sábado, 27 de febrero de 2010

paparruchadas

Hoy, sin saberlo, estuve en los diablos azules, aunque llegué una hora menos en Canarias, y eso que venía de Escocia, bueno, no pude oír el recital pero saludé a los poetas.

Tal vez sea más importante. Saludar es siempre saludable y algo se pega. Como estaba a desmano, a deshora y a destiempo y, para qué nos vamos a engañar, tampoco nadie me hacía mucho caso (algo normal en mí), me puse a escribir en el tumulto. Todo se pega, digo, bueno o malo. Y ahora transcribo tal cual lo que escribí. En los márgenes de una revista, primero (naturalmente, no llevaba papel, y en el wáter no había); y en unos folios que me dio Nares (con sus poemas!), después.

Voy a colgar la primera paparruchada que me salió. Paciencia. Van después como diez paparruchadas más que perpetré en la mesa del garito. Yo no me corto un pelo, que ya no tengo edad. Per amarti. Non ho l’etá o como se diga lo que cantaba la Cinquetti o como se escriba.

A por ellos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues sí que te ha cundido.
Insomnio.

Jose Zúñiga dijo...

Nunca estoy despierto, pero nunca duermo.

sus(ana) dijo...

no hay nada como una paparruchada bien escrita

y mas besos

Jose Zúñiga dijo...

Lo procuré, Ana.Ya me dirás.
Y bss.