martes, 9 de febrero de 2010

en homenaje a Calycanto

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Luna blanca la luna de su pecho
arrebolada en menta y hierbabuena;
noche asombrada en luz de luna llena
por las bisagras tibias de su lecho;

generoso jazmín, siempre al acecho
en los jardines grises de la pena…
Desolado castillo, triste almena,
irreprochable vértigo maltrecho.

Ya rezuman las verjas encaladas
sudores de rectángulos y llanto
como abejas de amor encadenadas.

Nada debe apagarse mientras tanto:
brote del mar la vida a llamaradas.
Luego será el cansancio: cal y canto.

10 comentarios:

María Socorro Luis dijo...

"Noche asombrada en luz de luna llena"

Un verso diez.
Con un beso.

emilio dijo...

Si es que en las noches blancas, pasa lo que pasa y después cansancio y un cigarrillo tal vez.

Un abrazo.

Begoña Leonardo dijo...

..."por las bisaras tibias de su lecho"
qué bueno, me gustó mucho.
Te beso.

Reflexiones de Emibel dijo...

El amor debe ser libre, no encadenado pero en tu poema hasta las ataduras suenan a libertad.
Un abrazo

Rafael Arenas García dijo...

Cada vez entiendo menos las críticas al soneto. En este tuyo creo que se muestra como la estructura no es corsé, sino armazón en el que desarrollar la poesía. Por destacar algo: "generoso jazmín, siempre al acecho//en los jardines grises de la pena..." Imagen poética donde las haya.
Enhorabuena. Un abrazo y que hoy os lo paséis muy bien.

Jose Zúñiga dijo...

Dejemoslo en aprobado...
bSS, Soco

Jose Zúñiga dijo...

El cigarrilo que no falte: a llamaradas.

Jose Zúñiga dijo...

Gracias, Bego. Otro beso.

Jose Zúñiga dijo...

Hay verjas, pero no cárceles. Hay libertad, aunque también cierta pena...

Jose Zúñiga dijo...

Estamos de acuerdo, Rafael.
A ver qué pasa con lo de hoy, que yo de fetén no sé. Tal vez lea mis sonetos eróticos, qué mayor goce.