jueves, 18 de febrero de 2010

si es eso...

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Pergeño estas palabras
como perpetro un crimen: a escondidas.
Tendría que decirte, pero no te diré,
que no te quiero
tanto como se quieren los almendros,
tan sólo como puede
querer un hombre puedo
querer y quiero. Y no te quiero a ti,
no sólo a ti, que quiero
también a los banqueros
y a los muertos.

15 comentarios:

sus(ana) dijo...

a los banqueros se les quiere menos, esos saben mucho

un beso

Leonardo dijo...

De palabras asî, a escondidas, estâ hecha la poesîa.
Un abrazo

Ángel Muñoz dijo...

estoy de acuerdo maestro, pero son maneras de querer muy distintas.

Anónimo dijo...

los unos a los otros como yo os he amado (igual amar a los banqueros resulta rentable, bien visto)

mjromero dijo...

¿y se dejan querer?
jaja...
Un abrazo.

Jose Zúñiga dijo...

Realmente, prefiero a los muertos, Ana.

Jose Zúñiga dijo...

Muy escondidas, Leonardo. Mucho.

Jose Zúñiga dijo...

Es que del amor al odio...
Un abbazo, volti.

Jose Zúñiga dijo...

Ya lo creo que se dejan. Como los vampiros.

Jose Zúñiga dijo...

... y al César lo que es del César, Santi. Ahora que caigo, también hay banqueras.

VICTOR VERGARA dijo...

¿A los banqueros? Sólo a un amigo que tengo de la infancia, cuando se quita el traje y, de vez en cuando, volvemos a tocar las guitarras, como hacíamos antes. Doble vida. Por las mañanas es alguien temido, por las tardes el niño que fué siempre y que dice saber más cosas de las que le gustaria saber.
Quizá, a casi todos, o a casi muchos, también nos pase algo parecido.

Un abrazo, José.

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Aurora dijo...

Me encanta el ritmo.

Jose Zúñiga dijo...

Qué grande eres, Victor.

Jose Zúñiga dijo...

Qué bueno, Aurora! Pues bailaremos con los banqueros.