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Cuajó sus ilusiones con esmero,
colocó sobre el fuego la sartén,
y quiso dar la vuelta a la tortilla
como mandan los cánones. Falló,
y acabó espachurrándose en el suelo
aquella vida suya sin dar vuelta
ninguna ni cuajarse. Solamente
las cucarachas negras regresaron.
Viajar, viajó. Se despertó entre cuatro
paredes más blancas que la muerte
con un recio sabor entre los dientes.
La tortilla se dio la vuelta entonces
y el buen hombre quedose mosqueado
cuando vio que vestía la camisa
de fuerza de los locos.
"Lo que queda"
http://jlzuni.blogspot.com/
Despertar a los muertos, de Scott Spencer
Hace 3 horas
12 comentarios:
Vaya, vaya... qué final para la tortilla. Muy bueno, José, me gustó seguir el trayecto desde las poluciones hasta la camisa de fuerza.
Abrazos!
Oé niño! Zú Zuñi,
Da un poco de yuyu...inquietante.
Me quedo con " paredes más blancas que la muerte". Jamás había pensado en su color. Me gusta esa imagen: blanca. De un blanco luminoso... y en paz.
Así sea.
Si es que no se puede ser tan travieso...
En serio, Bibiana, es complicado eso de darle la vuelta a la tortilla, a que sí.
Bs.
Zú agradecer palabras de Blan
Ponte un comentario en "lo que queda", anda. 4 de agosto.
Que curiosa e inesperada esta historia, me gusta
Un saludo! ;)
¡Te juro que he olido la tortilla! patata y huevo mezclándose antes de ir a la sartén. Una vez me sucedió que un olor me hizo llorar. Fue en un restaurante griego, no sé que sirvieron y me transporté por unos segundos a la cocina de mi abuela. Con treinta y tantos fui niño por unos segundos y lloré... no sé muy bien por qué. El olor fue evocador. Lo de la magdalena de Proust, pero de verdad.
Hoy, en cambio, al leerte, han sido las palabras las que han evocado el olor. Qué gran misterio el de la poesía.
Un abrazo.
La verdad, hacer una especie romance con 3 sonetos tiene coña. Yo que tú no los separaría.
Un abrazo
No sé cómo llegaste hasta aquí, dulce amiga, bienvenida. Gracias por tus palabras.
Un abrazo.
Como digo, Rafael, no resulta fácil eso de darle la vuelta a la tortilla, ni física ni metafóricamente. A mí alguna se me ha espachurrado de verdad. Y a darle a la fregona.
Si lo que se pretende es darle la vuelta a la vida, se acba como se acaba.
Un abrazo
Lo tendré en cuenta cuando remate los poemables, Pep.
Es que no te puedo poner el cometario que esperas, por que "yo no soy esa, que tú te imaginaaaaaaaaaas". No debería. Pero he de reconocer, y reconozco que "ni siquiera la luz de las palabras quiero que te ilumine""Y hasta toda luz si decides mirarmede repente a los ojos preguntando", me conmueven.Pero "que imorta saber quién soy, ni de dónde vengo ni a dónde voy"
Uy, qué lío.
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