
PD. Díme número de pañuelos que has utilizado para limpiarte la babita... ¿Cómo va Julia?
Buen día Jose Z., me ha encantado encontrar tus poemas.
Abrazo.
no mienten, dicen verdades a medias y medias verdades
un beso
Creo que la luna llena es hoy. Precioso poema.
Queremos alejar los peligros...
Pero es algo imposible.
Tienen que investigar por su cuenta y aprender a cuidar su propio jardin.
Lo malo es cuando las mentiras no son un juego.
Y sabemos que no solo mienten las niñas (o los niños).
Niños, ángeles, espuma y claveles; acantilados y luna, nubes que la ocultan. Hermosas imágenes, sugerentes. Los peligros que acechan a los niños nos volverían locos si no contáramos con los ángeles y, sin embargo, son los hijos, precisamente, los que deshacen el último misterio y convierten las ventanas en espejos.
Un abrazo y felicidades dobles (por el tema y por el poema).
Vaya!! después de leer el poema y los comentarios no había pensado en las mentiras de las niñas, ni mentirijillas...
He pensado que aquella niña creció, hubo momentos complicados, en los que temieron por que algo negativo pudiera sucederle pero logró salir adelante. Y "la mentira de las mujeres" la he interpretado como la fuerza interior de una madre al parir, que más tarde no se recuerda que fuera tan intenso el sufrimiento. La constancia, la dedicación, la entrega de una madre no es algo que ella misma admita y acepte...
me gustó, se dió cuenta??
saludos.
Guardamos secretos...Luego existimos como mujeres. Para conocer a la mujer hay que saber esto.
Siempre consigues con tus poemas traer imágenes a mi mente, imágenes tremendas. ¿De dónde las sacarás? Te llamas poeta porque lo consigues...Una niña y un acantilado...
Bravo, maestro.
Carmela
Realmnete es una historia, Jasonia.
En cuanto a lo de mentir, supongo que no hay diferencias entre hombre y mujer. La protagonista es (era) niña, simplemente.
Bs
En ester caso hablo de amor, sí, pero no pasional, Leo. Amor de padre, diría yo.
Abrazo.
Eso es lo importante, Anabel, guardarse siempre un poco de infancia, hombre o mujer.
Bss
Sí que me salió algo extraño, Jesús, no sé por qué. Por amor, sin duda.
Tras babear bidones de birra, vuelvo a mis asuntos, que soy poco niñero, jeje. Juila está muy rica.
Abrazo.
Bienvenida seas, Enya, me alegro que que hayas llegado hasta aquí y más si te ha gustado.
Bs
Uy, Ana, pue eso es peor...
Y bss
Hoy acaba la fase de plenilunio, paparruca. Me dió ayer la luna.
Bs
Cuidar, no controlar, Jorge. Pretender moldear seres libres.
Las mentiras, del género que sean, son odiosas, jugar es otra cosa, en efecto.
Abrazo
"... y convierten las ventanas en espejos". Qué bueno, Rafael.
Tema y poema son indisolubles. Gracias dobles.
Abrazo.
Bravo, bravo...tremendo poema.Esa niña, ese clavel, ese tiempo que pasa, esas espinas (las malditas espinas y el maldito tiempo)
Un besazo poeta
¿Por qué estoy llorando?
Jooo...qué bonito y qué alegre y qué trite y qué...joooo
Besos, Jose.
Me he dado cuenta, Lemaki. La primera parte del poemable la has cazado alvuelo, tal cual. La segunda, casi: fuerza interior, sí, aunque en este caso no me refería a la maternidad. Pero el poema es de los lectores y tus palabras acerca de la aceptación de la maternidad por grado o a la fuerza son realmente significativas.
Me he dado cuenta, Lemaki. A mí también me gustó tu comentario.
Bs
Tú sabes bien, Carmela, que las imágenes vienen y se van y hay que atraparlas al vuelo. Si consigo que alguien tan especial como tú se envuelva en ellas, algo pasará, digo. Uno intenta ser poeta, pero aún quedan trechos. Y tiempo. El poeta es lo que queda con el paso del tiempo. Mientras, ejercemos el oficio.
En cuanto a los secretos, los hmbres también los guardamos. La mujer es mujer porque lo es y punto. La perspectiva de género (tal vez la diciminación positiva y esas cosas) me parece importante, siempre. Pero no es relevante en estos versos de hoy.
Vaya discurso, jeje.
Bss
Las espinas, Marisa, las espinas. Marchitas rosas, agostados claveles, queda la visd, eso: espinas, pero tuyas.
Bs
Ahora que lo releo, también a mí me dan como ganas de llorar un poco, Ame. Y no sé por qué.
Bss
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