sábado, 13 de noviembre de 2010

epanalepsis

.
Quién será el que me escupa,
quién el primero.

Habrá quien tire la primera piedra
y luego vaya, banderola en mano,
a cualquier acto solidario de esos.
Aquí está la verdad, aquí
todo es mentira.



32 comentarios:

Sofía Serra dijo...

Quisiera que nunca te rozaran, ni casi supieran de tu existencia.
Besos.

Adolfo González dijo...

Poema redondo en la forma y certero en lo semántico. ¡Ah, cómo me llega al alma eso de "y luego vayan, banderola en mano,/a cualquier acto solidario de esos"!

Me encantan los tres endecasílabos centrales, magistralmente hilvanados y muy orales, nada forzados, del todo naturales. Eso es el arte de la métrica y no el retorcer el lenguaje por la fuerza hasta cuadrar sílabas y acentos. Además, esos tres versos están muy favorecidos con los acentos en la cuarta y la octava.

También me gusta mucho como queda remarcado el cierre del poema con la epanadiplosis del penúltimo verso.

Nada, tío, que me gusta todo mucho esta vez.

Sólo por poner la puntilla crítica (constructiva): ¿Probaste a poner esos dos últimos versos separados por un punto y aparte de los tres versos centrales? Puede que así quedara más matizado todavía, pero no lo sé seguro.

En resumen: opino que es un poema cojonudo y, por breve, dos veces cojonudo.

Luisa Navarrete dijo...

ejem... comentar después de la epanadiplosis de Adolfo es un suicidio.....

suicidemonos pues

me uno a su resumen y lo aplaudo ;) no por la forma sino por el contenido (de su resumen y de tu poema)
eres cojonudo

no hay más

Unknown dijo...

Es un tiempo en el que abundan fariseos, amigo mío, de esos que se esconden en falsos ideales y lanzan la prima piedra, aunque estén llenos de pecados.

Como siempre encantado de leerte.
Un abrazo.
Leo

Manuel dijo...

Yo con mi Luisa, Zuñi. Y descubierto ante el Sr. González.

A ver, Jose: escribir tan bien como lo haces, teniendo esta categoria de comentaristas, no tiene mérito ninguno...

A si es que búscame un duplicado de Adolfo para mi blog, que yo también quiero aprender.

Sin embargo, al contrario que mi paisana, dejo claro que el poema me parece soberbio y me ciño a la forma de decirlo, por si aprendiese yo algo más.

Estoy de acuerdo totalmente con Adolfo en ese pequeño matiz de la separación de los dos últimos versos: matizará mucho mejor. En lo de la Pana... ni me meto. Pero si te aplaudo esos perfectos onces y sus magníficos acentos que proclaman el gran poeta que eres.

Un abrazo.

IV Encuentro de Poesía en la Red dijo...

Jose, si te animas te estaremos esperando.
Un congreso no se por què lo dices?
Y lo de la vela, entre todos esperamos llevar la vela, pero no de un entierro joer!! jejeje

Luisa Navarrete dijo...

ayy si es que no me he explicado bien quería decir que me gustaba también la forma pero se ve que estas horas me deforman

prometo no volver a comentar a horas raras

La Solateras dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
La Solateras dijo...

Bueno, el poema hacía falta en estos momentos de vergüenza que estamos viviendo. El fondo, repito, era necesario. Y en cuanto a la forma, pues otra vez he tenido que ir a la Wiki a buscar epanadiplosis, que parece una enfermedad infecciosa del tejido adiposo, una protuberancia. Los tres endecasílabos centrales son incontestables y perfectos por su naturalidad y su contundencia.

Yo, por dar ideas, sugiero un cuarto once final, separado de los otros tres con punto y aparte:

Aquí está la verdad: todo es mentira.

Y me encanta el comentario de Adolfo; creo que eso es lo que hay que hacer: comentar con argumentos, además de hacer la ola.

Enhorabuena por tu poema, Zuñi.

He borrado el anterior comentario porque había escrito mal la jodía palabreja y me daba rabia.

Un abrazo.

Jose Zúñiga dijo...

Ni a mí ni a dadie, Sofía, son una peste.

Jose Zúñiga dijo...

Aunque suelo usar el endecasílabo tradicional (acentuado en sexta) a veces, como en esta ocasión, me salen endecasílabos sáficos (en cuarta: el de la décima vale para ambos). Lo del acento en la octava , ni cuenta me di, pero tienes razón: gana en oralidad.

Tan catatónico me dejo tu epanadiplosis, Adolfo, que he cambiado el título de la entrada, aunque no estoy seguro de que en este caso se dé tal figura, porque el verso se encabalga con el siguiente y eso corta, creo, la duplicación. Son dos “aquí” singulares, no repetidos. Si pones la cesura en “verdad”, haciendo dos heptasílabos, se ve muy bien.

Punto y aparte ya hay, otra estrofa (que supongo que es lo que quieres decir) no lo veo: la verdad es que no buscaba efectos dramáticos, pero salió así y dramático (teatral) queda.

Ah, estos comentarios me enriquecen mucho. A mí. Al blog también.

Jose Zúñiga dijo...

Bueno, dejemoslo en camisa de once varas, Marian.
Bs

Jose Zúñiga dijo...

Me encanta ese corajudo final (también el de Adolfo), Luisa: cojonudo por dos, jeje.

Jose Zúñiga dijo...

La historia no cambia, Leo, los fariseos están e ntodo tiempo y lugar. Y son despreciables, aunque hacen mucho daño.
Abrazo

Jose Zúñiga dijo...

Tú lo has dicho, Manuel: comentarios así enriquecen al blog y a quien lo escribe. Ya me gustaría a mí atenerme siempre a este tipo de comentarios, aparcando las banaldades que solemos dejar por ahí. Pero Adolfo, a más de sagaz y voraz lector, se lo sabe muy bien y, aunque seguro que se lo curra, le sale bordado. No esoy seguro de poder hacer una cosas así.

Nada, a currar el poema y ya me vale.
Abrazo.

Jose Zúñiga dijo...

Se me olvidaba, Manuel: ya respondí al tema de la estrofa aparte.

Jose Zúñiga dijo...

Que te explicas muy bien, Luisa.

Jose Zúñiga dijo...

Suena fatal el palabro, Ana, pero al tiempo es de una belleza incontestable.
Vergüenza ajena, sí, o propia, que a ver qué hacemos...
Gracias por tu sugerencia, aunque verás que ese endecasílabo se cargaría la coherencia con los otros tres.
No es fácil comentar así, pero estoy contigo: ojalá.
Bss

Jesús Arroyo dijo...

Te leo, leo los comentarios y, "sin entender motivo", recuerdo la presentación de Jaime Alejandre a Simón Arriaga.
Un abrazote, Jose.
¡Ah! ¿tenía que decirte algo sobre el poema?

Jose Zúñiga dijo...

Sin duda el peyote, Jesús.

Leonardo dijo...

Rotundo y encajado. La rabia ha de encontrar una forma rotunda para decirse. Y es lo que has logrado. En cuanto a los dos versos finales, a todas luces la epanadiplosis cumple aquí una función determinante, la de dinamitar y enriquecer por lo mismo el sentido de dos frases que, de otra forma, podrían resultar banales.
Y que todo esto proviene del ritmo personal, de la voz interior, no de la estrategia.
Un abrazo

la chica de las biscotelas dijo...

coño, que bueno!

Jose Zúñiga dijo...

Lo estudié de pequeño y estoy plenamente convencido de ello, Leonardo: la forma debe ponerse al servicio de lo que se dice (no soy yo muy de poesía pura). Parce que eso ha sucedido, aunque yo no sea muy consciente de ello.
Será mi voz interior, que es más seria que yo.
Abrazo

Jose Zúñiga dijo...

Chica de las biscotelas, me gusta esa exclamación espontánea y rotunda.
Gracias. Bs

virgi dijo...

¡Puaf! ya conozco unos buenos pocos...aaaggghhhh!

Besos besos

Jose Zúñiga dijo...

No sé si buenos, pero pocos seguro que no, Virgi. Hay mucho fariseo.
Bs

SIL dijo...

Vaya puñal de protesta que puede ser la poesía.
La rabia se transforma en belleza.
Mérito del Poeta, convengamos.

Besote

SIL

Paloma Corrales dijo...

Efectivamente es contundente el poema, creo que tú también lo eres, y de una forma concisa explicas todo un panorama que desgraciadamente no es ajeno.
Protesta y denuncia.

Lo de la epanadiplosis, lo recordaba sobre todo por el ejemplo con el que lo aprendí: "verde que te quiero verde" A veces la nemotecnia funciona.

Besos y besos.

Jose Zúñiga dijo...

... O de su voz interior, Sil.
Bs

Jose Zúñiga dijo...

Nada ajeno, Paloma. En lo particular y en lo general, que ambas lecturas admito. Será la rabia, sí. O la impotencia ante.
Bs

jorge dijo...

Juraria que había comentado aquí.

Me cargan los que se justifican con una banderola y no con sus actos cotidianos.

Jose Zúñiga dijo...

NadaJorge, seguro que te dio un ataque de epanadiplosis agudo.
Te cargan porque son cargantes.
Abrazo