Dicen que dar mordiscos no es bueno, que se lo digan a otro, yo paso, me parece de lo más saludable, morder, desgarrar, hincar los dientes en cualquier sitio esponjoso, una orejita, la punta de una nariz, o mismamente un buen calcañar, propiamente llegar al corazón es lo más de lo más, pero me conformo con cualquier carnecita. A mí también me gusta la carnecita tierna, no creas, pero más me gustaría dura, por no hablar de zonas húmedas, qué te parece. Vaya, no creas que estoy de broma, ladró con glotonería, allá voy.
La perrita pequinesa se quedó atónita, su compañero de juegos y paseos siempre le había parecido tan encantador que no podía creer lo que estaba viendo. Y tanto que iba en serio: atacó a un niño que intentaba sus primeros pasos y se atiborró. Tras el arrebato descansó unos segundos, los más felices de su vida porque fueron los últimos. Por desgracia para nuestro amigo, esta vez había topado con un niño de muchos guardaespaldas que, ya puestos, acabaron también con la perrita.
14 comentarios:
Hay que tener cuidado dónde hinca uno el diente. Hay guardaespaldas que no perdonan.
Muy bueno
Un abrazo
Chuff!!
Como tú bien adelantanas, no puedo comentar...
Y podré encontrar ese disco en la tienda? Voy a preguntar por él. Y por el poemario. Si no los encuentro, te digo. No pienso dejar este mundo, sin probar pipas Facundo. Ole!
Chuff!!
Si es que la vida es perra para ellos y para nosotros, y oye, también para los otros, espero... que para eso los males de ellos es consuelo de tontos.
En fin, pues eso, que morder, lo que es morder, lo que se puede y como tengo perros, te diré, nunca les dejo acercarse a los niños, no vaya a ser que tengan guardaespaldas, o madres cerca que es peor.
Un abrazo.
A mí me gusta morder, carne fresca a ser posible, jejeje...
pero lo que cuentas qué ternura y qué desgarro he sentido.
Te abrazo fuerte.
según quien te de el mordisquito se puede agradecer, o no
y beso
El goear este..., pero sí, si pinchas en el título.
Por desgracia el disco no está todavía acabado, Zen, cuando se termine ya veremos qué se hace con él. En cuanto al poemario, a la derecha tienes la forma de pedirlo, o si quieres te pones en contacto conmigo y hablamos.
Gracias por tu interés.
Un abrazo chuff.
Sabia medida, Emilio, que por muy encantadores que sean los perros ya se sabe... y una madre furiosa puede ser tremenda. Aunque a mí en esta historieta quien más pena me da es la pequinesa, ya ves.
Un abrazo
Mordamos,pero no en hueso, Bego.
Bs.
Jeje, eso ha tenido gracia, Ana.
Y bs.
Pobre perrita pekinesa, al final ni mordió siquiera y acabó como si lo hubiera hecho.
Abrazos.
lo que parece ser al principio, luego no es.
Nada es lo que parece, volti, o casi nada.
Joder que triste todo Zú.
A mí también me parece triste, Ble. Como la vida misma...
Bss.
Publicar un comentario