sábado, 12 de marzo de 2011

la mesa

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Sobre la mesa negra se derrama
tinta también negra;
dos muñecos negros gritan
porque la mesa se espesa, se agranda, se acerca.
Y el cuarto se vuelve negro,
y el mundo se vuelve negro,
y los muñecos, y los muñecos…
(Llueve: la lluvia rompe
la losa de los patios.
Todo está negro, porque
la lluvia y los relámpagos
son negros).
Los muñecos, negros como están,
se miran absurdos.
¡Se jodió el azogue y el cristal!
No se ve nada.
Todo está negro.





20 comentarios:

Charcos dijo...

aqui la tinta se hace la dueña... en el mío se hacen sangre... anda la cosa "jodía" Zuñi, nos arruinaremos con el quitamanchas fijo...

(disculpe usté por la bobada ... mencantó el poema que conste)

Besicosss

Unknown dijo...

Un abrazo fuerte, Jose, hay días en los que tenemos que no basta abrir los ojos para ver de otro color. Pero vale la pena intentarlo.

Te llamo mañana.
Leo

Manuel dijo...

Negro, como un fondo de armario.

Allá, adentro, las cosas cobran su propio color.

Un abrazo.

José María Alloza dijo...

Y algunas veces más negro de lo que parece, sin fondo…
Un abrazo.

Laura Caro Pardo dijo...

Nada es absolutamente negro si hay alguien cerca que nos abraza y nos sonríe. Aún hay colores que ver en el camino; al negro hay que darle largas.
Un abrazo gigante, Zú.

María Socorro Luis dijo...

Y cada vez más hundidos en lo negro...

Muxu

Mayte Sánchez Sempere dijo...

A la mesa negra,
mantel de cuadros,
a los espejos rotos,
sacar la lengua,
al negro color noche,
vela encendida
y a los muñecos negros
jabón lagarto.

Besos mil.

Isolda Wagner dijo...

El poema me parece un poco negro, (¡lista que es una!) Habrá que agenciarse otro cristal, que la primavera está próxima.
Un beso de color rojo, querido.

Cuerpos a la deriva dijo...

Nunca me ha gustado el color negro pero hay que ver qué poema tan bueno se puede hacer con él.

Un beso.

jorge dijo...

Me hubiera gustado más este poema si le hubieras añadido un poco de negro.

jijijijijijijijjijijijijijjiji.

Nunca puedo evitar que la tentación me pueda.

Hasta los muñecos se desorientan cuando todo es igual. Un poco de variedad siempre mejora el paisaje.

Sobre la mesa derramaremos un poco de tinta azul y otro poco de tinta roja. Bajaremos la persiana, que es blanca. En el CD pondremos un blues (que como su nombre indica...jijiji).
Pero el verdadero toque final será que le diremos a los muñecos que abran los ojos, que es la única manera de percatarse de que la vida viene llena de colores.

© José A. Socorro-Noray dijo...

Pero es en el negro,
en la absoluta oscuridad,
donde nace la luz.


Un abrazo.

Paloma Corrales dijo...

Lo bueno de que todo esté negro es que una chispita de luz, por minúscula que ésta sea, es una fiesta.

Besos de mediodía.

Juanjo Almeda dijo...

No me gusta la oscuridad, siempre procuro dormir con algo de luz.
Que sea transitoria tu oscuridad...
Ya comprarás otro termómetro.

Enhorabuena por tu libro.
¿Hay posibilidad de adquirirlo cuando nos veamos en Granada?

Abrazos

Amando Carabias dijo...

Me parece un gran poema, lleno de aciertos y de sinceridad.
¿Llegarán los muñecos a otra mesa, en donde no haya una tinta negra que todo lo adense...?

Volianihil dijo...

Ese negro debe ser del mismo espesor que la sangre. En ella hay mucho negro, además del rojo. Me ha gustado mucho.

perfecto herrera ramos dijo...

Un poema muy bien construido. Denota maestría. Como a tal maestro le saludo y le celebro.

Un abrazo.

La Solateras dijo...

Espero que el negro sea la premonición de la luz.

Besazos.

Jorge Torres Daudet dijo...

La mesa es negra, tu mente lucida (con acento y sin acento)
Un fuerte abrazo, maestro de las letras, en verso y prosa.

Rafael Arenas García dijo...

El universo es básicamente negro, negro y vacío. De acuerdo con las aproximaciones que hacemos normalmente (una habitación en la que flota una mota de polvo tan solo es una habitación vacía a casi todos los efectos) nada existe. Somos los "no existentes", casi una broma si ese concepto existiera (que tampoco existe).
Tu poema es muy negro, y por eso inolvidable. Abrazos

SIL dijo...

Una evocación de sombras magnífica, Jose.
Se puede pintar con palabras, y oscurecerlo todo, vaya que sí.

OTRO ABRAZO,

SIL