Quiero una camiseta
roja talla XL,
un charlatán de feria
me dijo que era fácil
conseguirla,
pero se ve que no,
que nos tan fácil;
¡ni que fuera
un maillot amarillo!
Quiero una camiseta,
no por nada,
la gané en buena liza
y los juegos de lance son sagrados,
tan sagrados al menos
como las letanías
y las bombas.
Tampoco pediría
mi camiseta roja
con el empeño
que estoy poniendo ahora
(uno tiene su orgullo)
si tuviera otra cosa
que ponerme,
pero va ser que no,
soy hombre ingenuo
y tiré a la basura
todas mis camisetas,
incluso alguna roja
de cuando éramos rojos.
Lo tire todo
pensando en la poesía.
Quiero una camiseta
roja. Para variar.
Y ya puesto en el trance
de pedir,
no me vendría mal
una bandera
tricolor, por si acaso,
y alguna gorra usada.
Quiero una camiseta.
O dos, para cambiarme
de camisa.
De chaqueta no quiero.
Quiero
mi camiseta.
lo que queda:
http://jlzuni.blogspot.com/
Despertar a los muertos, de Scott Spencer
Hace 57 minutos
17 comentarios:
sé que no es lo mismo, porque querés la posesión, pero te puedo prestar una de color muy rojo, sólo que aquí les decimos remeras... y yo soy charlatana, pero no de feria!
abrazo, José!
Ostras, si te refieres a la mía ya va, ya va.
Lo que pasa es que llevo agosto entero trabajando doce horas todos los días, t-o-d-o-s. Y llego a casa, me meto en la cama y me quedo como un tronco, hasta eso de las 19:00, donde me voy otra vez al trabajo. Dije que las iba a mandar enseguida pero, la verdad, no tengo fuerzas ni para cruzar dos calles.
Hoy mismo cuelgo una entrada contando el caso. Pero las camisetas llegarán, seguro, porque tengo camisetas de sobra, de sobra.
Abrazos cachicuernos.
Hasta pronto.
Respuesta que te honra, Batania, sí, a ti se refiere esta especie de filípica (aunque, obviamenye, lo de charlatán de feria es una licencia poética).
Leches, debes de estar arrastrao, 12 horas, blog, pintadas y la caló, no te apures, ya me dás la preciada prenda en vivo, ocasión habrá. Además, tal vez prefiera la remera de Bibiana, aunque sea prestada.
Abrazo catenario.
Pues ya ves lo que le digo a Batania, charalatana, jeje, todos lo somos. A veces hasta en verso.
Bss enjaretados.
Zuñi! Eres un artista!
Muy bueno Zuñiga, muy bueno
Oiga usted, señor, "charlatán de feria" no me parece a mí licencia poética, ni definición acertada de Batania en ningún caso.
Veo más adecuado llamarlo "el amo de las camisetas". Aunque esto es una simple opinión, para nada pretenciosa.
Yo también me he pedido una.
Mira que eres antojadizo, a mi me gusta el rojo y fíjate que no tengo ahora ninguna camiseta, además la talla no sería problema, jejeje.
Que me ha gustado mucho, y gracias a miles por pasarte por mi humilde mirada.
Pues mira, me parece que una camiseta roja de la misma clase de ésa que pides, siempre nos vendrá bien a unos cuantos que la vamos teniendo desteñida . Si la encuentras, dime dónde. Un abrazo.
A eso aspiro, Nares, pero no creo que llegue. Dejémoslo en oficiante.
Si es que el rojo es el rojo, Begoña, y si es neorabios@, más.
Bs.
Hola, Adolfo, ya que usted lo dice, es el amo de las camisetas, sí, sin niguna duda, pero no creo que eso le haga muy feliz. Y tampoco creo que al amigo le haya molestado lo del charlatán, porque de licencias poéticas sabe un huevo. Y, vamos, le diría que tengo camisetas, rojas y no, que no las tiré todas a la basura, que tampoco quiero una gorra. En fin, que una poesía, incluso un chascarrillo como este, no es una confesión ni un diario: no hay poesía sin licencias. Yo lo veo así.
Por lo demás, amigo, a través de esta su aparición súbita descubro su blog, y me ha gustado.
Espero que tenga usted suerte con su camiseta. Yo ya la he disfrutado.
Te lodiré o dirán, María, seguro.
Un abrazo.
No todo va a ser callejear, Ángel. Gracias por tu comentario.
la vida sin camiseta no es lo mismo
No lo es. Y menos en pelotas.
Vale tío, esta bien, pero a ver si seguimos con elcallejero, ya le cogi el gusto
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