.
Ahora los días flotan.
No tú. No yo.
Son pompas de jabón,
juguetones,
los días. Nosotros,
pompas fúnebres.
¿Ves su estela en el aire?
No eres tú. No soy yo.
Son estelas
festivas, y nosotros
ya tan sólo esculpimos
estelas funerarias.
Ahora flotan los días
en torno a nuestros cuerpos.
Nuestros cuerpos
no flotan, ya se hundieron
lastrados por el paso de unas tardes
que nos pesaron mucho.
Pero se hundieron juntos,
amor, se hundieron juntos.
Con tu yo. Con mi yo.
Y allí siguen amándose,
en la ciénaga,
ajenos a los días: felices, aunque muertos.
¿Ves su estela en el aire?
Despertar a los muertos, de Scott Spencer
Hace 2 horas
30 comentarios:
¡Qué extraordinario poema! Sutil y delicado como las pompas que lo protagonizan, con ese humor tan tuyo (pompas fúnebres), coherente y redondo. ¡Maravilloso!
Tétrico tu poema pero no por ello pierde belleza.
Me quedo con las pompas de jabón.
Un abrazo
Juan Ramón Jiménez comentara en su día del escribir como una preparación para no escribir, del ser poeta como una preparación para ser poesía. Y yo, sinceramente, he ido viendo que en esas andamos. Nada alejado eso que dijo, en el fondo, del comprender de Octavio Paz, ni tampoco alejado de tu poema, para mi gusto, un gran acierto.
Tan ligero que parece a primera vista pero qué profundo, denso. Y qué precioso, primero fuimos estelas festivas y ahora nos hundimos juntos.
(TH se refiere a Ted Hughes,marido de silvia Plath, se me olvidó decírtelo antes). Al leer tu poema he vuelto a él, tu poema es un silbido que sí toca, sonidos con ritmo.
Un abrazo.
Amor constante más allá de la muerte, diría Quevedo, otro que mezclaba humor y gravedad. Hay una presencia amorosa en tus poemas muy fuerte, conflictiva a veces, pero constante, como si estuviera más allá de todo y como el amor no deja huellas, trataras de dejarlas en la estela de las palabras, que también son aire.
Confieso que el juego con las pompas fúnebres no me ha seducido mucho, quizás porque el amor, el verdadero, ése que puede hundirse y continuar, no puede ser pomposo.
Se me ha ido el dedo, y vuelvo para dejarte un abrazo, claro!
¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!
...
(dijo un poeta)
(me gustó lo de la ciénaga, sí)
Besos. Aún en la superficie.
Pues no, que tu poema es muy vivo.
Y tu sigues flotando por esta blogosfera. No dejes de hacerlo.
Es muy bueno tu poema y tu poemario.
Un abrazo.
Profundamente bello, contagia la nostalgia de tus letras. El amor no termina con el tiempo; sobrevive a cualquier destierro incluso al de la vida.
Un saludo
Cecy
y que floten los días, siempre maestro, que eso es lo que nos queda, un fuerte abrazo, amigo.
Ya sabes cómo disfruto con las asociaciones de ideas. Esta vez me dió por estelas y pompas. Bueno, y amores...
Un abrazo.
Que no es tétrico, Emibel, según lo leas es hasta alegre.
Bs.
Ahí andamos, Adolfo, siempre aprendiendo, siempre probando. Tal vez algún día dejemos de escribir. Por ahora, creo que no.
Abrazo.
Pues no quiero ser Ted Hughes, Mª Jesús, al menos te gusta mi silbido.
Bs.
Las pompas..., ay, Leonardo, es lo que tiene este empeño mío de tratar de quitar solemnidad a base de ironías y juegos de palabras. Habrá que corregir o, mejor, afinar.
Creo que sí, el amor está muy presente en mis versos, aunque debo decir que no son autobiográficos. Pero sí está mi vida y la verdad (la mía) en ellos.
Y un abrazo.
Con amor, hasta las lápidas flotan, Virgi.
Gracias, Emilio. Bueno, por el momento pienso seguir dando la lata. Aunque nunca se sabe (tu ya sabes), igual mañana me canso...
Si logro contagiar algún sentimiento con mis versos ya me doy por contento, Cecy. Gracias por tus palabras.
Flotemos, Volti!!!
Me ha gustado mucho el poema, Jose; las asociaciones de ideas son un recurso que manejas con habilidad y excelente expresividad. Hay amor.., pero nos resulta dificil evitar la melancolía y el regusto pesimista, pero esto es así y, además, es una maravillosa fuente de inspiración aunque nazca del dolor.
Abrazos.
Increíble Jose. No puedo añadir mucho más a lo que ya te han dicho; simplemente, quitarme el sombrero de nuevo.
Abrazo.
el laste te impide volar.
Y si no se puede levantar el vuerlo, las estelas seran de otros.
No suelo hacer pompas, pero me encanta dejar estelas.
Gracias, Pedro. Amor, dolor, paradojas, tiempo..., esí los versos.
Abrazo
Hombre, Jorge, el sombrero no te lo quites, que queda chulo en la punta del palo...
Las pompas revientan, pero también ls estelas se esfuman. Las del aire y las del mar. No dejamos (casi) nada, Jorge.
Estrellas no ha habido, Jesús, pero alguna estela habrá quedado.
El camino hasta el fondo fue placentero, yo también hoy me siento feliz en la ciénaga.
Abrazo.
hago una pausa y cierro temporalmente mi blog, aunque aún sin estar seguiré pasando por tus letras
un fuerte abrazo
Ay, Ana, qué pena. Bueno, a descansar y volver con fuerza. Mientras te echamos de menos, má bss.
Te dejo aquí mi aliento.
Poesía intuitiva la tuya. Como las pompas... tan distintas según se las adjetive.
Un abrazo,
Laura
Gracias, Laura!
Publicar un comentario