Déjame estar triste, déjame estar solo, déjame en la calle, déjame por otro. Déjame que llore, déjame que ría, deja que te cante, deja que te escriba. Déjame desnudo, déjame en silencio, déjame gritando, déjame con miedo. Deja que me pierda, deja que me ahogue, deja que me extinga, déjame la noche.
Déjame ser vida. Déjame ser muerte. Déjame ser mío.
Pero no me dejes.
Déjame ser vida. Déjame ser muerte. Déjame ser mío.
Pero no me dejes.
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14 comentarios:
Ay Jose...Cuando aflora este "tono" en tus poemas...
Si me permites, quitaría la rima en las dos primeras estrofas.
Y no te enojes, es mi parecer.
De todos modos, precioso.
Hoy más besos. Soco
La rima salió sola, Soco, de hecho me di cuenta y de ahí que renunciara a la forma estrófica. Pero canta, jeje.
¿Cómo voy a enojarme? Al contario, agradezco que me lo digas, tomo nota y procuraré tenerlo en cuenta cuando trabaje el poemable.
...Y muchos más.
Por ahí los cambios, Soco, pero la verdad es que todo es pura rima...
No, no, Socorro no tiene razón.
Rima y rima ¿Y qué pasa?
Esto es para ser cantado y tiene que rimar.
Muacc.
Perdona, Bletisa. No sabía que era para ser cantado... Te doy la razón en ese caso.
Un beso para ti. Soco
De cualquier forma, sólo son opiniones.
Ay Zuñi!! qué te mas puesto romático perdido!!!
Hola a todos!!
No conocía tu faceta de "sediento"
Yo siempre doy primero una rápida pasada a lo que leo o veo para contarme la "primera impresión", que es mi mirada más fresca, la mirada joven,la qué más me cuenta, la de los secretos.
Después suelo releer o rever en busca de otra mirada, la profunda, la sabia, la que me trae pareceres, opiniones. Esa es la mirada madura. Me ayuda a destripar esos secretos, si los hay.
Tu poema me trajo una mezcla de miradas, así que no tuve que verlas por separado:
"Ne me quitte pas". Canción compuesta por el belga Jacques Brel, uno de los GRANDES representantes de la "Chanson del siglo XX".
Curiosamente la primera versión de Brel de esta canción salió el 11 de Septiembre (del año 1959)en el disco "La Valse à mille temps". Justo ahora me la traes que hace poco nos acordamos todos de las 3000 víctimas del 11S de las Torres Gemelas de Manhattan, NY.
Esa es mi mirada sobre tu poema.
Un abrazo.
Un gusto leerte.
He paseado por tu blog, entre palabras y versos, melancolía y verdades.
Un saludo
sé tú mismo siempre, pase lo que pase y por muy difíciles que se pongan las cosas
un beso
El gran Brel, cuyo “ne me quitte pas” es, junto a Amsterdam , una de las canciones que más profundamente me conmovieron a mis menos de veinte años (y aún me sigue conmoviendo), se mostraba en esa canción más compungido que yo, creo, si es que se pueden comparar unos versitos con una maravilla: si te fijas, yo pido que me dejen en paz, que me acepten como soy y, a pesar de ello, que no me dejen. Brel estaba dispuesto a ser “l’ombre de ton ombre, l’ombre de ton chien” (¡!);, yo, no.
Y hoy tocas muchos temas, Aurora. No sabía que esta canción se hubiera publicado precisamente un 11-S, una cosa más que añadir al día de mi nacimiento. Me acuerdo de los 3.000, claro, pero más aún de Allende y los miles que fueron tras él. Todos los años escucho su último discurso y me recorre un escalofrío.
Sí, soy romántico. En todos los sentidos. Y me encantan tus lecturas.
Beso.
Vaya lío, Ble. Vuelvo a la rima, así es la rosa, no la toques. Aunque no sé si será cantada alguna vez.
Bss.
Hola, Virgi!, gracias por tu paseo y por tus palabras. Veo que tu blog tiene enjundia, por ahí andamos.
Bs.
Lo pillaste bien, Ana.
¿Sabes en que se me asemeja tu poema a esa canción?
En lo profundo de su ruego...que prácticamente me hace rogar a mí.
En su quejido, en su desesperante grito enmudecido de frío.
En su rezo, tiene sangrantes las rodillas.
En sus súplicas...es como si pudiese oirlas...Para mí también fue una canción hermosa, que cantaba alguien como si le hubiesen arrancado el alma y estuviesa cantando exhalando su último aliento.
Todavía se me clava en el pecho cuando la escucho o cuando la recuerdo...me la has devuelto Zuñi, estaba helada entre mis recuerdos.
Gracias, tu poema me ha llegado.
Aurora, tus palabras sí que me han llegado. Touché. Y si ha servido para recuperarte a Brel, encantado.
Besón.
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