lunes, 30 de agosto de 2010

anochece

.
A lo lejos, la estela de los barcos
que regresan a puerto.
Suena Viaje de invierno, como siempre
que no tenemos nada que decirnos
Schubert nos acompaña:

"De mi viaje no puedo
elegir la hora de partida,
tengo que encontrar el camino yo mismo
en esta oscuridad.
Una sombra de la luna
es mi acompañante,
y por los blancos campos
busco las huellas de la fiera".

Miro ese mar oscuro. Te susurro:
¿Dormirás hoy conmigo o con tu almohada?

24 comentarios:

Reflexiones de Emibel dijo...

Acompañada del Viaje de Invierno casi que yo me quedaría con la almohada. Esta música se disfruta en soledad, es mi opinión.
Tus versos, lo más de lo más, en compañía.
Buen día!!

María Socorro Luis dijo...

Este tono sosegado y tranquilo, es el que más me gusta en tus poemas.

Ese verso "una sombra de la luna", no quiebra un poquitín el ritmo?....

Muxusss

Luisa Navarrete dijo...

aysss me despisto un poquillo y ya has amanecido, te convertiste en árbol y has anochecido......

Creo que voy a ralenti últimamente

Besicos !

SIL dijo...

Del poema, otra perla.

Anocheció y nos hemos quedado con ganas de saber la respuesta...

Beso


SIL

Unknown dijo...

Si los anocheceres, todos, tuvieran esta cadencia suave y delicada, llena de musica, el insomnio no sería un problema, y tampoco abrazar la almohada.
Me repito, es siempre un gusto leerte, José.
Un abrazo.
Leo

Maria Sangüesa dijo...

La serenidad de este poema, aún con el cierre de la incógnita que planteas al final, la duda sobre lo que siente el otro en un instante determinado y que puede hacer rozar la soledad, me parece excelente. Me ha encantado. Muchos besos.

oliva dijo...

Las sombras descendían, los pájaros callaban, la luna desplegaba su nacarado olán.
La noche era de oro, los astros nos miraban y el viento nos traía la esencia del galán.
De súbito atraído quizá por una estrella, volviste al éter puro tu rostro soñador…
Y dije a los luceros: “¡verted el cielo en ella!” y dije a tus pupilas: “¡verted en mí el amor!”

Víctor Hugo

Vaya, con los recuerdos...atinar con el camino más adecuado debe ser lo complicado, porque hallar el camino por uno mismo casi es algo instintivo.

La elección debe ser muy sencilla... un placer leer sus poemas.

saludos.

Anónimo dijo...

Entre amaneceres y anocheceres te leo con placer.
Besos

Leonardo dijo...

A lo mejor los lieder de Schubert hablan en esos casos, en cuanto a la pregunta sólo el alba sabe responderla y ya los barcos habrán llegado y otros salido.
Regreso encantado de leerte de nuevo
Un abrazo

Paloma Corrales dijo...

A mí me pasa como a Uff, creo que voy ralentizada, o quizás tú vas muy rápido ;-).

Por lo demás el poema me transmita una increíble serenidad. Hasta la pregunta del final carece del tono apremiante propio de las interrogaciones, es como una suave invitación. ¿Será que uno llega a tener las cosas todas en su sitio?

Me gustan tus "anocheceres" casi tanto como tus "amaneceres".

Besos de atardecer ;-)

sus(ana) dijo...

escogerá la opción acertada, sin duda

y un beso

Sara Royo dijo...

Has encontrado la paz, o me lo parece? Si es así, qué suerte!

Besicos.

Jose Zúñiga dijo...

Sería buena elección, Emibel. A pesar de mis versos.
Bss

Jose Zúñiga dijo...

Tan sosegado o revuelto como Schubert en estos lieder de Wintereise, Soco. La canción que transcribo entrecomillada y en cursiva suya es, con letra de Wilhelm Müller. Ignoro de quién es la traducción, pero tampoco sé alemán, así que me aguanto con las quiebras, jeje.
Muxu.

Jose Zúñiga dijo...

Tú vas bien, Uff, yo voy a toda pastilla. Frenaré.
Bs

Jose Zúñiga dijo...

Conmigo, Sil.
Bs

Jose Zúñiga dijo...

Por ser como uno es se buscan las cadencias, Leo. Para sortear almohadas duras e insomnios largos.
Abrazo

Jose Zúñiga dijo...

Ay, María, hasta la pregunta es dócil. Y es que la música amansa a las fieras.
Graciasy bss

Jose Zúñiga dijo...

Serán de Víctor Hugo los versos, pero a mí me suenan muy a Rubén Darío, Lemaki.
La elección, sencilla. Tus ganas de leer mis versos, halagüeña. Gracias.
Bs

Jose Zúñiga dijo...

Y últimamente me salto el atardecer, paparruca. Ay.
Bs

Jose Zúñiga dijo...

Shubert nos describe aquí un sentimiento de desesperación, casi de apego enfermizo, Leonardo. El caminante busca los pasos de su amada en los pasos que dejó en la hierba que ahora duerme bajo la nieve.
Los barcos atracaron, mañana volverán a faenar. Y también mañana volverá a anochecer, quién sabe dónde estafremos entonces.
Un gusto reencontrarte. Abrazo

Jose Zúñiga dijo...

De anochecida en anochecida, de alba en alba voy, Paloma, como de árbol en árbol.
Qué va, nada está en su sitio.
Bss

Jose Zúñiga dijo...

Lo que no sé es cuál puede ser la acertada, Ana, no es sencillo.
Y bss

Jose Zúñiga dijo...

Te lo parece, Sara.
Bs