Y mi abuela
decía que era feliz
y así murió
mi abuela
diciendo
que era feliz
si nosotros
estábamos contentos
y nunca dijo
mi abuela
por qué vivía allí,
aquella casa
que nunca fue la suya
cuando tantas tenía,
aquel lugar
extraño a sus orígenes,
y nunca dijo
por qué
se había marchado,
por qué
no quiso soportar
la infamia,
la vergüenza,
quién buscó,
aunque no pudo,
doblegarla,
raparle la cabeza,
ponerla de rodillas
a fregar escaleras
en el ayuntamiento,
y nunca dijo,
y fue
toda su vida
una sonrisa,
y fue,
ella fue quien me puso
una guitarra
entre las manos
y me enseñó a cantar
y hasta a hablar en francés.
Y mi abuela
vivió con dignidad,
se tragó el miedo,
el miedo,
el miedo a hablar
de unos recuerdos
que no eran
precisamente amables,
me enseñó
lo que nadie: a ser
yo mismo
pero sin molestar.
A medias lo aprendí
y hoy he llorado
por toda aquella
rabia contenida,
y hoy he llorado
también
porque no puedo
decírselo,
a mi abuela:
que es el espejo,
ella,
en que me miro,
aunque a veces traicione
su recuerdo
y odie
como ella nunca odió.
Y mi abuela tenía
razones, muchas,
para no ser feliz,
y mi abuela
murió feliz,
luchó
feliz,
hizo feliz
a muchos,
ella,
que tanto pudo
odiar a los fascistas,
me lo calló.
Yo
no puedo callarme,
me vas a perdonar,
abuela,
hoy no me callo.
REVISTA TURIA. Núm 152. Pág. 250 y sgtes.
Hace 2 días
30 comentarios:
me ha gustado mucho. Olé con tu abuela. Cuanto tuvieron que sufrir esas generaciones.
abrazo
me gusta zuñi de veras. gracias por estos versos.
Madre mía Jose que bonito voy a darle al limpiaparabrisas de ojos q se man empañao
Mi abuela tb me contaba y yo escuchaba y entendí tarde, pero entendí gracias a ella, siempre a ella
un beso
¿Tu abuela se llamaba Catalina Sánchez?
un beso
No son estos buenos tiempos, pero aquéllos fueron peores, sí. Gracias por tu comentario, velpister.
Un abrazo
Ángel, pocas veces hablo de esto. Estoy en momentos melancólicos, espero que no estériles.
Cómo va ese ánimo?
Gracias, Gata, veo que has captado el cariño que encierran estos versos.
Bs.
Es lode menos, su nombre, pero si eres de allí no es difícil saberlo, jeje: Cati para sus amigos, que eran muchos. Una gran mujer, sí.
¿Y cuál es tu nombre, paisana? A lo mejor somos parientes!
Beso.
Tu abuela como todas las abuelas fué sabia y generosa callándote su sufrimiento.
A gritar Zú si crees que se lo debes.
Un beso.
no te calles, es muy bonito el homenaje que rindes a tu abuela
un beso
Mi abuela también me lo enseñó todo, a sentir el mundo y a expresar lo que sentía. Ella era periodista, lo fue hasta el 39, se quedó en Marruecos, autoexiliada. Vino a morir a su añorada España, y también murió sin quejas, ni rencores. ¡Qué generación de mujeres más extraordinaria! Que nunca las olvidemos. Besos.
Doy fe, tu abuela fue una mujer extraordinaria, además de bellísima. Gracias por este homenaje que lo es un poco para todos nosotros, Jose.
No me apaño con la informática, pero pasaré por aquí. Un abrazo fuerte,
Rafael
Que arrojo y dignidad la de mujeres como ésta. Bonito homenaje, sí señor, un placer, leerte toda una aventura.
Arrumacos de sobremesa.
Jose, soy Berna, espero que a mi no me odies, ni a mi ni a mi abuela, que junto a 3 de sus hermanos y 8 primos tuvieron que huir de Madrid antes de que los mataran los rojos en nombre de la Santa República, o mi tio abuelo que salvó la vida de milagro y estuvo 3 años encerrado en la embajada de Brasil.
Los de Paracuellos no tuvieron esa suerte.
En cualquier caso, brindo por las abuelas que saben morir con una sonrisa en los labios.
Un abrazo,
Berna.
Berna, qué cosas dices, ni te odio, ni odio a nadie de toda esa gente que tuvo que huir de la barbarie, de uno u otro lado. De política no hablemos, que ya lo tenemos todo hablado. Y sabes que no supone ninguna barrera al menos para mí, no te odio, te quiero, jeje, y lo sabes.
Me uno a ese brindis, que es lo que importa: ya te digo, mi abuela era buena, nunca habló del tema. El malo soy yo.
Un abrazo.
Por cierto, agradecido por visitarme y por decir lo que piensas, que lo malo sería guardárselo.
Es eso, un homenaje, Ana.
Sin quejas, ni rencores, dices, María. Qué gran generación de abuelas, sí.
Bs.
Muchas gracias, Rafael, y un abrazo.
Hubo muchas, Begoña, aunque yo sólo hablo de la mía.
Bss.
Ble, ya estoy gritando, aunque de un momentoa otro me voy a sosegar.
Bss.
Te profeso el mismo cariño pero ya sabes que me gusta disentir, haciendo honor a mi nick.
De todos modos, me ha gustado mucho el homenaje y por supuesto la libertad de decir siempre lo que pienso, a la contra y políticamente incorrecto por definición.
Un abrazo,
Berna
Echo de menos a las abuelas, las mías y las de todos.
Hoy no tengo ganas de estar melancólica...Mis cajas están cerradas, mejor así.
Espero te llegue pronto esa sonrisa ZUñi.
Un abrazo.
Muy bello... se presiente la dulzura de tu abuela y lo que hasta hoy te lega..
Un gusto conocer tu blog,
Un Abrazo!
Natalie
Estamos tiernos, Disidente! A ver si "habilitas" el perfil de ese nick, hombre.
Bien, Aurora, ahora mismo me pongo a cantar para ti, aunque no sé si son canciones alegres. Una, , dos y... y YA!
Gracias por visitarme, Natalie, gracias por tus palabras y por haber sabido captar la esencia de estos versos. Sí, dulzura, esa el la palabra.
Un beso.
toda mi familia es de Torrelavega y a una de mis tias le ocurrió algo parecido. También la llamaban Cati, eran cinco hermanas, muy guapas, y todos las conocían por las Sánchez. Mi madre era la pequeña de las cinco.
Mi nombre es Milagros González-irún Sánchez, pero desde niña me llamaron Militos
También es casualidad lo de Cati.
me encanta tu blog
Se me olvidaba decirte que una de sus hijas, Marisa, se casó con un Zúñigaun beso
Pues algo tendremos que ver, Militos, digo yo...
¿Sabes? da igual mirar distinto, lo que importa son los puntos de encuentro.
Un beso
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