.
Me asomo a la ventana
y veo otras ventanas.
Ladra un perro.
Suenan desaforados altavoces
en casa del vecino
con eco de paredes desconchadas.
Los visilllos
no esconden mariposas
ni crisálidas,
sólo muertos en vida,
sólo vidas de muerto.
Tal vez
somos nosotros.
REVISTA TURIA. Núm 152. Pág. 250 y sgtes.
Hace 17 horas
6 comentarios:
eso tienen los patios de vecinos, que todo es de todo el mundo, incluso los ruídos
beso
Y las teles
Y los besos
Me parece un hermoso poema, sencillo y profundo... La poesía es así , a veces esta en los detalles.
Abrazos. Soco
Gracias, Soco, creo que sí, estrujar los detalles y darlos un sentido distinto es algo que sólo con poesía se puede hacer. Que se haga bien o mal ya es otra cuestió...
Bss.
Un día el vecindario será el mismo para siempre pero, a lo mejor, ya no escucharemos más los altavoces.
saludos
Tu comentario ya es un poema en sí, Leonardo. Tomo nota.
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