viernes, 30 de enero de 2009

soneto a mí mismo

Me ha tocado en suerte, lo sé,
lo mejor del tiempo y del espacio.
Walt Whitman


Más solo que las dos y que la una,
más solo que la tumba de mi abuela,
más solo que el reflejo de una vela,
más que el lado invisible de la luna.

Más solo que dos huesos de aceituna,
más solo que una estrella sin estela,
más solo que una monja en duermevela,
más que un rico heredero sin fortuna.

Solo. Tan solo estoy que mis espejos
campos diezmados son de una derrota
que ya viene acunándose de lejos.

Habrá que acostumbrarse. Doy la nota
(un si bemol menor) de los vencejos,
da igual que suene mal: nadie lo nota.





3 comentarios:

pablo medel dijo...

Ya sólo te falta el estrambote final. Nos vemos,

Jose Zúñiga dijo...

Estrambote:

Ni falta que me hace, añado ahora:
estoy conmigo y basta. Nadie llora.

Rafael Arenas García dijo...

Gran suerte la de estar uno consigo mismo. No a todos les pasa.