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Me siento solo en un banco.
O mejor: sólo me siento,
que no hay banco, mojón, piedra
para tanto desaliento.
Solo frente al viento, sólo
junto a las olas del mar.
A qué llorar. Ya no es tiempo
de salir a navegar.
Y el banco se siente solo,
también él,
de la cabeza a los pies.
¡Ay, esos bancos del parque
que tantos mantos tuvieron,
hoy sin caricias, sin hojas,
sin labios, hoy tan desiertos,
cumbre de la incertidumbre
bajo los sauces en flor!
Falló el amor. Cauce seco,
desconsuelo como yo.
Y el mar me borra las huellas
en la arena
con sus cantos de sirena.
Nunca volveré a sentarme
con ella en banco ninguno,
nunca más surcar las aguas
bravas entre los arrullos
de su cuerpo en altamar.
Nunca jamás. Perdí el rumbo,
nadie me lo va a enmendar.
Caen las hojas de la tarde.
Cómo sube la marea
sobre los bancos del parque.
miércoles, 28 de abril de 2010
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24 comentarios:
Mar y tierra recogiendo oleajes.
Cierto pesimismo, ya en los anteriores, esa mirada de que todo está acabado, esa sensación de fin, de desnudez, de soledad, de abandono...
Me recuerda un poco ese espíritu triste de las habaneras.
Un abrazo.
En las huellas de los bancos queda el rumor de los que se sentaron.
De la brisa que ahuyentó los pájaros y las hojas. De las risas de los niños que fuimos. Con las olas, volverán los peces.
Besitos
Más que aliento, desaliento me inspira. El alma de la soledad presente en este poema, pero bellísimo como siempre.
Un abrazo.
y es la soledad quien trae el aroma del mar entre cánticos de sirena
y beso
Se entrelazan en este poema el aliento y el desaliento, y se me asemejan a la sinergia entre las olas y el viento.
Simplemente me encanta este poema.
Un abrazo Zuñi
Un poema muy tuyo, de tu estilo, con esa cadencia tan musical.
Muy bonito.
Saludos.
Un banco en mar de soledad.
Me gusta tu poema.
Un abrazo.
Danzan los recuerdos con aroma de melancolía y un banco se viste de añoranza frente al mar... ¡ay!
Un beso.
¿Conoces "tras la pared la gente se reia" de Evtuchenko?
Pues lo mismo para el banco. Ya que no me siento mas, que se sienten otros.
O buscar a alguien con quien sentarse.
Yaaaaaa, con ella ya nunca mas.
Parques solos, olas solas, todo solo.
Las habaneras están presentes en los tres versos sueltos, mj, hasta los he cantado y funcionan. Sabia tu observación.
Pesimista no estoy, lo de la desnudez es algo recurrente, no preguntes por qué simplemente es.
Bs.
Los peces volverá a los bancos del parque y las hojas a las olas del mar. Todo vuelve y se revuelve, Virgi.
Bs.
El alma de la soledad... bien dicho, Psique. Es un aliento.
Bs
De tales cánticos debe librarse el viajero, Ana.
Y bss.
Ya lo sabes, Paz, el mar siempre vuelve a mis versos. También a los tuyos, por lo que escuché. Algo habrá...
Bss.
Estoy seguro, Jesús. Y, además, flotan, porque son de madera. En realidad, una tabla de salvación.
Abrazo
últimamente ando brincando entre octosílabos, José Antonio. Y me encuentro cómodo. Se ve que se nota.
Un abrazo.
Gracias, Jorge, me anima ese comentario de poeta tan cabal como tú.
Abrazo
Parques y playas siempre tienen un toque melancólico, Paloma. Cuando están vacíos, claro.
Bs.
Nadie se sienta, Jorge, ese banco está más solo que la una. Y más que el personaje, que ya es mucho. Buscaré ese poema de Evtuchenko, señor no lector de poesía.
Abrazo
Brava aliteración, paparruca.
Ahora que ella se ha ido, acabo de entender los bancos individuales que se ven por las plazas de mi ciudad.
Claro! Cómo no había caído antes. Fracias, Rufino.
¿Qué tendrá el mar que acompaña tanto a la soledad? Buen poema. Abazos.
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