He dormido esta noche en el campo
con el niño que cuida mis vacas.
Gabriel y Galán
Si tuviera unos ojos más limpios,
que pudieran mirar el paisaje
como miran de niños los niños,
tal vez viera que el cielo
aún conserva el color de mis sueños,
tal vez con otros ojos
no quisiera escribir estos versos
sobre tanto inocente
ni llorar sin remedio a deshora.
Cuando logre mirar nuevamente
con pupilas azules de niño
no volverán: entonces
estarán ya conmigo en la orilla.
60 comentarios:
Ojalá.
Me cuesta creer que pudiera conseguir mirar con la inocencia del que todavia no sabe.
Aunque lo intento.
Las pupilas azules de niño son el espejo del tiempo que se deshoja, y jamás vuelve, POETA.
Bellísimos tus versos
BESO GRANDE
SIL
Creo que la mirada de niño no la has perdido, está. Sólo que a veces el entorno la asusta y se esconde.
Muy buenos versos.Te dejo mi felicitación.
mariarosa
Siendo como eres... seguro que aún estás a tiempo.
Siempre estamos a tiempo de volver a ser niños por un momento al menos. Y volverán.
Un abrazo.
Ay, esa mirada de niño, esos sueños que ya no soñamos.
Ojalá pudieramos mirar con los ojos del niño que llevamos dentro. Otro gallo nos cantaria. Bello poema.
Un abrazo
Mirar con los ojos limpios... Porqué no intentarlo?
ta muxu garbi
Que privilegio sería poder ver con el corazón de un niño y el alma de un poeta , sin duda alguna el mundo resplandecería con otro color, un color digno de ver y sentir.
Muy bello Jose.
Un Abrazo.
Increible, como echaba de menos leerte!!!
Me encanta el final "Cuando logre mirar nuevamente
con pupilas azules de niño
no volverán: entonces
estarán ya conmigo en la orilla"
Un abrazo enorme Zuñi
Mirar con los ojos de los niños, con los ojos nuevos que descubren todo sin malicia. Mirar sin rencores. Mirar para apresar el mundo como una fiesta continua.
También lo deseo, Jose.
Un abrazo.
JOse:
Escrito con la ternura del que observa el exterior de los ojos de un niño.
¡Un placer!
Yo creo que se puede mirar con pupilas azules de niño sin estar en la otra orilla, o al menos, como dice Soco, deberíamos intentarlo.
Es perfecto el colofón, pero el precio de que no vuelvan no me gusta.
Besos azules.
vaquerillo mío... esos versos de Gabriel y Galán que citas me traen muchos recuerdod infantiles. Bien escogidos están.
Bs
Ojalá pudiéramos mirar con ojos de niños, pero esa mirada se perdió en el infinito y ya no hoy quien la recupere.
Un abrazo,
Bueno, me equivoqué, ese tal Juan José Romero no es otro que Terly.
Que bonito amigo Zuñiga: Yo pienso que sigues teniendo la mirada de niño, y el corazón latiendo en las pestañas de la esperanza.
Un besiño.
"como miran de niños los niños". No se puede decir mejor; aunque tengo la duda de cómo miran los niños realmente. Me sucede que tengo ahora, con cuarenta y tres años, más mirada de niño que cuando tenía seis o siete. No sé si me pasa sólo a mi o si le sucede a más gente. Entonces, en mi infancia, todo era mucho más brutal; ahora puedo permitirme cierta ingenuidad.
Quizás caminamos hacia la auténtica mirada de niño, tal como quiero ver que apunta la última estrofa, el último verso; el que creo que es la clave de todo tu poema; porque me gustan los poemas que hablan de orillas a las que se llega. Abrazos.
¡qué belleza!...y qué profundidad.
Gracias por este regalo, José, que hoy hago mío, tal y como me escribiste en mi blog de no perder la mirada de niño, este es mi deseo, no perderla nunca.
Nuevamente gracias y un abrazo.
Leo
Sueño a menudo el sueño sencillo y penetrante de una mujer ignota que adoro y que me adora, que, siendo igual, es siempre distinta a cada hora y que las huellas sigue de mi existencia errante.
Paul Verlaine
Pero tus sueños son más profundos y de mayor repercusión, dirigidos y pensados para el mundo real.
Me agradó tu poema y espléndido comentario. Muchas gracias, señor poeta.
Un saludo.
Me sería difícil no ser sensible a este poema. La mirada del niño, la orilla esa a la que siempre hemos de llegar ¿con qué ojos?
Comparto con Rafael la duda sobre la mirada de los niños, pero la idealización que hacemos de ella, forma parte de esa nostalgia que los poetas saben expresar.
Al mal crítico que siempre he sido le parecería que el sujeto de "no volverán" que, por lo demás titula el poema, resulta ambiguo aunque haya sido la intención.
Y el tercer verso, lo saboreo :
"como miran de niños los niños".
Un abrazo Jose
Si al final hay alguna orilla a la que llegar, será mejor con la pureza de la infancia.
Muchos besos
Busca bien. Esa mirada de niño aún está ahí, detrás de tus pupilas.
Un besico.
Dos orillas tienen las pupilas, Zu, dos márgenes, dos riberas. Y únicamente un cauce para vivir, para llenarlo de agua, dulce o salada. Pero siempre lleno.
Estás que te sales y (para que lo sepas) abrí una carpeta en mi disco duro con tu nombre, donde guardo las citas y las cosas que me gustan. Y te juro que tengo buen gusto.
Un abrazo
Chuff!!
que menos que intentarlo!! coincido con Soco y con Paloma
A veces volver atrás se puede
Besicos gordos
la niñez tiene una magia especial, que luego al crecer olvidamos...volver a tenerla es trascender...
un abrazo.
Todo es ponerse, largos pies.
Bss
Es precioso el deseo, pero es un deseo imposible.
Jamás volveremos al punto anterior a la pérdida de la inocencia para mirar con los ojos limpios. Aún así está bien que nos horroricemos y lloremos ante determinadas cosas...
Un fuerte abrazo.
¿Difícil, verdad Jorge? No se puede borrar del disco duro lo que sabemos. Aunque sí se puede saber para bien, no para mal. En fin, vamos a intentarlo.
Abrazo
Que no vuelvan, esos fantasmas, esos barcos hundidos, Sil. Por eso, niño.
Bs
Será eso, María Rosa, que me da miedo. Procuro ser inocente, como los niños.
Bss
Prefiero que no vuelvan, Emilio (me refiero a esos fantasmas, a esos muertos), y creo que para ello cada vez me siento más niño.
Abrazo
Dejar de soñar, nunca, José Antonio.
Abrazo
Mirar y pensar sueños azules, Carmela. Ojalá.
Bs,
Siempre lo intentamos, Soco (no es plural mayetático), otra cosa es conseguirlo.
Muxu
Una mirada difícil de conseguir, Vicky. Aunque podemos acercarnos a esa inocencia.
Bs
Y yo me alegro de verte por aquí, Paz. Y te agradezco esas palabras.
Bss
Sin rencores, Isabel, esa es una de las claves.
Bss
Si es que somos como niños, Jesús.
Abrazo
La percepción de orillas y vueltas es subjetiva, Paloma. Lo dejé abierto a sabiendas, y siempre pensando que, efectivamente, estos versos eran el remate de los anteriores.
Tu orilla es la otra orilla y los que no vuelven serían ellos. Pero yo quise ser más optimista: mi orilla está aquí, la quiero llena de vida, los que no voverán son los fantasmas, los miedos, los llantos.
Y para eso, ¿qué mejor que mirar como niño? A intentarlo.
Bss
Con poemas así empecé yo a leer poesía, paparruca. Mi retorno a la infancia también incluye la poesía. Por cierto, Gabriel y Galán, ese gran olvidado.
Bs
Creo que algo se puede hacer por recuperarla,Juan José, aunque sea metafóricamente. De todas formas, mi "si" condicional no es muy esperanzador.
Abrazo.
Pues encantado de conocerte, Terly, jeje.
Ojalá sea así, Rosa María: mis pestañas están preñadas de esperanza.
Bs
En principio, Rafael, ese verso sería una redundancia, porque los niños sólo pueden mirar de niños. Pero apuntas bien: estoy diciendo, sin decirlo, que puede habermiradas infantiles en adultos que tengan algo de niños. Esa mirada tuya (a mí también me pasa, aunque no la llamaría ingenua) podría ser un ejemplo.
No podía ser de otra manera, la última frase es la clave del poema y de toda la serie: la orilla es la vida, no la muerte, si en ella me acompañan no volverán los ahogados. Quise darme un aliento al final, aunque no deja de ser una frase escrita en condicional.
Abrazo
De ti aprendo, Marisa.
Bs
Pues me repito: no habría que perder esa mirada, Leo, y si la perdemos deberíamos esforzarnos en recuperarla. Almenos en parte.
Abrazo
Tienes razón, Lemaki, estos delirios oníricos están enraizados en un mundo para nada ficticio.
Bss
Por lo que te leo creo que el tema del regreso está presente en muchos de tus poemas, Leonardo. Y el de la memoria. Aunque no sea precisamente un retorno lo que propongo aquí, miro al futuro; y no a la muerte, sino a la vida.
Como le digo a Paloma (y a Rafael), esa orilla no es la otra orilla, por mucho que Caronte aguarde; es la orilla de la vida, pero llena de gente, de cometas, de barcas en las olas: sin crueldad.
Ésta es una de las ambigüedades del texto. La otra la apuntas bien, y también subrayas acertadamete que es intencionada. Porque los dos poemas anteriores (uno, en realidad) decían "... y vuelven". Y eso es lo que no quiero que vuelva, lo que pienso, tal vez ingenuamente, que no volverá si soy yo el que se torna inocente. No volverán los muertos, los fantasmas, habrá gente conmigo, se llenará la orilla, que es la vida, de gente que no se hunda en los barcos del horror.
El problema es que no escribí de untirón estos versos, fueron saliendo; y tal vez no se entienda esa pretensión mía expresada de forma ambigua si leer poema completo. Pero así salió, un no volverán que en realida podría ser un volverán. No eres mal crítico, jeje.
Abrazo,
Orillas hay, Virgi, en vida, que no en muerte. La inocencia es lo que falta.
Bs
Eso espero, Sara. Y espero encontrarla.
Bs
Esas palabras que me dejas son hermosas, Zen.
Gracias por contarme lo que me cuentas, me llena de orgullo saber que una persona como tú (en talante, en sensibilidad) aprecia lo que escribo y hasta lo guarda.
Abrazo con muchos chff!
Mejor siempre hacia adelante, Ufff, pero sin malos rollos de adulto esquinado. Hay que intentarlo, sí. Com tú lo haces con tus pinceles.
Bss
Volver es imposible, Sandra. Pero no lo es vivir en la inocencia.
Bs
Se lo acabo de escribir a Sandra, Anabel: en efecto, no es posible. Ni siquiera deseable. Lo deseable es tener la mirada limpia y la conciencia tranquila. Deseable y complicado.
Bs
No puedo decir más, que es precioso y que logras emocionarme. Gracias.
He pensado en la otra orilla, en que el tiempo a destiempo, será sólo un tiempo, y llorar a deshoras no será necesario. He pensado en el color de mis sueños también, y en cómo han ido palideciendo, y en cómo este poema ha avivado la ilusión de volver a verlos en colores tan intensos como creo un día los ví.
Mis felicitaciones por el poema.
Es que tambié quieres mirar como niña, Bego.
Achuchón.
La otra orilla..., creo que con una orilla cercanita tendríamos bstante, Carmen, donde todos jugásemos y no hubiera nada de eso que quiero que no vuelva. Me alegra haberte insuflado algo de esa ilusión que se nos va a pedazos.
Bs
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