sábado, 19 de septiembre de 2009

hoy no me callo

Y mi abuela
decía que era feliz
y así murió
mi abuela
diciendo
que era feliz
si nosotros
estábamos contentos
y nunca dijo
mi abuela
por qué vivía allí,
aquella casa
que nunca fue la suya
cuando tantas tenía,
aquel lugar
extraño a sus orígenes,
y nunca dijo
por qué
se había marchado,
por qué
no quiso soportar
la infamia,
la vergüenza,
quién buscó,
aunque no pudo,
doblegarla,
raparle la cabeza,
ponerla de rodillas
a fregar escaleras
en el ayuntamiento,
y nunca dijo,
y fue
toda su vida
una sonrisa,
y fue,
ella fue quien me puso
una guitarra
entre las manos
y me enseñó a cantar
y hasta a hablar en francés.

Y mi abuela
vivió con dignidad,
se tragó el miedo,
el miedo,
el miedo a hablar
de unos recuerdos
que no eran
precisamente amables,
me enseñó
lo que nadie: a ser
yo mismo
pero sin molestar.
A medias lo aprendí
y hoy he llorado
por toda aquella
rabia contenida,
y hoy he llorado
también
porque no puedo
decírselo,
a mi abuela:
que es el espejo,
ella,
en que me miro,
aunque a veces traicione
su recuerdo
y odie
como ella nunca odió.

Y mi abuela tenía
razones, muchas,
para no ser feliz,
y mi abuela
murió feliz,
luchó
feliz,
hizo feliz
a muchos,
ella,
que tanto pudo
odiar a los fascistas,
me lo calló.
Yo
no puedo callarme,

me vas a perdonar,
abuela,
hoy no me callo.

30 comentarios:

jens peter jensen silva dijo...

me ha gustado mucho. Olé con tu abuela. Cuanto tuvieron que sufrir esas generaciones.
abrazo

Angel dijo...

me gusta zuñi de veras. gracias por estos versos.

Gata dijo...

Madre mía Jose que bonito voy a darle al limpiaparabrisas de ojos q se man empañao
Mi abuela tb me contaba y yo escuchaba y entendí tarde, pero entendí gracias a ella, siempre a ella
un beso

Militos dijo...

¿Tu abuela se llamaba Catalina Sánchez?
un beso

Jose Zúñiga dijo...

No son estos buenos tiempos, pero aquéllos fueron peores, sí. Gracias por tu comentario, velpister.
Un abrazo

Jose Zúñiga dijo...

Ángel, pocas veces hablo de esto. Estoy en momentos melancólicos, espero que no estériles.
Cómo va ese ánimo?

Jose Zúñiga dijo...

Gracias, Gata, veo que has captado el cariño que encierran estos versos.
Bs.

Jose Zúñiga dijo...

Es lode menos, su nombre, pero si eres de allí no es difícil saberlo, jeje: Cati para sus amigos, que eran muchos. Una gran mujer, sí.

¿Y cuál es tu nombre, paisana? A lo mejor somos parientes!

Beso.

Bletisa dijo...

Tu abuela como todas las abuelas fué sabia y generosa callándote su sufrimiento.
A gritar Zú si crees que se lo debes.

Un beso.

ana dijo...

no te calles, es muy bonito el homenaje que rindes a tu abuela

un beso

Maria Sangüesa dijo...

Mi abuela también me lo enseñó todo, a sentir el mundo y a expresar lo que sentía. Ella era periodista, lo fue hasta el 39, se quedó en Marruecos, autoexiliada. Vino a morir a su añorada España, y también murió sin quejas, ni rencores. ¡Qué generación de mujeres más extraordinaria! Que nunca las olvidemos. Besos.

Anónimo dijo...

Doy fe, tu abuela fue una mujer extraordinaria, además de bellísima. Gracias por este homenaje que lo es un poco para todos nosotros, Jose.
No me apaño con la informática, pero pasaré por aquí. Un abrazo fuerte,
Rafael

Begoña Leonardo dijo...

Que arrojo y dignidad la de mujeres como ésta. Bonito homenaje, sí señor, un placer, leerte toda una aventura.

Arrumacos de sobremesa.

Unknown dijo...

Jose, soy Berna, espero que a mi no me odies, ni a mi ni a mi abuela, que junto a 3 de sus hermanos y 8 primos tuvieron que huir de Madrid antes de que los mataran los rojos en nombre de la Santa República, o mi tio abuelo que salvó la vida de milagro y estuvo 3 años encerrado en la embajada de Brasil.
Los de Paracuellos no tuvieron esa suerte.
En cualquier caso, brindo por las abuelas que saben morir con una sonrisa en los labios.
Un abrazo,
Berna.

Jose Zúñiga dijo...

Berna, qué cosas dices, ni te odio, ni odio a nadie de toda esa gente que tuvo que huir de la barbarie, de uno u otro lado. De política no hablemos, que ya lo tenemos todo hablado. Y sabes que no supone ninguna barrera al menos para mí, no te odio, te quiero, jeje, y lo sabes.
Me uno a ese brindis, que es lo que importa: ya te digo, mi abuela era buena, nunca habló del tema. El malo soy yo.
Un abrazo.

Por cierto, agradecido por visitarme y por decir lo que piensas, que lo malo sería guardárselo.

Jose Zúñiga dijo...

Es eso, un homenaje, Ana.

Jose Zúñiga dijo...

Sin quejas, ni rencores, dices, María. Qué gran generación de abuelas, sí.

Bs.

Jose Zúñiga dijo...

Muchas gracias, Rafael, y un abrazo.

Jose Zúñiga dijo...

Hubo muchas, Begoña, aunque yo sólo hablo de la mía.
Bss.

Jose Zúñiga dijo...

Ble, ya estoy gritando, aunque de un momentoa otro me voy a sosegar.
Bss.

Unknown dijo...

Te profeso el mismo cariño pero ya sabes que me gusta disentir, haciendo honor a mi nick.
De todos modos, me ha gustado mucho el homenaje y por supuesto la libertad de decir siempre lo que pienso, a la contra y políticamente incorrecto por definición.
Un abrazo,
Berna

Anónimo dijo...

Echo de menos a las abuelas, las mías y las de todos.

Hoy no tengo ganas de estar melancólica...Mis cajas están cerradas, mejor así.

Espero te llegue pronto esa sonrisa ZUñi.

Un abrazo.

Natalie Sève dijo...

Muy bello... se presiente la dulzura de tu abuela y lo que hasta hoy te lega..

Un gusto conocer tu blog,
Un Abrazo!

Natalie

Jose Zúñiga dijo...

Estamos tiernos, Disidente! A ver si "habilitas" el perfil de ese nick, hombre.

Jose Zúñiga dijo...

Bien, Aurora, ahora mismo me pongo a cantar para ti, aunque no sé si son canciones alegres. Una, , dos y... y YA!

Jose Zúñiga dijo...

Gracias por visitarme, Natalie, gracias por tus palabras y por haber sabido captar la esencia de estos versos. Sí, dulzura, esa el la palabra.
Un beso.

Militos dijo...

toda mi familia es de Torrelavega y a una de mis tias le ocurrió algo parecido. También la llamaban Cati, eran cinco hermanas, muy guapas, y todos las conocían por las Sánchez. Mi madre era la pequeña de las cinco.
Mi nombre es Milagros González-irún Sánchez, pero desde niña me llamaron Militos
También es casualidad lo de Cati.
me encanta tu blog

Militos dijo...

Se me olvidaba decirte que una de sus hijas, Marisa, se casó con un Zúñigaun beso

Jose Zúñiga dijo...

Pues algo tendremos que ver, Militos, digo yo...

Militos dijo...

¿Sabes? da igual mirar distinto, lo que importa son los puntos de encuentro.
Un beso