.
Qué despótico el verso, cuántas vacilaciones,
no es posible: decirte lo que siempre me callo
debe ser más sencillo que todo este calvario
laborioso y violento de la literatura.
Tengo tangos y auroras, tango tingo y boleros
total, para decirte –no es mucho– que te quiero;
que estás en el origen del magma conjuntivo,
en la imagen borrosa de las manos cortadas,
en el poema número veinte y en el punto
donde todo se extingue, en la calima vista
a través del espejo,
entre las rosaledas del parque del Retiro
y en el más lamentable rastrojo del poblado:
estás donde no debes
porque tú, que sí tienes un tiempo y un espacio,
has ido a dar aquí, en este mar sin fondo
que succiona implacable y no sacia la sed.
Y menos mal que puedo después de tanto tiempo
compartir más o menos idénticas palabras:
pasan días cadáveres hormigas,
seguimos invistiéndonos de presunta inocencia
y hasta a veces pensamos que alguien piensa en nosotros.
Yo sólo pienso en ti.
Con tanto amor que al tiempo puedo llegar a odiarte,
con tanto amor que tengo que quererme a mí mismo,
con el amor y el odio que consume mis noches,
tanto el amor que quiero volarme la cabeza
y el magma conjuntivo y el presagio borroso
y las manos cortadas y el trasluz del espejo;
caray con la retórica, ahora mismo mi anhelo
es destrozar la métrica. Así:
te quiero.
Qué despótico el verso, cuántas vacilaciones,
no es posible: decirte lo que siempre me callo
debe ser más sencillo que todo este calvario
laborioso y violento de la literatura.
Tengo tangos y auroras, tango tingo y boleros
total, para decirte –no es mucho– que te quiero;
que estás en el origen del magma conjuntivo,
en la imagen borrosa de las manos cortadas,
en el poema número veinte y en el punto
donde todo se extingue, en la calima vista
a través del espejo,
entre las rosaledas del parque del Retiro
y en el más lamentable rastrojo del poblado:
estás donde no debes
porque tú, que sí tienes un tiempo y un espacio,
has ido a dar aquí, en este mar sin fondo
que succiona implacable y no sacia la sed.
Y menos mal que puedo después de tanto tiempo
compartir más o menos idénticas palabras:
pasan días cadáveres hormigas,
seguimos invistiéndonos de presunta inocencia
y hasta a veces pensamos que alguien piensa en nosotros.
Yo sólo pienso en ti.
Con tanto amor que al tiempo puedo llegar a odiarte,
con tanto amor que tengo que quererme a mí mismo,
con el amor y el odio que consume mis noches,
tanto el amor que quiero volarme la cabeza
y el magma conjuntivo y el presagio borroso
y las manos cortadas y el trasluz del espejo;
caray con la retórica, ahora mismo mi anhelo
es destrozar la métrica. Así:
te quiero.
52 comentarios:
Je,je,je. Sin duda hay veces que sobra.
Un abrazo
Puede ser más sencillo (aunque en ocasiones no lo es) pero no más bonito que este calvario.
Transgresoramente bello.
:)
Beso sin métrica
SIL
... es que para decir te quiero no son necesarias muchas métricas,verso más simple y más 'hondo' ¿cuando un trisílabo puede dicir tanto?
Un abrazo.
Qué lindura de texto, por favor...
no dejes nunca que la métrica te invada, compañero ¡¡¡
me enamoró tu exmétrica,jijiji.
Para decir "te quiero", vale la pena destrozar la métrica, y todos los esquemas- aunque tú no lo has hecho-. Qué poema, Jose, que gran poema.
Un abrazo.
Leo
LLegados a este punto, el poema nº 20, es preciso romper toda atadura y medida y gritar lo que sea preciso.
Besos sin más.
Creo que es uno de los poemas más perfectos y hermosos que he leído nunca, Jose querido.
No añado nada más: lo estropearía.
Un suspiro y mil besos.
Menos mal que te has quitado de encima la métrica Jose, porque si no habría sido capaz de creer que este poema tiene mucho de "alejandrimo" (jajaja!).
Mira que juegas bien con las palabras, de veras eres un genio.
Me encantó tu lectura el sábado, de veras.
Un abrazo
Después de haberte escuchado, Jose, es más facil leerte. Ahora le pongo cuerpo y manos a tus palabras y así todo resulta más sencillo.
Por lo demás, poco que decir: sigo leyéndote con interés científico, tratando de aprender.
Pero las noches se hacen cortas. Insistiré.
Un abrazo.
Hola, Jose: he de decirte que gustándome la métrica, este poema me gusta tanto como ella; me parece un gran poema.
He leído algunas entradas anteriores, que me perdí. Por cierto, el sábado comencé a ver el recital y tuve que irme sin aún acabar su lectura el primer poeta participante,¿hay posibilidades para verlo de nuevo?
Abrazos.
El desvelo me trae aquí a tiempo de no saltarme estos versos.
Que, como te dije en una ocasión, vas a toda marcha al silencio, a los te quiero o a lo que se te ponga por montera.
Ya sabes que la métrica siempre me puede.
En cambio, el trasmitir lo que se pretende me parece la grandeza del arte.
Tanto en música, pintura como escritura.
Y tu trasmites, siempre.
Y lo haces desde el dominio del lenguaje.
¿Como te hiciste amigo de las palabras?
Hola hermano,
Quizás el tema no sea la métrica, sino decir las cosas claras. Libertad y luz, ya sabes, sin pensar demasiado...
Un abrazo fuerte para los dos,
Kike
¿Por qué daremos tantas vueltas para decir lo más simple, Montxu? ¡Ah, la poesía! El amor puede vivir sin poesía, pero no estoy seguro de que la poesía pueda vicir sin amor.
Abrazo
En efecto, cuerpos, a veces no es sencillo. Entonces nos ponemos a escribir.
Bs
La transgresión es consustancal a la poesía, Sil
Besote
Y es un trisílabo muy redondo, mj. Lo malo, lo contrdictorio, es que si sólo eso bastara no sé qué iba a pintar la lírica.
Bss
El caso es que me invade, Anatxu, por mucho que me niegue. A veces me rebelo y ya ves, me sale una exmétrica que es casi un exabrupto.
Bs
Lo he hecho, Leo, aunque sólo al final. Así se ve más.
Abrazo
Contanto magama conjuntivo tenía que salir Neruda por algún sitio, Isolda: "Es tan corto el amor y tan largo el olvido..." Después ya sólo queda la canción desesperada. Yo me paré antes.
Bs
Ya me gustaría, Ame, pero creo que aún queda. Me conformo con que te haya gustado a ti.
Bss
Alejandrinos de lo más marcado, Rosa: sólo así puedo romperlos a lo bestia.
Estuve muy a gusto el sábado con tanta y tan buena compañía. Gracias.
Bs
Quita, quita, Manuel, deja el interés ciéntifico que eso es cosa de talleres. Aunque habrá que retomar la sección de estrofas para trabajer los alejandrinos y su implacable imposición.
A mí también me gusta poner cara a quien escribe, aunque obviamente no es sencillo.
Abrazo
Pues sí, Juanjo, aunque proteste y me rebele es un poemilla muy métrico.
Lo del sábado lo pondrá en la videoteca del mismo enlace, pero aún lo tienen que editar y no sé cuando estará colgado. Ahora hay una lectura con García Montero y Escandar que puede interesarte.
Abrazo
Para lanzar un mensaje tan claro, la métrica, no es en ningun caso importante.
Besos de buena mañana.
Cita
Pues bendito desvelo, acero. Sí, cuando un tema me agarra lo agarro yo a él hasta exprimirlo, gracias por tu comentario.
Bss
Me hice amigo de las palabras despés de pegerme mucho con ella, Jorge, así se forjan las buenas amistades. Y a veces nos volvemos a pelear y vuelta a empezar.
Transmitir, con o sin métrica, es el motor de todos cuantos se enfrentan a la poesía. Te incluyo.
Abrazo
Lo sé, Kike, y procura aplicarme al cuento. Aunque en eso el maestro eres tú. Muchas veces te leo y te envidio.
Abrazo
Un poema para leerlo hasta en sus huesos.
Un poema que rompe no solo con la metrica, sino con cualquier forma establecida. Sentimiento a manos llenas amigo José Luis.
Brutal.
Saludos
Desde luego que no, cita, aunque así resalta más lo que quiero decir.
Bs
Para poder romper algo antes hay que construírlo, amigo Luis. Y estoy de acuerdo: sin sentimiento sobra todo lo demás. Gracias por tu generoso comentario.
Abrazo
¿Hace falta la métrica?
¿Sí? ¿No?
José estoy muy perdido, creo que hace falta vivir, y pensar en lo vivido y luego llega la poesía...
A veces creo que son épocas de la vida o rachas o, no sé. No sé.
Lo más probable es que todo sea necesario, y que nada sea imprescindible, salvo decir a quien corresponda te quiero.
Me parece un poemazo, busca en las tinieblas y en la incertidumbre la sencilla certeza que a veces callamos, y presenta al verso no sólo despótico sino indómito, como a mí me gusta.
La estructura tan medida enaltece la fractura final. Fascinante.
Un beso.
Con métrica o sin métrica?...
Acaso lo piensas cuando haces poesía?...
Mejor, versos rebeldes, indómitos, anárquicos, como dice Paloma.
Muxus (sin cuento)
Tu querrás cargarte la métrica pero juraría que te has estado tocando las yemas de los dedos. O si no es que tus versos ya vienen medidos de fábrica.
Efectivamente, para decir te quiero sobra la métrica, pero a este poema no le falta ni le sobra nada.
Un abrazo
Amando, lo mejor es dejarse llevar, con o sin métrica, con o sin años. Muchos poetas escribieron sus mejores obras siendo muy jóvenes, otros en su madurez. No andes perdoido...
Abrazo
Diste en la diana, Paloma. Quise luchar contra eldespotismo (ya sabes), pero me aproveché de él en el último verso.
Bss
No lo pienso, Soco, menos cuando me pongo a hacer eso de los estrofados. El problema es que me salen así, y me rebelo, y sí, son despóticos, pero también indómitos, esa es mi pequeña venganza.
Bss
Qué va, Ana, tal vez el primer verso sale así y luego ni yemas ni claras (sólo cuento cuando al leer el verso en alto me rechina). En este caso me aproveché de los alejandrinos para mandarles un recado: a mí no me domináis, malditos.
Bs
¡Grande, grande, grande!
¡¡¡Chapeau!!!
Es cierto, ese trísilabo es suficiente, se hace inmenso.
Un abrazo.
No hay mejor forma que ésa de destrozar la métrica, José; bueno, la métrica y hasta el mundo si fuese preciso.
¡Excelente!
Salud.
Jodidamente bueno... aunque desde mis dieciocho, ya hablaremos dentro de unos años.
Un abrazo.
No hay nada mejor que saltarse la métrica para que frases tan sencillas (bueno, aparentemente) brillen por sí solas, Noray.
Abrazo
Estamos de acuerdo, Emilio, que a veces nos lanzamos a los retruécanos y olvidamos lo esencial.
Salud!
Qué ilusión me hace verte por aquí, Andre. Estoy seguro de que dentro de unos años tú vas a escribir no los versos más tristes, sino los más bellos.
Bss
¡Qué maravilla, Jose! Qué hermosura conjugada en la sencillez de un “te quiero”. Adorable.
Besos.
amar en versos y palabras transmitiendo al quien lo lee hermosos sentimientos
y bs
Fantástico, José, con métrica o rompiéndola donde mejor te parece, eres un maestro. Qué gran poema. Un fuerte abrazo.
Graacias, Claudia, me pareció buena forma de resaltar precisamente eso: la sencillez.
Bss
Ya sabes que soy muy de retruécanos, Ana, pero esta vez me harté.
Y bs
Siempre es bueno saber cuál es el eslabón débil de la cadena para romperlo, María. Y encima es divertido.
Besos
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