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En mi mano han comido, son hijas de las ubres, de las heces
que desbordan los cielos de París,
son hermanas del odio que recorre la médula del mundo,
mis manos, pero mis manos siempre están abiertas,
hace ya cuánto que no se saben puño,
ya no siento en la noche mis olvidos mojados en la almohada
mientras comen, devoran, silenciosas las palmas de mis manos, ellas,
las que penetran el seno que fue ubérrimo y es lasca.
Decía mi madre duerme, mi niño, duerme.
Mi padre se lanzaba a los infiernos silenciosos del pan.
Mis hermanos supieron lo que saben los niños, lo que yo nunca supe,
duerme, mi niño, duerme, y mi madre callaba en su locura
mientras daba a los pájaros más negros de la noche
su ración de ternura envuelta en un papel de arena y sal.
Y ahora comen y comen en esta manos secas que no tienen
gatos que se revuelquen por las calles de Roma.
Porque, si fui romano, eso no lo recuerdo, ni si bombero o camillero en África.
Sólo sé lo que tengo: olvido y manos, esas sí, todavía,
en las que comen cada noche (siempre es noche en mi vida)
todas las alimañas, insaciables, inquietas, tan perennes.
REVISTA TURIA. Núm 152. Pág. 250 y sgtes.
Hace 1 día
28 comentarios:
Jose, esas mismas dos manos, que cada día nos alimentan (y acercan) más.
Yo voy a seguir comiendo, y relamiendo, y engordando.
Un abrazo fuerte,
Kike
Kike, tú no eres una alimaña. Hoy, como en aquel final pavoroso de Paris-Tombuctú, hoy tengo miedo.
Abrazo.
Si el miedo te empuja a escribir estas cosas, perdóname, pero sigue con miedo un poco más.
Me ha encantado. Un abrazo
Joder, ¿puedo decirlo?, es tremendo y devasta hasta ni te imaginas dónde... pero es bellísimo, no puedo resistir destacar unos versos:
(...) "y mi madre callaba en su locura
mientras daba a los pájaros más negros de la noche
su ración de ternura envuelta en un papel de arena y sal".
Lo siento, pero todos los adjetivos que se me ocurren son superlativos, una vez más conviertes los abismos de lo insondable en pura poesía.
Besazo.
Un abrazo sin alimañas de esas
Hola!
Estos días nos mudamos al distrito candelas y lo blogueamos antero y candela. Esto es una invitación abierta a pasarte, si te apetece, habrá petardos y chocolate con churros. Y gracias.
"...hace ya cuánto que no se saben puño,
ya no siento en la noche mis olvidos mojados en la almohada
mientras comen, devoran, silenciosas las palmas de mis manos, ellas,..."
Zuñi, me parece sencillamente genial. Por todo: por el ritmo, por las palabras, por lo que las palabras dicen.
Me empiezo a hartar de darte las gracias; pero gracias.
Ah!, y estoy con solateras: que te dure la tristeza, amigo.
Me gusta mucho el tono de este poema, así como del anterior. Las imágenes surgen del ritmo mismo, de la cantinela iterativa del arrullo materno. Además hay una fuerza subterránea de cosas que se quieren decir pero no se dicen, que el poema busca en las palabras, que intenta hacérselo decir a las palabras. Y algo así puede ser la poesía.
Un abrazo
Me han temblado las manos, para escribir el comentario.
El poema es supremo.
Es desgarradoramente bello.
Beso inmenso, Poeta
SIL
Es difícil seguirte, José. Sólo entiendo que me gustan tus versos y tus manos, que siguen escribiendo versos impresionantes y componiendo música. Tampoco me importa si fuiste gato en Roma (es probable), sólo lamento que las atrapen las alimañas de la noche y permíteme que dude, con esa sonrisa tuya, que vivas en permanente noche.
Besos luminosos de día.
Olvido, eso es lo que quedara de nosotros...ninguno...
Salud y Un Abrazo pepe
Si que te entiendo, porque cuando siento solo noches en mi vida , me quedan solo las manos para protegerme y desahogarme. Ese olvido e y ese miedo que describes, los conozco José, vaya si me identifico en tus versos.
Un abrazo amigo mío.
Leo
Me gusta que no se sepan puños.
Pero es dificil ser optimista cuando siempre es de noche en la vida.
Intentemos no dar de comer a las alimañas.
Me quedo con el arte (la poesia) me estremece el desgarro.
No sé cuantas veces lo he leído y cada vez quedo estremecido.
Tal vez porque aún recuerdo haber sido soldado, algunas veces cierro el puño…
Un abrazo.
Miedo, desconcierto, otoño, Ana, sea lo que sea (como tú comentaste) este poema me vino, no fui a él.
Bss
La poesía es el lugar de lo insondable, Paloma, el territorio extremo de la palabra. Aunque recorridos por vivencias propias, estos versos ptrenenden trancender lo que la palbras siginifica para pasrar a "lo que la palabra guarda en su propio interior" (Cito a Valente).
Bss
Una caricia herida par ti, Luisa.
Gracias por la información, distrito candela.
Por las palabras, Manuel, por las palabras; como le digo a Paloma intento (no es fácil), transcender su significado estricto para que hablen solas. Si eso encarna un poema, mejor que mejor.
No me cansaré, yo, de darte las gracias.
Abrazo
Por mucho dolor, por mucha desolación, por mucha suciedad que pueda albergar, la poesía, Sil, debe buscar la belleza. Supongo que por eso es arte.
Bss
Leonardo: lo has dicho mejor de lo que pudiera hacerlo yo, en esas estamos. Vuelvo a citar a Valente: "Palabra que no reconoce finalidad ni se sujeta a intención. No comunica propiamente, sino que convoca o llama al interior de sí misma".
Gracias por tan atinado comentario.
Abrazo.
No creo que sea difícil, Isolda, déjate llevar y punto. Cierto es, no vivo en permanente noche, tampoco en cada verso escribo lineas de mi biografía. Esto es (pretende serlo) poesía. Sólo déjate llevar.
Bss
Algo más, Edu, algo más...
Salud
Si las palabras consiguen expresar esos conflictos agónicos, Leo, nos vamos acercando al objetivo: al territorio poético.
Abrazo
Yo me quedo con el estremecimiento, Jorge.
Abrazo
Gracias por esa relectura, José María, supongo que yo también tendré que releerlo para llegar al fondo.
Abrazo
Es impresionante.
Corta como un daga, fina y sutil.
Como esa lasca que nombras.
Besos
Este convocar a las palabras y dejar que fluyan a su aire tiene su porqué, Virgi. Tal vez esté en camino de conseguir mi propósito.
Bs
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