domingo, 28 de febrero de 2010

patio

.
Me asomo a la ventana
y veo otras ventanas.
Ladra un perro.
Suenan desaforados altavoces
en casa del vecino
con eco de paredes desconchadas.
Los visilllos
no esconden mariposas
ni crisálidas,
sólo muertos en vida,
sólo vidas de muerto.

Tal vez
somos nosotros.

6 comentarios:

sus(ana) dijo...

eso tienen los patios de vecinos, que todo es de todo el mundo, incluso los ruídos

beso

Jose Zúñiga dijo...

Y las teles
Y los besos

María Socorro Luis dijo...

Me parece un hermoso poema, sencillo y profundo... La poesía es así , a veces esta en los detalles.

Abrazos. Soco

Jose Zúñiga dijo...

Gracias, Soco, creo que sí, estrujar los detalles y darlos un sentido distinto es algo que sólo con poesía se puede hacer. Que se haga bien o mal ya es otra cuestió...

Bss.

Leonardo dijo...

Un día el vecindario será el mismo para siempre pero, a lo mejor, ya no escucharemos más los altavoces.
saludos

Jose Zúñiga dijo...

Tu comentario ya es un poema en sí, Leonardo. Tomo nota.